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NOTAS DE LA DIRECTORA...
«La primera vez que leí la novela de Jocelyne Saucier, Y llovieron pájaros, quedé fascinada por su universo singular.
En primer lugar, la narración de Jocelyne es muy cinematográfica. Permite verlas cabañas de los ermitaños escondidas en el corazón del bosque de Abitibi con sus lagos neblinosos y oscuros. Nos llega el olor del bosque húmedo, del liquen y de la chimenea.
Vivimos el día a día de los ermitaños, arrugados y alerta, con sus satisfactorias vidas. Nos fascinamos con Gertrude, la recién llegada de 80 años que aporta un asombroso soplo de aire fresco, a pesar de su demente pasado reprimido. Al terminar la novela, sus personajes vulgares y maduros, con trayectorias inusuales, me habitaron completamente y me llenaron el corazón y el alma. El libro narra algo grande de manera sencilla. Y llovieron pájaros describe un universo único, visual, sensorial y cinematográfico con personajes ricos y atípicos. Es una oda a la vida y al amor, un tema universal que nos hace conocer a los otros, a sus diferencias. Por eso quise convertirlo en una película llena de amor y de gracia.
A lo largo de los distintos temas del guion, como el pasado (y su peso), la necesidad de deambular y de huir (el bosque), la redención (mediante el arte); siempre tenemos presente el amor. El amor perdido, el amor nuevo, el amor atípico; todos ellos vibrantes de pasión.
Marie-Desneige descubre el amor por primera vez a los 80 años, mientras que Ted Boychuck muere a los 82, siempre perturbado por el amor que no supo elegir. Dos historias de amor principales que se entrelazan y se responden mutuamente. Y todos los demás personajes están implicados
de una forma u otra.
Con Y llovieron pájaros quiero hacer una película que te haga querer disfrutar de la vida y amar. Con esos tres ermitaños y una antigua paciente recluida no volveremos a ver igual a la gente mayor.
Y puede que esperemos envejecer con la misma vitalidad de corazón que ellos.
Esta película es una oda a la vida y al amor, con sus defectos y su sufrimiento, con sus sorpresas y sus victorias.
Ofrece una mirada sobre las diferencias, sobre seres singulares y marginales que nos muestran que esa misma humanidad se esconde dentro de todos nosotros.»