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SINOPSIS
Han pasado casi tres décadas desde que el virus de la rabia escapó de un laboratorio de armas biológicas, y ahora, todavía bajo una cuarentena brutalmente impuesta, algunos han encontrado formas de existir en medio de los infectados. Uno de estos grupos de supervivientes vive en una pequeña isla conectada al continente por una única carretera fuertemente defendida. Cuando uno de los miembros del grupo abandona la isla para adentrarse en el oscuro corazón del continente, descubre secretos, maravillas y horrores que han mutado no sólo a los infectados, sino también a otros supervivientes...
INTÉRPRETES
JACK O'CONNELL, AARON TAYLOR-JOHNSON, RALPH FIENNES, RALPH FIENNES, JODIE COMER, EMMA LAIRD, KIM ALLAN, ERIN KELLYMAN, ALFIE WILLIAMS, ROBERT RHODES, EDVIN RYDING, CHI LEWIS-PARRY, GORDON ALEXANDER, ANGUS NEILL
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28 días despues (2002)
28 semanas después (2007)
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Desde su debut en un largometraje con Tumba Abierta, Danny Boyle se ha convertido en uno de los cineastas más innovadores del momento, un auténtico visionario famoso por empujar los límites del cine. Ahora, con 28 AÑOS DESPUÉS, ha creado una crudo y terrorífico relato que hará las delicias de los seguidores de su predecesora, 28 Días Después, al mismo tiempo que atraerá al nuevo público al mundo que Garland y él han creado.
Garland es también un reconocido director, famoso por crear películas que te hacen pensar. En 28 AÑOS DESPUÉS ha escrito un intrigante guion que lleva al espectador a un mundo sorprendente y electrificante. Boyle y él han vuelto a crear una experiencia visceral y frenética que no se parece a nada que hayamos visto antes.
La visión única de Boyle ha sido perfeccionada por el uso que el director de fotografía Anthony Dod ha hecho de la proporción de pantalla de 2,76:1 para crear una experiencia única en la que los espectadores vuelven a sumergirse en un Reino Unido asolado por el virus.
“Hemos usado un formato de pantalla ultra panorámico”, dice Boyle. “Pensamos que quedaría perfecto con el desasosiego que causan los infectados con su forma de moverse tan rápida. Cuando usas una proporción panorámica, los infectados pueden estar en cualquier lado, tienes que literalmente rastrear toda la pantalla buscándolos”.
El objetivo de Boyle en 28 AÑOS DESPUÉS ha sido conjugar esa sensación épica e inmersiva y encontrar nuevas formas de representar a los infectados, todo ello sin olvidarse de las entrañables relaciones entre los personajes que hicieron que la película original se convirtiese en todo un clásico del cine de terror.
RITOS DE INICIACIÓN...
Boyle y Garland nos presentan el mundo que existe tras el estallido del virus que diezmó el Reino Unido hace 28 años. La sociedad se ha tenido que reconstruir desde cero, creando nuevas comunidades.
“Nos imaginamos cómo volvería a crearse el mundo tras un apocalipsis, cuando todo lo que te rodea, todos los objetos, ahora ya no tienen valor o son inservibles”, dice Boyle. “¿Cómo harías para asegurarte los bienes esenciales, como la comida y el combustible?”.
28 AÑOS DEPUÉS transcurre parcialmente en la isla Holy, un terreno de unas 400 hectáreas en la costa noreste de Inglaterra en el que han creado una pequeña comunidad que se ha aislado del mundo exterior para protegerse de los infectados.
Esta cercana pero frágil comunidad está separada del continente por una carretera que permite a los isleños sentirse seguros. “La isla con su carretera parecía un sitio perfecto en el que empezar nuestra historia”, comenta Boyle. “La carretera es fácilmente defendible cuando el mar la deja expuesta. En vez de un entorno postapocalíptico parece más un pueblo de principios del siglo XX. Llega un momento en el que vuelven a poner el ojo en el continente, un territorio que ofrece nuevas oportunidades pero también nuevas amenazas”.
La carretera también sirve como recuerdo de una de las normas más importantes de la isla: si alguien no vuelve de una misión en el continente, nadie tiene permitido volver a buscarle. No se permiten equipos de búsqueda ni rescates.
“En esta película tenemos la oportunidad de conocer a los personajes a través de las normas que han acordado”, dice Boyle. “Eso nos ayuda a definir cómo piensan, cuáles son sus prioridades y quiénes son”.
Una sociedad autosuficiente como esta surge tras la reacción mundial ante la infección, que ha afectado a Inglaterra pero ha dejado al resto del mundo prácticamente a salvo. “Nos planteamos cómo sería la infección”, recuerda Garland. “¿Qué pasaría si un país entero estuviese en cuarentena y fuese abandonado a su suerte por el resto del mundo?”.
“Para encontrar la respuesta nos hemos fijado en el mundo actual”, continúa. “Hay una reacción despiadada y pragmática cuando una nación colapsa. En términos generales, a la gente a la que no le afecta el colapso acaban ignorándolo y continúan su vida como si nada”.
“La combinación de terror y política mundial crea una combinación muy potente”, dice el productor Andrew Macdonald. “Hemos querido crear una película de escala épica. Ha sido muy emocionante conseguir eso en 28 AÑOS DESPUÉS. Nos ha parecido el momento perfecto para continuar la historia de estos infectados”.
En la película conocemos a una familia que intenta sobrevivir en una isla. Jamie (Aaron Taylor-Johnson) es el cariñoso marido de Isla (Jodie Comer) y padre de su hijo Spike (Alfie Williams). Cuando los conocemos, Jamie está preparando a Spike para un importante rito de iniciación: una incursión dentro del continente y la oportunidad de matar a su primer infectado.
