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NOTAS DE LA DIRECTORA...
“Vivir dos veces” es un retrato, en tono de comedia, del paso del tiempo, una reflexión sobre la madurez y sobre el cambio que supone para una familia las consecuencias de la llegada de la madurez. Es un viaje físico y emocional que afecta a tres generaciones, las de Emilio, Julia y Blanca; una road movie a la española, con todos sus elementos.
Cuando Gustavo Ferrada me envió el guion, me atrapó enseguida la idea que persigue su protagonista: antes de empezar a olvidar, quiere recordar.
En “Vivir dos veces” la historia arranca por una necesidad de no querer olvidar un amor de juventud, y acompañamos a nuestros protagonistas en un viaje lleno de contradicciones donde cada uno de los miembros de la familia se encuentra en situaciones inesperadas, que hacen que se cuestionen sus vidas y sus sentimientos hacia los otros.
Para interpretar a Emilio, un catedrático de matemáticas, encerrado en sus fórmulas y aislado de la vida desde que murió su mujer, pensé inmediatamente en el grandísimo Óscar Martínez (El ciudadano Ilustre), que leyó el guion y enseguida dijo que sí. La siguiente en involucrarse en este viaje para interpretar a Julia, hija y madre demasiado estructurada y firme en sus convicciones, fue Inma Cuesta. Y allí estaba la gran señal: ¡el guion de María Mínguez tenía algo que atrapaba a grandes actores como me había atrapado a mí!
Encontrar a la nieta no fue tan fácil, pero finalmente apareció Mafalda Carbonell, que ha hecho un gran trabajo, creando la mejor Blanca que podríamos haber imaginado. Blanca estaba escrita para una adolescente de 14 -15 años, pero cuando se presentó Mafalda al casting con sus 10 recién cumplidos, con su descaro, simpatía y sensibilidad, vi que podíamos crear a una Blanca muy auténtica. Reescribimos y adaptamos un poco las escenas para que Mafalda pudiera ser la nieta de Emilio. Cuando se conocieron Óscar y Mafalda se creó de inmediato una dinámica abuelo/nieta que contiene mucha verdad y en la que ellos se sentían muy a gusto. Esto se transmite desde el primer fotograma y para mí, es una de las mejores cosas de la película.
Nuestra película plantea conflictos como el autoengaño o las dificultades en las relaciones familiares y amorosas, pero nunca desde un punto de vista banal. Es una road movie con todos sus elementos, situaciones inesperadas, mucha espontaneidad, con un tono divertido y realista a la vez. Mis referencias para el tono de comedia ácida que quería fueron el estilo de “Relatos salvajes” o “Little Miss Sunshine”.
El lenguaje visual de “Vivir dos veces” mantiene también ese punto realista y cercano de los personajes en una ruta de localizaciones originales, muy fotogénicas e imprevistas, que captura el mundo de Emilio, Blanca y Julia de una manera muy natural, directa y sincera.
“Vivir dos veces” tiene situaciones divertidas, personajes con carisma, mucha espontaneidad, buen acting, emoción, risas, lágrimas, esperanza y sobre todo, una gran historia humana con la que fácilmente nos podremos identificar.
Estoy especialmente contenta con el resultado de esta película, ¡mi novena! Sigue siendo comedia, un género en el que me siento cómoda, aunque “Vivir dos veces” es mucho más que eso; es una dramedy y me siento especialmente orgullosa de haber logrado ese tono, con el que en los momentos duros y tristes nos podamos reír un poco de la vida y de uno mismo para darle un guiño de esperanza a nuestra propia existencia.