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NOTAS DEL DIRECTOR...
Siempre ha sido mi sueño hacer un homenaje al cine mudo. Hacer una película que pueda ser comprendida sin una sola palabra hablada. No es que estuviera pensando en alguna clase de película europea “existencialista” en la cual los héroes estarían en silencio durante la mitad de la película. Y, además, los actores no estaban en silencio en las películas mudas.
Se comunicaban muy activamente a través de la riqueza del lenguaje corporal. Podían comunicar emociones y sentimientos sin una línea que decir.Y no es accidental que la mayoría de las estrellas de cine mudo provinieran de la pantomima. Es exactamente por eso por lo que siempre he querido rodar una película sobre la vida de los sordomudos. Sin voz y sin subtítulos.
Y con la participación de sordomudos reales.
Mientras estaba trabajando en el corto Deafness, que consideraba una especie de piloto para un futuro largometraje, hice muchos contactos de la comunidad sordomuda ucraniana y con los líderes de una comunidad informal “en la sombra”, que me mostraron su aislado mundo desde dentro, los comportamientos y rituales de su comunidad, una de las más cerradas que existen.
Esta película está completamente basada en mis recuerdos de la escuela y en lo que me han contado mis asesores del mundo de las personas sordomudas. Con toda su aparente simplicidad y su aparente violencia, esta es una película sobre gente muy joven. Y la gente muy joven es capaz de albergar sentimientos fuertes y puros: amor, odio, furia, ira, desesperación.
Uno no necesita palabras para expresar estas emociones.
Veo la película como una historia humana de amor e iniciación, una historia sobre la entrada en la vida adulta en un mundo cruel.