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INFORMACIÓN
Titulo original: 12 Strong
Año Producción: 2018
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 129 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Acción, Drama
Director: Nicolai Fuglsig
Guión: Ted Tally, Peter Craig. Basados en la novela escrita por Doug Stanton
Fotografía: Rasmus Videbaek
Música: Lorne Balfe
FECHAS DE ESTRENO
España: 4 Mayo 2018
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Entertainment One


SINOPSIS

Es la historia real de un grupo de Boinas Verdes que unas semanas después del ataque producido el 11-S posibilitaran que otras Fuerzas Especiales comenzaran una verdadera batalla...

INTÉRPRETES

CHRIS HEMSWORTH, WILLIAM FICHTNER, ELSA PATAKY, TAYLOR SHERIDAN, MICHAEL SHANNON, MICHAEL PEÑA, ROB RIGGLE, GEOFF STULTS, YASMINE AKER, AUSTIN STOWELL, JACK KESY, NAVID NEGAHBAN, TREVANTE RHODES, BEN O'TOOLE, MARIE WAGENMAN

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LA PRODUCCIÓN...
   Todo estadounidense adulto recuerda exactamente dónde se encontraba y qué estaba haciendo en la terrible mañana del 11 de septiembre de 2001. Pero, hasta hace poco, solo unos cuantos conocían los extraordinarios acontecimientos que se desarrollaron justo después. Con el país aún tratando de recuperarse, 12 valientes miembros de las Fuerzas Especiales de élite del Ejército de los EE. UU. —conocidos como los Boinas Verdes— dejaron sus casas y a sus seres queridos para emprender una peligrosa misión clasificada en el devastado país de Afganistán. Estos “12 valientes” fueron elegidos para asestar el primer golpe como respuesta de los Estados Unidos a los atentados terroristas.
  No se les ordenó ir. Se ofrecieron voluntarios.
Ahora, la historia real de esta docena de guerreros llega a la gran pantalla en el nuevo drama de acción 12 VALIENTES. El productor Jerry Bruckheimer explica: “Mientras el pueblo estadounidense aún se encontraba conmocionado, estos hombres se aventuraron en lo desconocido, en una situación plagada de peligros, para tratar de ajustar cuentas y ofrecernos una victoria. Tuvieron que dejar atrás a sus mujeres e hijos sin previo aviso, sin que ni ellos ni sus familias supieran adónde iban ni si regresarían alguna vez. La operación se mantuvo en secreto durante años —la mayoría de la gente ni siquiera sabe que existe— pero estos hombres son verdaderos héroes”.
  El director de 12 VALIENTES, Nicolai Fuglsig, agrega: “Fueron la punta de la lanza, los primeros soldados estadounidenses en pisar Afganistán. Cuando llegaron, se encontraron superados en número 5000 a 1 por el enemigo, y en constante riesgo de ser capturados debido al elevado precio que los talibanes pusieron a sus cabezas”.
  La misión, que recibió el nombre clave de Fuerza Operativa Daga, era una misión tanto diplomática como militar. Tal como explica Fuglsig: “Este pequeño equipo de las Fuerzas Especiales debía establecer contacto con un caudillo local llamado general Abdul Rashid Dostum, uno de los cabecillas de la Alianza del Norte de Afganistán, con el objetivo de ayudarle a recuperar el control de la región. Se trataba del primer paso de la lucha de los Estados Unidos contra los talibanes y Al Qaeda tras el 11-S”.
  La Alianza del Norte, una frágil coalición de líderes militares afganos, se había vuelto un tanto fragmentada en los años transcurridos desde su formación en 1996, pero, pese a todo, había una cosa que los unía a todos: su deseo mutuo de librar a su país de los implacables talibanes.
  Chris Hemsworth, que interpreta al capitán Mitch Nelson, jefe del equipo de Operaciones Especiales, señala: “Esos Boinas Verdes no estaban allí como ocupantes, sino que estaban allí para ayudar al pueblo afgano, que estaba luchando por su libertad. Sin mucha inteligencia previa, tuvieron que llegar y ganarse la confianza de Dostum y sus hombres o jamás podrían haber cumplido su misión. Lo que me encantaba de esta historia era que representaba una oportunidad de mostrar a estadounidenses trabajando codo con codo con el pueblo afgano para hacer frente a un enemigo común”.
  Bruckheimer califica la misión de “sin precedentes” por otra razón. Pese a encontrarse entre los soldados mejor formados de todos los cuerpos militares, los 12 boinas verdes no estaban preparados para un reto muy particular: en el terreno montañoso tan traicioneramente escarpado del norte de Afganistán, los medios de transporte modernos tuvieron que dejar paso a algo más básico. “La única forma de moverse por los pasos montañosos es en mula o a caballo, así que tuvieron que adaptarse”, comenta el productor. “Solo uno de ellos era un experto jinete, los demás tuvieron que aprender sobre la marcha”.
  Por primera vez en 60 años, “soldados estadounidenses entraban en combate a caballo”, observa Fuglsig. “Aunque ahora cabalgaban para enfrentarse a lanzamisiles y tanques T-72. El hecho de que todos los miembros de ese equipo de las Fuerzas Especiales volvieran vivos a casa es un verdadero milagro”.
  La extraordinaria historia de los boinas verdes conocidos como ODA (Comando Operativo Alfa) 595 fue recogida inicialmente por el escritor Doug Stanton en el superventas de 2009 “Soldados a caballo: Una extraordinaria historia de guerra del siglo XXI”. Sin embargo, Bruckheimer recuerda: “Ya nos habían traído el libro en forma de galerada antes incluso de que estuviera terminado. Doug Stanton es un escritor fantástico, nos encantó al momento. Me pareció una historia real asombrosa, intensa y heroica, llena de acción deslumbrante. Y, sorprendentemente, se han hecho muy pocas películas sobre las Fuerzas Especiales del Ejército. Son conocidos como ‘los profesionales silenciosos’ porque sus misiones son secretas y, por motivos obvios, rara vez hacen públicas sus hazañas”.
  Para Stanton, que también ejerció de productor ejecutivo del filme, la posibilidad de contar con Jerry Bruckheimer para convertir su libro en una gran producción de cine le pareció la opción ideal. “Hace tiempo que soy una gran admirador de Jerry”, afirma. “La primera vez que vi ‘Black Hawk derribado’ pensé: ‘Este es un cineasta que sabe cómo contar estas historias’. Ambas son historias sobre la guerra pero, en última instancia, tratan sobre gente que intenta tomar una decisión difícil en el momento menos oportuno”.
