INFORMACIÓN EXCLUSIVA
“Un largo viaje” está basada en las exitosas memorias de Eric Lomax y en una serie de entrevistas, realizadas a lo largo de varios años, con él y su esposa Patti. Eric murió en 2012, lo suficiente para llegar a visitar personalmente el set de rodaje de la película.
La película se rodó en Escocia, Queensland (Australia) y Tailandia. Las principales secuencias se rodaron en el auténtico Ferrocarril de la Muerte, un línea férrea rescatada de la selva setenta años después de los hechos que se cobraron la vida de decenas de miles de personas.
Para Frank Cottrell Boyce y Andy Paterson, encontrar la forma adecuada de narrar la historia era la principal y más difícil tarea. Los personajes que no se comunican no son fáciles de trasladar a la pantalla.
El productor Bill Curbishley cree que «el libro ha sido calificado muy acertadamente como un clásico del género autobiográfico.
Edimburgo, la ciudad natal de Eric Lomax, era el lugar perfecto para el rodaje en Escocia. El tren de Bo’Ness and Kinneil, operado por voluntarios y apasionados del ferrocarril, tenía trenes y estaciones en funcionamiento; la estación de Perth tenía unas preciosas plataformas de época, algunas de las cuales están fuera de servicio, lo que nos facilitó el rodaje; y en North Berwick encontramos una maravillosa casa en la playa. Pero más importante aún para los cineastas (y para Patti Lomax) era que estaba cerca de Berwick-upon-Tweed, donde la historia real tiene lugar. Para Nicole Kidman había llegado un momento especial.
En Tailandia, los actores empezaron a entender un poco mejor lo que Eric y otras decenas de miles de personas habían sufrido. La línea del auténtico Ferrocarril de la Muerte sigue operativa, sobre todo para los turistas, desde Bangkok hasta Kanchanaburi y 65 kilómetros más allá. Jeremy Irvine comprendió entonces lo que sucedió allí.
Las condiciones meteorológicas dieron los toques finales al diseño, pues unas tormentas tropicales se cernieron sobre el campo. Y aquello también le encantó a Teplitzky: «La lluvia contribuyó a la película. Rodar con barro hasta la cintura era duro, pero al mismo tiempo era lo que tocaba. La estación de lluvias de 1943 fue la peor época para los prisioneros de guerra. Llevó nuestra aventura a nuevas cotas y requirió mucho esfuerzo de todos, pero nadie se quejó. Nos sentíamos pequeños ante el atisbo de lo que las víctimas reales debieron de sufrir».