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La idea de ‘Vamos de polis’ surgió cuando el director-coguionista Luke Greenfield decidió disfrazarse para Halloween de policía: una opción que iba a traer consecuencias inesperadas.
“Mi diseñador de vestuario entonces me consiguió unos uniformes reales de policía de Los Ángeles con los que fuimos mi amigo y yo por la ciudad”, recuerda Greenfield. “La sensación de poder y autoridad fue increíble. Por aquel entonces, yo estaba soltero y resultó ser muy fácil hablar con chicas en la calle”.
Con la ayuda del coguionista y productor ejecutivo Nicholas Thomas, Greenfield empezó a desarrollar la idea que se acabaría convirtiendo en este film. “La idea se nos ocurrió muy rápidamente”, asegura Thomas. “Le mandamos el proyecto a 20th Century Fox y lo compraron”.
Los dos escritores crearon a los personajes principales, en cierto modo, a su imagen y semejanza. “Justin soy yo”, aclara Greenfield. “Siente pasión por lo que crea en el mundo de los videojuegos, al igual que yo la siento por mis proyectos de cine. Pero tiene miedo a ser directo y autoritario. Y Ryan está basado en Nick Thomas. Es más hablador y valiente y más propenso a meter a los dos en problemas”.
Lo primero que hicieron los directores después de obtener luz verde para su producción fue elegir a los protagonistas, Justin y Ryan. Escogieron a dos actores de comedia que son amigos de verdad. “Damon y Jake son amigos íntimos, grandes seguidores del trabajo del otro y llevan tiempo deseando hacer una película juntos”, añade Greenfield.
Durante la fase de preproducción, Greenfield animó a los dos actores a familiarizarse con el mundo policial, pero también a evitar una experiencia ultrarrealista de campos de entrenamiento. “Quería que supieran lo necesario para hacer la película y actuar exactamente como sus personajes”, explica el director.
Los actores pasaron mucho tiempo bajo la supervisión del coordinador de escenas peligrosas Steven Ritzi para asegurar que las caídas y los tiroteos fueran lo más realistas –y/o graciosas– como fuera posible.
Pero, a pesar de todas las escenas peligrosas y de acción que hay, el componente más importante es la cercana relación entre Justin y Ryan, amigos de toda la vida que pueden pasarse el día peleándose, pero que siempre están ahí el uno para el otro.
‘Vamos de polis’ se grabó en Atlanta, que representa la ciudad de Los Ángeles, donde se desarrolla la historia. “El desafío fue encontrar elementos arquitectónicos en Atlanta que parecieran de vecindarios de Los Ángeles”, afirma el productor ejecutivo Jeremiah Samuels.
El diseñador de producción William Arnold sabía que serían las cosas pequeñas las que transformarían la metrópolis de Georgia en la ciudad de Los Ángeles. Atlanta es muy frondosa, mientras que la mayor parte de Los Ángeles es un ambiente árido con palmeras por todos lados”, explica. “Quería eliminar todos esos elementos indicativos de Atlanta, como los edificios de ladrillo rojo y los árboles florales. Por suerte, encontramos una zona en el centro de Atlanta con una hilera comercial que tenía la combinación perfecta de arquitectura más antigua y aparcamientos que podían pasar perfectamente por una calle de Hollywood, como Sunset Boulevard, Selma Avenue o Cahuenga Boulevard”. Arnold construyó el restaurante Georgie’s de cero. También construyó dos escenarios principales a prueba de sonido: los túneles del metro entre Georgie’s y la guarida de Devic, el Tirana Club, y el interior del deslucido apartamento de Justin y Ryan. Uno de los elementos clave del diseño fueron los uniformes de policía, supervisados por la diseñadora de vestuario Debra Maguire, para la cual, el mayor desafío fue hacer que los voluminosos uniformes de policía fueran más ligeros para que pudieran respirar durante los calurosos días de rodaje en Atlanta.
“Los uniformes de policía suelen ser bastante incómodos”, asegura. “Están hechos de poliéster grueso. Yo, en cambio, hice los uniformes del algodón más fino imaginable. Aun así, cuando tienes que llevar también un chaleco antibalas y un cinturón con pistola, siempre va a resultar incómodo; le llamamos ‘la tortura del policía’. Los uniformes estaban diseñados para que parecieran ceñidos al principio y luego más holgados a medida que los protagonistas se iban sintiendo más cómodos con su papel de policía”. Cualquiera que fuera el desafío, los directores luchaban para sacar una comedia rica y extravagante con una acción explosiva. “Todo junto funciona: la acción, la comedia y la amistad entre Justin y Ryan”, señala Greenfield. “Quiero que 'Vamos de polis' haga pasar un buen rato al público”.