  Tras desarrollar el proyecto durante varios años, Bruckheimer Films se asoció con Molly Smith, Trent Luckinbill y Thad Luckinbill, de Black Label Media, y Andrew A. Kosove y Broderick Johnson, de Alcon Entertainment, para llevar 12 VALIENTES a buen término. “Black Label y Alcon fueron unos socios estupendos con los que producir la película”, afirma Chad Oman, presidente de Jerry Bruckheimer Films y productor ejecutivo del filme. “Sentían tanta pasión por el proyecto como nosotros desde que leímos inicialmente el cautivador libro de Doug Stanton, y coincidían en que se trataba de una historia importante, pero desconocida para la mayoría, que había que contar en una película. Fue una colaboración verdaderamente positiva y gratificante de principio a fin”.
  El productor Trent Luckinbill comenta que agradeció la oportunidad de colaborar por primera vez con Bruckheimer. “Jerry tiene una de las carreras más prolíficas de la industria, así que evidentemente aporta mucha experiencia. Se implica mucho, de forma muy directa y posee una energía inagotable. Estábamos encantados de aprender de él”.
  “Como compañía, nos atraen las historias reales increíbles así que, cuando leímos el guion, nos quedamos anonadados”, recuerda la productora Molly Smith. “Contaba lo que pasó en los días posteriores al 11-S, que es algo que la gente de todo el mundo necesita saber. Es una historia de valor y heroísmo al más alto grado”.
  Además de contar la extraordinaria historia del primer equipo de las Fuerzas Especiales sobre el terreno en Afganistán, 12 VALIENTES también reconoce el valor de los que se quedaron atrás. Como puede verse en el filme, sus mujeres e hijos también tienen que afrontar los sacrificios que conlleva el servicio militar... aunque no lleven uniforme. Smith lo confirma: “Creo que es muy importante en una película bélica o en un filme sobre los militares no solo tener ocasión de ver lo que supone para estos hombres dejar a sus mujeres e hijos, sino también el efecto que eso tiene en sus familias”.
  Para los hombres, hay sentimientos encontrados al despedirse de una familia, para ir a luchar junto a otra: tus compañeros de armas. Fuglsig aporta: “La mayoría de estos tipos llevan años trabajando juntos. Cuando sois mutuamente responsables de vuestras vidas, el lazo que se crea es mucho más parecido al de unos hermanos que al de un equipo”.
  Ted Tally y Peter Craig se encargaron de adaptar el exhaustivo relato de no ficción de Stanton para convertirlo en un tenso guion cinematográfico. “Cuando descubrí el libro, me dejó fascinado”, recuerda Tally. “Soy un gran aficionado a la historia, y este era un retazo de historia épica que no conocía, y me imagino que la mayor parte de la gente tampoco conocía. Me asombró el valor y el ingenio de los soldados estadounidenses y sus aliados afganos. Y lo que lo hace aún más alucinante es que se trata de guerreros del siglo XXI luchando en un entorno y una cultura seculares. Ahí estaban los soldados mejor preparados de los Estados Unidos, pero entonces se vieron obligados a improvisar por completo de formas que nadie había previsto”.
  “Una de las cosas que realmente me conmovió de esta historia era que estos boinas verdes eran todos hombres adultos”, prosigue Tally. “No se trataba de muchachos sin experiencia, eran hombres adultos, con mujeres e hijos, asumiendo ese riesgo por su país y deseosos de hacerlo. Sabían lo que podía suponer, entendían lo que estaban sacrificando, pero para eso es para lo que se preparan. Ese es su instinto”.
  El guion fue una de las cosas que atrajo a Nicolai Fuglsig del proyecto, con el que debutaría como director en el cine. Recuerda: “Jerry me envió el guion y me entusiasmó tanto la historia que inmediatamente fui y me leí el libro”.
  Bruckheimer aporta: “Nicolai es un artista visual extraordinario que ha ganado premios por sus trabajos publicitarios. También tiene experiencia como documentalista y como reportero gráfico que ha sacado fotos por todo el mundo y ha cubierto la guerra de Kosovo. Tiene un ojo único y nos sentimos afortunados de trabajar con él en su primera película”.
  “Como reportero gráfico, he visto la guerra de primera mano y he vivido sin duda momentos muy intensos”, comenta Fuglsig. “En cierto modo, todas las guerras son algo similares cuando consideras el elemento de la tragedia humana, pero creo que esta película es un tipo de drama bélico muy distinto. Los norteamericanos llegan para ayudar a los afganos a librar su propia batalla contra los talibanes, de modo que estas personas de dos culturas muy diferentes tienen que aprender a trabajar juntos por una causa común”.
  La visión del director para el proyecto impresionó a todos los productores. “Nicolai realizó una enorme labor de documentación sobre las Fuerzas Especiales que estuvieron allí”, recuerda Bruckheimer. “De algún modo, incluso consiguió hacerse con un informe del gobierno sobre la operación. Así que apareció con fotos que había reunido y ofreció un punto de vista diferente sobre cómo haría él la película”.
  El productor Thad Luckinbill, que también interpreta a uno de los “12 valientes”, prosigue: “La cantidad de trabajo que había hecho, la seriedad con la que se planteó la presentación, la integridad con la que quería presentar la historia... fue incomparable. Visualmente, filma de una forma preciosa, que entiende la cámara y el encuadre. Pero al escuchar su pasión por el proyecto y lo bien que entendía la historia, no cabía duda: era nuestro hombre”.
  Aunque el guion de Tally y Craig se ciñó estrechamente a los acontecimientos reales tal como se recogen en el libro de Stanton, como con todas las adaptaciones cinematográficas, hubo que tomarse ciertas licencias dramáticas. Por ejemplo, salvo unos cuantos, casi todos los nombres del equipo ODA-595 fueron cambiados por Stanton para proteger las identidades de los soldados en lo que todavía era una misión clasificada cuando escribió su libro, y esos nombres ficticios se han conservado en la película. “Estábamos haciendo una película, no un documental”, apunta Bruckheimer, “pero tanto Ted como Peter encontraron con gran pericia una forma de contar la historia de una forma que resultara fiel a la esencia de los acontecimientos y los personajes”.
