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NOTAS DEL DIRECTOR...
Las dos primeras cassettes que me compré en mi vida fueron los dos primeros discos de “Hombres G”. Yo tenía once años y fui a por ellas al “Galerías Preciados” de la pequeña ciudad de provincias en la que vivía. Había visto a “Hombres G” unos días antes en la tele y había flipado; por primera vez sentía que un grupo de música escribía canciones para mí, para mis amigos. Hablaban de cosas que entendía perfectamente y lo hacían utilizando un lenguaje que era el que nosotros usábamos. Y encima eran divertidos, canallas, juerguistas…, eran comyo quería ser cuando “fuera mayor”. “Hombres G” fue mi primer grupo, la música que me acompañó en ese complicado momento en el que uno deja de ser un niño pequeño y le empiezan a interesar otras cosas aparte de jugar con sus amigos.
Porque casi en paralelo a la compra de “Devuélveme a mi chica” y “La cagaste Burt Lancaster” yo me enamoré por primera vez. Ella se llamaba Layla y la conocí el día que empezábamos séptimo de E.G.B. Tardé en enamorarme de ella aproximadamente un segundo, y es que a esa edad uno no necesita mucho más.
Después de ese segundo todas las cosas que me habían importado hasta entonces se me olvidaron por completo; lo único que tenía sentido en mi vida era conseguir que Layla fuera mi novia.
Hace dos años, treinta y cuatro después de que nos viéramos por última vez, hablé con Layla por teléfono. Yo ya había empezado a trabajar en el guion de “Voy a pasármelo bien”, por aquel entonces únicamente una comedia romántica protagonizada por niños, y la localicé para ver si ella recordaba algunas cosas de nuestra historia que a mí se me hubieran podido olvidar. Un minuto hablando y no necesitamos mucho más, parecía como si nunca hubiéramos perdido el contacto. Se acordaba de todo. Igual que yo. Y ahí se me ocurrió una manera de hacer que la película creciera: ¿qué pasaría si nos volviéramos a encontrar? ¿Qué pasaría si tu primer amor, ese que nunca se olvida, vuelve a aparecer en tu vida treinta años después?
De esto habla “Voy a pasármelo bien”, del amor cuando eres un niño y del amor cuando ya sabes que la vida es bastante más compleja de lo que creías a los doce años.
Como decía Stephen King en “El cuerpo”, la novela en la que se basó el guion de “Cuenta conmigo”, “no he vuelto a tener amigos como aquellos que tuve a los doce años”. Yo, desde luego, tampoco. Así que, si iba a contar una película sobre un grupo de chicos de esa edad, qué mejor que contar mi propia historia y la de mis amigas y mis amigos. Casi todo lo que aparece en la “Voy a pasármelo bien” es real, hasta los nombres de los personajes. Y, por supuesto, nada más real que mi obsesión y la de mis compañeros por las canciones de “Hombre G”. Es mi película más personal y, sin ninguna duda, con la que estoy más contento.
Convertir la película en un musical parecía la opción más original, emocionante y divertida para contarla. De la mano de Enrique López Lavigne he podido realizar una película musical como siempre había soñado, con números grandes, llenos de bailarines, con canciones que entran en la historia de la manera más natural posible, igual que entraban en nuestras vidas. Y encima con niños, porque desde hacía mucho tiempo quería hacer una película con y para ellos. Después de años trabajando en teatro musical, sentía que podía poner en práctica todo lo que había aprendido dirigiendo “Billy Elliott” y “Matilda”. Estuvimos varios meses preparando a los chicos que iban a participar en “Voy a pasármelo bien” con clases de canto, baile e interpretación. Ha sido la parte más bonita de todo el proceso y el trabajo que hacen todos estos nuevos, y más que prometedores actores, creo que es realmente espectacular.
Del elenco adulto poco más que decir aparte de que son el sueño de cualquier director. No solo son todos unos extraordinarios actores, sino que además se han involucrado en el proceso de una manera absolutamente incondicional. Nunca les podré agradecer lo suficiente a Raúl, Karla, Dani, Jorge, Raúl y el resto de los actores adultos, todo lo que aportaron y todo lo que nos apoyaron.
Y lo mismo tengo que decir de David, Dani, Rafa y Javi, los “Hombres G”. Desde el primer día no han dejado de ayudarnos y de colaborar en el proyecto. Esta es también su película y espero, de verdad, que se sientan orgullosos de lo que hemos construido a partir de sus canciones.
Es una película hecha para que la puedan disfrutar los niños, pero también los padres que los lleven al cine, quienes seguro se sentirán identificados con esos personajes, esas situaciones y esos diálogos. Ojalá que cuando salgan de la sala y se monten en el coche para volver a casa, se pongan a cantar juntos, y a voz en grito, “Voy a pasármelo bien”.