  No obstante, desde el primer momento, la verosimilitud se convirtió en la consigna de los cineastas, que querían todos hacer justicia a esta historia real. Ficharon a asesores militares y también confiaron en la experiencia de Doug Stanton, a quien Bruckheimer califica de “un gran compañero para nosotros a lo largo de todo el proceso. Una forma que tuvo de ayudarnos fue poniéndonos en contacto con las Fuerzas Especiales, los hombres que realmente formaron parte de la Fuerza Operativa Dagger”.
  Dos de esos hombres eran Mark Nutsch, capitán de las Fuerzas Especiales de ODA-595 (Comando Alfa 595) y jefe del equipo durante la misión, y el subjefe del equipo y primer suboficial especialista Bob Pennington. Son los equivalentes reales de los papeles interpretados por Chris Hemsworth y Michael Shannon, respectivamente.
  Pennington asegura que ser la punta de lanza tras los atentados del 11-S “fue el logro del que más nos sentimos orgullosos. Para mí, fue el sumun. Nos encargaron la misión más importante, así que nos pusimos en marcha”.
  “Nos sentimos humildemente honrados de que se haya hecho una película sobre la misión de nuestro equipo en esos cruciales momentos posteriores al 11-S”, prosigue Nutsch. “También supone mucho para nuestras familias, que sacrifican tanto, que lo que logramos por fin salga más a la luz pública. Y creo que supondrá mucho para el pueblo afgano, porque muestra cómo sirvieron en ese conflicto”.
  Reconociendo a todos sus compañeros de armas, Nutsch prosigue: “Nos sentimos verdaderamente honrados de que 12 VALIENTES refleje el espíritu de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. Creo que es importante mostrar la capacidad y la fuerza de los Boinas Verdes. Son personas muy motivadas, que se exigen mucho a sí mismos y a sus compañeros de equipo. Nos presionamos mucho mutuamente y eso nos vino muy bien”.
  “Esta película retrata magníficamente a un equipo de las Fuerzas Especiales en el campo de batalla tal y como deberían mostrarse”, opina Pennington. “Refleja realmente parte de lo que vivimos, cómo nos adaptamos a situaciones y superamos ciertos retos importantes”.
  El teniente general John Mulholland, que por aquel entonces era coronel y el responsable de elegir al Comando Alfa 595 (ODA-595) para que fuera a Afganistán, desvela que uno de los principales obstáculos a los que se tuvo que enfrentar el equipo fue que tendrían que emprender la misión básicamente a ciegas. Explica: “Antes de embarcarse en una misión de guerra no convencional tras las líneas enemigas en la que hay que colaborar con los nativos del lugar, las Fuerzas Especiales del Ejército de los EE. UU. dedican una enorme cantidad de tiempo y energía a estudiar la cultura, la historia, las complejidades políticas e idiosincrasias tanto de la gente como de los acontecimientos a fin de lograr un buen entendimiento con nuestros socios nativos que es absolutamente esencial para alcanzar los objetivos comunes que los Estados Unidos comparten con ellos. Tras los terribles atentados del 11-S, y la necesidad de una respuesta esencialmente inmediata, nuestros equipos tuvieron que partir casi de la noche a la mañana y unirse a unas personas a las que no habían tenido tiempo de estudiar, con las que nunca habían trabajado y cuyo idioma no hablaban. De hecho, la lista de todo lo que no sabíamos superaba con creces la de lo que sabíamos. Aun así, pese a esas desventajas, nuestros hombres hicieron un trabajo excepcional en una misión extraordinariamente peligrosa para cumplir nuestro objetivo de vencer y derrocar al régimen talibán”.
  Michael Shannon, que interpreta al primer suboficial especialista Hal Spencer, asegura que conocer a algunas de las personas reales a las que interpretaban fue muy beneficioso para los actores. “Supuso mucho para nosotros que vinieran porque, si vas a contar una historia así, es realmente responsabilidad nuestra contarla fielmente, así que nos ayudó contar con su punto de vista”.
  Cuando visitaron el rodaje, Nutsch y Pennington llevaron consigo algo que motivó a todos los miembros del reparto y el equipo. Trevante Rhodes, que interpreta al miembro de la unidad Ben Milo, recuerda: “Trajeron un fragmento de las Torres Gemelas, y ese fue el momento más impactante del rodaje. Nos lo pasamos de uno a otro y entonces fue cuando realmente nos caló. Todos recordamos lo que pasó, pero eso era algo tangible, que causaba verdadera impresión. Nos recordó todas esas emociones y eso fue muy valioso”.
  Trent Luckinbill agrega: “Cuando cayeron las torres, todos los equipos de los Boinas Verdes pugnaban por entrar en acción. Querían ser los primeros a los que enviaran, pese a no saber siquiera exactamente en qué se estaban metiendo, no saber con quién iban a luchar o si podían confiar en ellos. Creo que hacen falta verdaderos héroes para meterse en una situación así”.
  “Fue un verdadero honor conocer a algunos de los valerosos hombres que tomaron parte en esta misión”, prosigue Smith. “Sabían que era su deber estar allí. Se habían entrenado para ello y estaban preparados y dispuestos a luchar por su país. El increíble sentido del orgullo que sienten por formar parte de las fuerzas armadas que protegen Estados Unidos es una inspiración”.
  Fuglsig aporta: “Esta es una película en la que puedes apoyar tanto a los norteamericanos como a los afganos porque, juntos, emprendieron una épica cabalgada hacia el mismo infierno. Si el equipo de las Fuerzas Especiales de los EE. UU. no hubiera colaborado con el general Dostum y su milicia, no habrían tenido ninguna oportunidad contra las decenas de miles de combatientes con los que contaban los talibanes. En esencia, 12 VALIENTES no es solo una película de guerra, sino que es una historia sobre aprender a respetar las diferencias que nos separan, pero también a comprender las cualidades que nos unen”.

LAS LOCALIZACIONES...
  12 VALIENTES se rodó enteramente en localizaciones de Nuevo México, que ofrecía al equipo responsable del proyecto una mezcla de entornos naturales bastante similares a los de Afganistán. El rodaje acabaría llevando al reparto y al equipo por algunos de los lugares más remotos y arduos del estado, donde se verían todos puestos a prueba tanto por los caprichos de la naturaleza como por la dureza del terreno.
  Para captar la acción, Fuglsig colaboró con el director de fotografía Rasmus Videbaek, de quien dice que posee “un talento increíble. Una de las cosas que Ras y yo intentamos transmitir es que, cuando el equipo se baja de ese helicóptero Chinook, se sienten como si hubieran llegado a un nuevo mundo, así que la fotografía de los paisajes se volvió enormemente importante. Queríamos captar una paleta visual desolada, yerma y terriblemente fría”.
  “Cuando Nicolai y yo empezamos a hablar del aspecto de la película”, recuerda Videbaek, “tenía muchas referencias del periodismo gráfico, así como del cine. Decidimos mezclar esos dos enfoques, ser muy reales e íntimos con los personajes pero, entonces, cuando entran en combate, pasar a planos más generales. Así que utilizamos cámaras de mano para transmitir a los espectadores la sensación de estar ahí mismo con los chicos, pero utilizamos drones y cámaras aéreas, así como grúas, para cubrir las secuencias más épicas”.
  Fuglsig también estaba decidido a sacar provecho de los paisajes naturales de Nuevo México, en lugar de depender de platós cerrados o cromas verdes. Así que sus localizadores de exteriores y sus equipos de diseño tuvieron que encargarse de encontrar localizaciones que sirvieran, por remotas que pudieran ser. En algunos casos, el departamento de maquinistas tuvo que crear aparejos especiales para transportar material montaña y colina arriba.
  En las instalaciones de un campo de tiro al norte de Albuquerque, el diseñador de producción Christopher Glass y su departamento artístico construyeron una recreación de Karshi-Khanabad, o “K2”, la base militar situada en el sur de Uzbekistán, cerca de la frontera afgana. Este enorme set, que constituye el punto de llegada del Comando Alfa 595 (ODA-595), incluía 20 barracones semicirculares Quonset de distintos tamaños, junto con torres de vigilancia, alambradas y vehículos militares. El nivel de realismo se veía incrementado, además, por la presencia de potentes helicópteros Chinook y Black Hawk, que levantaban verdaderos tornados de polvo y tierra, aportando un efecto dramático para las cámaras, a la vez que se metían hasta en el último resquicio del material, por no hablar del personal.
  El legendario Regimiento 160º de Aviación de Operaciones Especiales (Special Operations Aviation Regiment, SOAR) Aerotransportado “Night Stalkers” se encargó de facilitar los helicópteros, pilotos y tripulaciones empleados en el rodaje. Bruckheimer aporta: “Tuvimos la suerte de trabajar con los Night Stalkers en ‘Black Hawk derribado’. Son la flor y nata, los mejores pilotos de helicóptero del cuerpo. Acababan de volver de un servicio, así que fue una suerte que nuestras agendas encajaran y pudiéramos contar con ellos”.
  Para el auténtico Night Stalker Jeff Gladden, que pilotaba el MH-47 Chinook durante el rodaje de 12 VALIENTES fue, en su opinión, “de vital importancia. Las escenas de vuelo que hacemos aquí son exactamente como se habrían hecho en Afganistán. Y estos son exactamente el tipo de aparatos que llevaron a los hombres a su misión”.
  A fin de reproducir K2, Glass y su equipo habían acumulado una enorme cantidad de documentación. El diseñador explica: “En 2001, el momento en que se ambienta nuestra historia, K2 era muy nueva, así que no queríamos que pareciera que llevaba años allí. Al mismo tiempo, aquellos con los que hablamos que estuvieron allí nos contaron que el campamento era muy adusto, hecho con prisas y nada pulido, así que nos aseguramos de que el set reflejara eso”.
  Rob Riggle confirma la autenticidad del K2 de la película, señalando: “Llegué al set y de inmediato me sentí como si estuviera en el verdadero K2. Parecía como si hubiera retrocedido en el tiempo”.
  La precisión era igualmente importante para el diseñador de vestuario Dan Lester, cuyo departamento llevó a cabo una minuciosa documentación sobre los uniformes que llevaban los Boinas Verdes en 2001. Además, se benefició del hecho de que “uno de mi equipo es un antiguo miembro de las Fuerzas Especiales, así que tenía sus propias raíces para obtener información. En pocas semanas, teníamos una representación bastante buena del aspecto que tenían los uniformes básicos, pero como eran de las Fuerzas Especiales, podíamos retocarlos un poco aquí y allá para individualizar sus siluetas”.
  A medida que avanzaba la misión del Comando Alfa 595 (ODA-595), su ropa iba acumulando de manera natural más tierra y mugre, así que había varias versiones de cada uniforme, para llevar desde el principio hasta el final. “Teníamos un departamento de envejecimiento pero, en general”, señala Lester, “nunca lavas la ropa, y eso funciona mucho mejor, porque así las han utilizado de verdad. También hicimos que los actores llevaran sus uniformes durante el campamento de instrucción, para que se acostumbraran a su peso y conseguir a la vez el desgaste natural”.
  Después de las escenas en K2, el equipo de rodaje se trasladó a unas dunas de arena al norte de Albuquerque —al final de la calle con el apropiado nombre de Lost Horizon (Horizonte perdido)— para las escenas gélidas y ventosas del Chinook dejando a las Fuerzas Especiales en los desiertos de Afganistán.
  “Volar en el Chinook fue increíble”, opina Michael Peña. “El piloto acertó con su marca mejor de lo que lo hace la mayor parte de la gente a pie. Así que aterrizamos en el punto justo, la puerta se abrió y echamos todos a correr, y con la cantidad de viento y arena que nos daba en la cara... se nos llenaban a todos los ojos de lágrimas. Y fue duro, porque tuvimos que repetirlo como 30 veces. Había un montón de adrenalina y todos tenían los ojos hinchados”.
  También fue en estas dunas donde Fuglsig dirigió escenas ambientadas en el denominado “Álamo”, un polvoriento grupo de evocadores edificios de adobe, donde los miembros del Comando Alfa (ODA-595) conocen al general Dostum. El decorador Wilhelm Pfau amuebló meticulosamente las destartaladas estructuras con auténticas alfombras afganas, teteras, armas y munición, e incluso fotos en las paredes del cabecilla de la Alianza del Norte convertido en mártir Ahmad Shah Massoud.
  Uno de los lugares de rodaje más extraordinarios fue la histórica mina Iron Duke, situada a más de 300 km al sur de Albuquerque, a una altura de unos 1767 m sobre el suelo del desierto. Fue ideal para hacer las veces de los puestos de mando del general Dostum en las cuevas Cobaki y Shulgareh, con unas vistas magníficas desde los pronunciados acantilados, de las cuales Fuglsig y Videbaek sacaron el máximo provecho.
  “Las escenas de las cuevas Cobaki fueron preciosas”, recuerda Chris Hemsworth. “Pero hacía un frío polar, y resultó tremendamente visceral. Si hubiéramos rodado en cualquier otra estación que no fuera el invierno, no creo que hubiera resultado tan efectivo. Nuestras interpretaciones giraron alrededor del entorno”.
  Glass agrega: “La primera vez que estuvimos reconociendo la mina desde un helicóptero, el lugar nos dejó impresionados”, admite. “Pero logísticamente fue una de las localizaciones más complicadas”.
  Tanto el reparto como el equipo atravesaron las sinuosas cumbres rocosas bien en unos pequeños pero resistentes vehículos Gator cuatro por cuatro, o bien en un transporte militar de cinco toneladas apodado “la Bestia”. En cualquier caso, no dejaba de ser un trayecto duro y agotador, pero que merecía la pena cada bache y cada sacudida para dotar a la película de escala y realismo.
  Michael Shannon comenta: “La altitud resultó dura a veces, podíamos encontrarnos fuera, expuestos a los elementos, con el frío y el viento levantando arena. Pero nunca perdimos de vista el hecho de que no era nada comparado con lo que los tipos de verdad tuvieron que pasar en realidad”.
  “No éramos más que actores interpretando nuestros papeles”, agrega Thad Luckinbill, “pero sentimos mucho respeto por lo que lograron las Fuerzas Especiales en condiciones mucho más duras que todo lo que tuvimos que afrontar nosotros. Todos queríamos esforzarnos al máximo por hacer justicia a su historia y que quedara lo mejor posible”.
  El equipo responsable del proyecto también puso mucho cuidado a la hora representar a la gente y la cultura de Afganistán. “Ahí es donde Navid Negahban acudió al rescate”, asegura Fuglsig. “Negahban y algunos de los actores afganos que formaban parte del reparto hicieron lo indecible por ponerse en contacto con la increíble comunidad de afganos de Nuevo México y de otras regiones. Tuve incluso la suerte de encontrar a algunos actores maravillosos entre ellos”.
  Además, Mir Sharifi, natural de Afganistán, que sirvió como asesor cultural no oficial, ayudó a la directora de casting de fondos Sande Alessi a reunir a afganos que vivían en la zona para hacer de extras. Su familia y él son figuras importantes de la comunidad afgana de Albuquerque y Nuevo México, y había colaborado valientemente con el Cuerpo de Marines de los EE. UU. como asesor cultural y de idioma durante ocho años. Sharifi también asesoró en materia de idioma y dialectos regionales, además de servir como consultor del departamento de vestuario de Dan Lester.
  El diseñador de vestuario se esforzó mucho para obtener o diseñar la indumentaria adecuada para los personajes y extras afganos. “Me documenté mucho”, comenta Lester, “y también mandé a gente a comprar a Afganistán y me enviaban fotos al móvil para que pudiera elegir lo que yo quisiera”.
  Lester incorporó distintas gamas de colores para crear un contraste entre la milicia del general Dostum y sus enemigos talibanes. “Nos ceñimos a tonos tierra cálidos para los afganos, pero utilizamos tonos más fríos, fundamentalmente grises y negros, para los talibanes”.
  Negahban también recibió una maleta llena de prendas de ropa directa de Afganistán, que incluía un abrigo chapan tradicional, exactamente como el que llevaba Dostum. También se ve al actor con una chaqueta rusa, que era la que llevaba el general al tomar Mazar-i-Sharif.
  La explosiva batalla culminante de la película se rodó entre los imponentes acantilados del cañón Thurgood de Nuevo México, que se halla a unos 80 km tras las puertas del enorme Campo de Misiles de White Sands (WSMR). El lugar hizo las veces del desfiladero de Tiangi de Afganistán, el peligroso cuello de botella en el camino que conduce a la ciudad estratégicamente crucial de Mazar-i-Sharif. Allí, ampliamente superados en número y en armamento, y a caballo, los 12 miembros del Comando Alfa 595 (ODA-595) de las Fuerzas Especiales y los combatientes de Dostrom se enfrentarían a las fuerzas de los talibanes y Al Qaeda, que estaban tan empeñadas en controlar Mazar-i-Sharif como los combatientes afganos y estadounidenses lo estaban en expulsarlos de allí.
  Fuglsig aporta: “El desfiladero de Tiangi es un paso estrecho entre las montañas y el único camino que lleva a Mazar-i-Sharif, que estaba sirviendo como bastión talibán. Habían erigido numerosas fortificaciones a lo largo de todo el desfiladero de Tiangi, lo que dificultaba enormemente a cualquiera atravesarlo”. Para captar la épica secuencia de combate, Fuglsig reunió a la primera y la segunda unidad, esta última bajo la dirección de Mic Rodgers, que también ejerció de coordinador supervisor de especialistas de la película.
  Con la inestimable colaboración de las autoridades militares de WSMR, Glass y su departamento convirtieron gran parte del cañón Thurgood, del tamaño aproximado de seis campos de fútbol, en un campo de batalla. Luego sembraron la zona de desechos de guerra, que incluían 55 vehículos, la mayoría de construcción rusa, dado que los despojos de guerra de ese país tras abandonar Afganistán eran utilizados por entonces por todos los bandos del conflicto.
  Ocho tanques rusos formaron parte del formidable despliegue, junto con armamento de artillería, “técnicos” (camionetas en las que han montado ametralladoras de forma improvisada) y un lanzacohetes BM-21 “Grad”, que dispara una andanada de 40 misiles y tiene un papel destacado en la batalla. Además, explica Glass: “Contamos con unos 13 sustitutos, como los llaman (tanques falsos empleados como objetivos para bombardeos en WSMR)”. Convenientemente para la producción, muchos de los vehículos ya estaban medio destruidos, o destruidos por completo, gracias al hecho de que los habían utilizado para pruebas de bombardeo o de demoliciones en el campo de misiles.
  El jefe de atrezo Curtis Akin y el armero Cory Wilde se encargaron de la abrumadora tarea de obtener o reproducir la amplia variedad de armas que se ven en el filme. “Realizamos una documentación exhaustiva de lo que utilizaban tanto la Alianza del Norte como los talibanes por aquel entonces”, aporta Wilde. “Sus armas principales eran AK-47 de fabricación rusa, junto con armas de fuego de conflictos de épocas anteriores de Afganistán, como el fusil de cerrojo británico Enfield. Para las Fuerzas Especiales, su arma preferida era el fusil M4. También contábamos con granadas propulsadas por cohete, armas cortas, dispositivos de apuntado láser, morteros, ametralladoras de calibre 50 y muchas más”.
  Los medios de transporte más importantes de los implicados en la batalla fueron los caballos, tanto reales como sus dobles mecánicos de aspecto realista, suministrados por Creature Effects. Para cualquier plano en el que los caballos pudieran correr cualquier tipo de peligro, la producción recurrió o bien a los caballos mecánicos o al equipo de efectos visuales, supervisado por Roger Nall.
  La protección de los actores equinos se extendió incluso a la preparación de los lugares de rodaje. Glass explica: “Tuvimos que crear caminos para los caballos que fueran seguros. En el cañón que hizo del desfiladero de Tiangi, tuvimos que alterar parte del entorno en consideración a los caballos, porque no pueden galopar por un terreno lleno de rocas. También utilizamos escombros falsos que parecían metálicos, pero en realidad eran de papel alquitranado para techados y goma. Los cortamos en pedacitos y los esparcimos, para que los caballos pudieran cabalgar sin hacerse daño. Y también tuvimos que pensar en los jinetes; si se tenían que caer, no podíamos permitir que se hicieran daño con algo duro o afilado. Y, por supuesto, cuando terminamos de rodar allí, lo limpiamos todo”.
  Mientras los caballos galopaban por el cañón en lo que Mic Rodgers califica de “una clásica carga de caballería”, Rasmus Videbaek empleó diversas técnicas de cámara para seguirles el ritmo. “Contamos con coches de persecución que conducían superrápido por el terreno con brazos de grúa encima que mantuvieran la imagen estabilizada. También contamos con drones sobrevolando el lugar y volando al lado. Lo estupendo de los caballos es que son animales muy cinematográficos; quedan magníficos en una película”, opina el director de fotografía.
  El supervisor de efectos especiales Mike Meinardus logró coordinar el enorme número de efectos físicos a lo largo del filme (que incluían impactos de bala, explosiones y estallidos de bombas) con la seguridad siempre presente como factor primordial. Para Fuglsig, el realismo era irreemplazable. “Siempre me han gustado los efectos ante la cámara”, afirma. “Fue interesante tratar de sumergir a nuestros actores en situaciones que resultaran lo más reales posible. Las interpretaciones de todos se volvieron mucho más intensas y todos sentimos como si estuviéramos viviendo y sintiendo esos momentos de guerra”.
  A lo largo del rodaje, se filmó en toda una serie de localizaciones más. Una zona recreativa en el suburbio de Los Lunas de Albuquerque se convirtió en el telón de fondo de las escenas filmadas en sus laderas de 1800 m, que mostraban batallas en la aldea afgana de Bescham y sus alrededores. El departamento de Glass transformó el centro del histórico Pueblo de Laguna en la aldea afgana de Dehi y también se utilizó como carretera que llevaba a la importantísima ciudad de Mazar-i-Sharif.
  El río Bravo hizo las veces del río Cumberland de Kentucky, donde vemos a miembros de ODA-595 sumergidos hasta el pecho en agua fría para un ejercicio de entrenamiento que se ve súbitamente interrumpido por los acontecimientos del 11-S. Un antiguo edificio de un centro de formación universitaria se convirtió en el cuartel general de las Fuerzas Especiales de Fort Campbell, con despachos y comedor incluidos, donde el atónito personal militar se reúne para ver en la televisión las noticias sobre los terribles atentados.
  Un barrio residencial de Albuquerque proporcionó los hogares de las familias de Mitch Nelson, Hal Spencer y Sam Diller, donde los vemos preparándose para despedirse de sus mujeres que, como esposas desde hace años de militares del Ejército, saben perfectamente cómo funciona la cosa y aceptan con valor lo inevitable.

EN EL FRENTE DOMÉSTICO...
  Una vez concluido el rodaje, Fuglsig inició el proceso de editar la película con la montadora Lisa Lassek. También colaboró con el compositor Lorne Balfe, que escribió la banda sonora de 12 VALIENTES.
  Balfe señala: “A la hora de crear la banda sonora con Nicolai, estuvimos de acuerdo en que la música no debía ser abrumadoramente orquestal. La emoción estaba en la historia y en las interpretaciones, y queríamos respetar eso, así que optamos por una banda sonora híbrida, que utilizaba principalmente un conjunto más pequeño”.
  La banda sonora resultante de Balfe acompaña al valeroso, emotivo, peligroso y, en última instancia, triunfal viaje de los boinas verdes desde su hogar hasta el frente de batalla.
  Chris Hemsworth observa: “Espero que la película permita a los espectadores entender en cierto modo lo que este equipo hizo en esos días inciertos tras el 11-S, pero también lo que todos los equipos de las Fuerzas Especiales hacen cada día sin ningún tipo de bombo y platillo. Quiero que la gente salga conociendo mejor a los valientes hombres y mujeres que arriesgan sus vidas para proteger las nuestras”.
  “Hay una estatua en la Zona Cero en homenaje a los logros de estos hombres”, aporta Jerry Bruckheimer. “Pero lo que descubrimos es que, aunque la estatua esté allí, la mayoría de la gente no tiene ni idea por qué está, y ni siquiera de que estos hechos hayan sucedido. Siempre me gusta contar historias sobre gente real que ha hecho cosas extraordinarias, y lo que estos ‘12 valientes’ lograron y el compromiso que tienen tanto ellos como sus familias por proteger nuestra libertad nunca debería olvidarse”.
  Nicolai Fuglsig concluye: “Espero que los espectadores se sientan inspirados por la historia de estos 12 valientes soldados estadounidenses. Recorrieron medio mundo para unir fuerzas con gente de una cultura completamente distinta a fin de enfrentarse a un enemigo común que todavía no entendemos por completo. No tenían ni idea de lo que se iban a encontrar, pero aun así se presentaron voluntarios para dejar atrás a sus familias y luchar por la seguridad de su país. Eso es lo que verdaderamente convierte en héroes a estos hombres y por lo que creo que su historia merece contarse”.

RECLUTANDO AL REPARTO...
  Chris Hemsworth encabeza el reparto como jefe del Comando Alfa 595 (ODA-595), el capitán Mitch Nelson. Nelson no es la primera elección de su oficial al mando para dirigir a sus hombres en Afganistán; de hecho, apenas una semana antes, Nelson se había trasladado a un trabajo de oficina que dejaba a su equipo sin un capitán, lo que a efectos prácticos los dejaba fuera de combate. Además, pese a llevar dos años preparándose con sus hombres, a diferencia de ellos, nunca había estado realmente en combate.
  Hemsworth agrega: “Al principio de la película, Nelson ha ocupado un puesto administrativo que lo mantendrá cerca de su familia y su hogar. Pero, cuando se producen los atentados del 11-S, todo eso cambia. Como todo el mundo de uniforme, quiere formar parte de la lucha; quiere estar ahí fuera, defendiendo a su país. Pero antes tiene que convencer a sus superiores para que le devuelvan a su equipo... y entonces para que los envíen”.
  “No creen que la unidad de Nelson deba ser la primera en entrar en acción por la inexperiencia de este en combate”, prosigue Bruckheimer. “Pero Nelson dice que nadie ha hecho nunca nada parecido, así que eso no debería suponer una desventaja para él. Su pasión por la misión disipa las dudas de sus superiores”.
  Con otros cinco equipos de las Fuerzas Especiales disputándose ser los primeros sobre el terreno, Nelson es el único que demuestra comprender de manera realista los particulares retos que tendrán que afrontar. Pese a las expectativas, promete conseguir en tres meses lo que supusieron que llevaría seis y garantiza que traerá a todo el mundo de vuelta a casa... con vida.
  Fuglsig observa: “El capitán Nelson aborda cualquier situación de frente, con una actitud directa y práctica. Es un marido y padre cariñoso, al que le preocupa mucho proteger a su familia, y parte del modo en que puede protegerlos es siendo un gran soldado.
  “Siempre es un reto retratar fielmente a un gran líder como el capitán Nelson”, opina el director, “pero Chris Hemsworth posee semejante confianza y fuerza sosegadas que su interpretación resultaba muy natural. Estaba totalmente entregado a su papel y fue un privilegio dirigirlo. Siempre es un placer trabajar con un verdadero profesional”.
  La admiración es mutua. “Nicolai estaba entusiasmado por formar todos parte de esto”, recuerda Hemsworth. “Su visión de la película y su atención al más mínimo detalle eran maravillosas. Su forma de plantear la escena hace que todo resulte lo más real posible y te mete en plena acción. Así que no parece una realidad exagerada; parece verídico, espeluznante e inmediato”.
  El miembro más veterano con diferencia del Comando Alfa 595 (ODA-595) es el primer suboficial especialista Hal Spencer, interpretado por Michael Shannon. A diferencia de Nelson, Spencer ha tenido su buena dosis de acción, pero en los dos años que han pasado entrenando juntos, Nelson se ha ganado su respeto, y la confianza que expresa Spencer en la capacidad del capitán para dirigirlos influye mucho en la decisión de reunir a Nelson con su unidad.
  Fuglsig aduce: “Spencer es muy respetado tanto por su equipo como por sus superiores, por lo que su opinión cuenta mucho. En esa situación, Spencer cree en Nelson y sigue sus órdenes, pero no por ello deja de valerse de su amplia experiencia para aconsejar al joven capitán. La forma que tuvo Michael Shannon de encarnar a Spencer como un guerrero sabio y curtido en combate fue asombrosa. Es un actor extraordinario”.
  Al describir a su personaje, Shannon explica: “Hal Spencer lleva mucho tiempo en activo y empieza a pensar que tal vez sea un buen momento para retirarse y pasar tiempo con su mujer y su hijo. Pero cuando se produce el 11-S, no puede darle la espalda a eso... no puede dejar pasar eso sin una respuesta. Pese a que sus mejores tiempos han quedado ya atrás, aún tiene algo que ofrecer. Así que por qué no emprender una última misión”.
  Bruckheimer, que ya había trabajado con Shannon en “Pearl Harbor”, apunta: “Michael es uno de nuestros grandes actores norteamericanos. Sea cual sea el papel que aborde, lo hace con una enorme labor de documentación sobre el personaje y siempre ofrece algo interesante”.
  Michael Peña interpreta a Sam Diller, que aporta al equipo un mordaz sentido del humor. “Queríamos a alguien que pudiera darle un toque de ligereza a la ecuación”, razona Trent Luckinbill, “y Michael Peña tiene un gran sentido para la comedia con sus bromas y un poco de sarcasmo, y desde luego aportó todo eso. Pero también es un actor dramático de gran talento, así que nos resultó fácil decidir que era la elección adecuada para el papel”.
  Peña asegura que el guion fue lo que le atrajo de inmediato del proyecto. “La primera vez que lo leí, me pareció sensacional cómo iba aumentando la tensión. Hay infinidad de variables y posibilidades en lo referente a de dónde puede venir el peligro, así que la verdad es que no sabes qué va a suceder y creo que eso contribuye a conseguir una buena película”.
  Trevante Rhodes encarna a Ben Milo, a quien describe como “el especialista en demoliciones, el experto en armas con un corazón de oro. Es grande y fornido, pero bajo eso tiene un lado tierno, que vemos en su relación con un niño afgano llamado Najeeb. Al principio, Ben no tiene ni idea de por qué ese niño lo sigue a todas partes, pero llega un punto en que entiende lo importante que es para él, y le conmueve”.
  Fuglsig admite: “La relación de Milo con Najeeb es uno de mis elementos favoritos de la película por lo sinceramente que Trevante fue capaz de mostrar cómo se desarrolla. Para mí, es el alma de la película”.
  Geoff Stults, que interpreta a Coffers, llama a su personaje “el quejica del equipo. Es bueno en su trabajo, pero es un listillo, lo que es divertido de interpretar, porque puedes decir lo que te venga en gana”, comenta riendo. “Esa es la naturaleza de un grupo así en las Fuerzas Especiales, se adoran unos a otros, se sacrificarían unos por otros, morirían unos por otros, pero al mismo tiempo no tienen ningún problema en burlarse unos de otros y en meterse unos con otros”.
  “Esa hermandad es la base de todo”, concuerda Rhodes. “Es una de las razones por las que continúan haciendo esto; sí, sirven a su país, pero también a esa hermandad. No hay nada como esa relación”.
  El veterano de doce años de la Armada Kenny Sheard, que también sirvió en Afganistán, aparece como el médico del equipo, Bill Bennett. Shear agrega: “Ese lazo es muy importante, porque cualquier cosa que haga cualquiera en las fuerzas armadas sabe que es un trabajo en equipo. Así que parecía lo adecuado que esa camaradería fuera un aspecto importante de la historia”.
  El reparto también contaba con otro militar veterano de verdad: Jack Kesy, que interpreta a Charles Jones, que formaba parte de los Marines de los Estados Unidos. Se encontraba a pocas manzanas del World Trade Center cuando cayó, y sirvió posteriormente en el extranjero.
  El resto de los actores que constituyen el equipo del Comando Alfa 595 (ODA-595) son: Thad Luckinbill como Vern Michaels, Austin Hébert como Pat Essex, Austin Stowell como Fred Falls, Ben O’Toole como Scott Black y Kenneth Miller como Kevin Jackson.
  Mientras los hombres se preparan para emprender su misión, tenemos ocasión de conocer a las mujeres de Mitch Nelson, Hal Spencer y Sam Diller en las escasas y preciosas horas que pasan con sus maridos antes de que partan, armándose de valor para los días y noches llenos de preocupación que saben que les aguardan.
  Molly Smith comenta: “Nos interesaba mucho mostrar las emociones contradictorias que pueden sentir las mujeres. Algunas de ellas se sienten comprensiblemente un poco enfadadas o frustradas. Están tristes, están emotivas... pero también están orgullosas de lo que están haciendo sus maridos. Es una forma muy real y, creo, muy profunda de mostrar un poco de lo que viven estas familias cuando se tienen que separar, sin saber si es la última vez que los verán”.
  La mujer de Chris Hemsworth en la vida real, Elsa Pataky, fue elegida para encarnar a la comprensiva mujer de Nelson, Jean, lo que supone la primera vez que los dos actúan juntos.
  “No necesitamos preparación alguna para conseguir nuestra química”, admite el actor con una sonrisa. “Hemos tenido siete años y tres hijos para ello. Pero me siento muy orgulloso del trabajo de Elsa en esta película”.
  Pataky no solo estaba encantada de trabajar con su marido por primera vez, sino que además se sintió honrada de interpretar a la mujer de un soldado norteamericano. “Jean sabe que se ha casado con un soldado y que estas cosas se escapan a su control. Es doloroso pensar lo que podría pasar pero, al mismo tiempo, Jean se siente muy orgullosa de Mitch y sabe que está haciendo lo correcto. También crea un vínculo entre las mujeres, porque están pasando todas por lo mismo. Admiro mucho la fuerza de las familias de todos los soldados que han pasado por esos momentos”.
  El quid de la misión del Comando Alfa 595 (ODA-595) es ganarse la confianza del general Dostum, interpretado por Navid Negahban. El actor natural de Irán, que se documentó ampliamente sobre su personaje, cuenta: “Dostum es un líder uzbeko de la Alianza del Norte que lleva en guerra desde que tenía 16 años, luchando primero contra los rusos y ahora contra los talibanes, que asesinaron a su familia”.
  Fuglsig agrega: “Dostum es un líder nato con tanta fuerza que impone respeto allá donde vaya, y no creo que hubiéramos podido encontrar a un actor mejor para interpretarlo. Me encanta cómo pronuncia Navid cada línea, con tanta fuerza y peso. Dio verdadera vida a la gran personalidad de Dostum”.
  El problema para Nelson y sus hombres es que la confianza de un guerrero de toda la vida como Dostum no se gana fácilmente. “Había una desconfianza enorme”, afirma Negahban, “porque Dostum los veía como una panda de chicos que pretendían decirle cómo luchar y salvar a su país, mientras que a los norteamericanos les preocupaba que Dostum y sus hombres pudieran estar tendiéndoles una trampa. Así que les cuesta un poco, pero a lo largo de la película se ve cómo van conectando, cómo se van convirtiendo realmente en hermanos de sangre. Para mí, es una historia importante de contar. Es una perspectiva distinta, se ve que los afganos luchan exactamente por las mismas cosas que luchan los norteamericanos. Tan solo quieren tener su libertad, cuidar de sus hijos y estar seguros. Nada más”.
  El actor prosigue: “La visión de Nicolai y cómo quería honrar a esta gente fue lo que me convenció para aceptar el papel. Quería formar parte de esta película pero, al mismo tiempo, siempre quiero hacer proyectos que signifiquen algo, y Nicolai me dio eso. Se convirtió en mi red de seguridad, la persona en la que podía apoyarme”.
  Los superiores que informan a Nelson sobre la misión de alto secreto son el coronel Mulholland, interpretado por William Fichtner, que ha aparecido en cuatro producciones de Jerry Bruckheimer, entre ellas los dramas bélicos “Black Hawk derribado” y “Pearl Harbor”, y el teniente coronel Bowers, interpretado por Rob Riggle.
  Curiosamente, Riggle, un veterano del Cuerpo de Marines, tiene un singular vínculo con la historia real de 12 VALIENTES y concretamente con su papel. El actor explica en detalle: “Tuve el placer de servir con el Tercer Batallón del grupo de Operaciones Especiales en noviembre de 2001 en Mazar-i-Sharif. Por aquel entonces, yo era un joven capitán del Mando Central, y pese a que soy un marine, me enviaron a unirme a estos tipos, y acabé trabajando a las órdenes del teniente coronel Bowers. Yo no era un pistolero como esos tipos, pero fue un privilegio servir con ellos y ayudarlos de cualquier manera que pudiera en su misión. No sucede a menudo que tengas ocasión de interpretar a tu antiguo jefe en la gran pantalla, así que fue todo un honor. Y me retiré como teniente coronel, por lo que interpretar a uno en la gran pantalla también tuvo su gracia”.
  El reparto principal se completa con Allison King como Marsha Spencer, Lauren Myers como Lisa Diller, el joven actor Arshia Mandavi como Najeeb, Laith Nakli como el comandante Ahmed Lal y Fahim Fazli como Khaled, dos miembros de la milicia de Dostum, y Numan Acar como el mulá Razzan, un brutal cabecilla de los talibanes.
  “Todos los miembros del reparto hicieron un trabajo magnífico”, asegura Fuglsig. “No me puedo creer la suerte que he tenido de trabajar con estos actores tan estupendos”.

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