Al mismo tiempo están cuidando de Isla, quien está afectada por una grave enfermedad de la que todavía no tienen diagnóstico, ya que no queda ningún médico en la comunidad.
“Decidimos centrarnos en esta familia, lo que nos dio la oportunidad de ahondar en los personajes y sus relaciones”, explica Boyle. “A Alex se le ocurrió la idea de tener a una familia como protagonistas. Fue algo muy creativo. De esta forma hemos tenido la impresión de estar creando una película original, no una secuela. Ha sido muy emocionante para todos”.
“28 AÑOS DESPUÉS es en esencia una película familiar”, dice Garland. “¿Qué ocurre cuando un miembro de la familia no está infectado pero se pone muy enfermo? ¿Cómo reacciona el resto de la familia?”.
“Jamie reacciona ante esto de forma errática y compleja”, comenta Taylor-Johnson. “Está intentando solucionar todo en medio de una situación extremadamente difícil”.
“Todo el mundo en la isla se ha adaptado a vivir de forma tribal”, continúa. “Intentan protegerse de los horrores que les esperan en el continente. Su objetivo principal se ha convertido en sobrevivir”.
La situación toma un nuevo giro cuando Jamie emprende junto a Spike la peligrosa misión de ir a cazar infectados. Al mismo tiempo, este rito les ofrece una oportunidad de reforzar su relación padre-hijo. “Jamie comparte con su hijo toda su sabiduría, aun estando en una situación tan peligrosa”, explica Taylor-Johnson. “Es un rito de iniciación que le permite a Spike adquirir independencia. Es la transición de la inocente infancia a la adolescencia”.
“Podemos ver cómo Jamie le presiona para que madure un poco más rápido de lo que debería”, continúa Taylor-Johnson. “Intenta darle a Spike las herramientas necesarias para desenvolverse en este nuevo mundo. Jamie quiere que adquiera independencia. Se puede sentir el cariño que se tienen”.
Spike mata a su primer infectado con un simple arco, y cuando vuelve a la isla junto a su padre celebran su triunfo con una majestuosa fiesta. Aunque la feliz situación se convierte en otro momento de incertidumbre y crecimiento personal cuando Spike pilla a su padre cometiendo un acto algo indiscreto.
“Todo lo que Jamie hace por su familia surge del amor”, asegura Taylor-Johnson. “Pero al mismo tiempo es humano y comete errores. Spike no lo ve así y siente que ya no es su héroe. La confianza se ha roto y todas las cosas que Jamie le ha enseñado a Spike se desvanecen”.
La indiscreción de Jamie enciende al joven, quien está decidido a ayudar su madre convaleciente. Aunque Isla pasa casi todo el tiempo en cama, Spike tiene una fuerte conexión con ella, incluso más que con Jamie. “Spike e Isla aportan un toque de humanidad y cariño dentro de esta increíblemente aterradora situación en la que luchan por sobrevivir”, dice Jodie Comer.
La enfermedad de Isla refuerza la dinámica familiar, pero también la pone a prueba. “Está tan enferma que no puede salir de la cama”, dice Comer. “Isla está confundida a menudo y no ejerce mucho el papel madre, lo que hace que Spike tome ese rol. Isla y él juegan mucho y hacen tonterías, algo que no experimenta con su padre. Ella le aporta algo muy diferente”.
“Aunque, al mismo tiempo, su enfermedad ha afectado mucho al matrimonio”, añade Comer. “Aun así, Aaron, Danny y yo siempre tuvimos claro que su relación está basada en el amor y que Jamie quiere lo mejor para ella”.
“Hay mucho más en la relación entre Jamie e Isla de lo que parece a primera vista”, comenta Taylor-Johnson. “Su relación está marcada por el trauma y la negación, pero llevan muchos años juntos y se quieren mucho. Lo principal que tienen en común es lo mucho que quieren a Spike”.
Toda la trama y elementos en la historia han fascinado a Comer, quien ya conocía el mundo que Boyle y Garland crearon en 28 Días Después. “Me encantó la primera película”, admite. “Lo que realmente me impactó fue la sensación de peligro constante y la humanidad y cariño a lo largo de toda la película. En esta nueva entrega me ha impresionado la evolución que han tenido los infectados y ver cómo la gente de esta isla ha conseguido sobrevivir”.
“Decidimos que Jodie tenía que aparecer siempre sudorosa y ajada, y ya te digo que es muy difícil hacer que Jodie parezca ajada”, bromea entre risas Flora Moody, la responsable de maquillaje de la película. “Le aplicamos todo lo que el resto de los mortales sufrimos normalmente, como bolsas, ojos enrojecidos y un tono de piel grisáceo”.
A medida que la dinámica familiar se complica, un misterioso fuego al otro lado de la isla llama la atención de Spike y su imaginación le lleva a pensar en la posibilidad de que ahí viva un médico que pueda curar a Isla. “Así que decide sacarla de la isla e ir con ella hasta ese punto, probablemente el sitio más peligroso al que podría llevarla, pero también es consciente de que su tiempo se agota”, dice Comer. “Desde el principio Spike debe guiarla y tratarla con sinceridad, algo que acaba siendo todo un peso para él”.
A Garland y Boyle les atrajo mucho la idea de convertir a un chico joven en el protagonista de la historia. “A Danny le gusta la subversión”, dice el guionista, “y sabe que convertir a un adolescente en el protagonista de una película sobre un virus mortífero es romper las convenciones del género. De hecho, hay varios elementos en la historia que rompen con los estereotipos del género”.
Alfie Williams, en su debut en la gran pantalla, ha sido el encargado de personificar las diferentes facetas y complejidad de Spike. El joven actor ha disfrutado enormemente ahondando en el personaje y su transformación, pasando de un guerrero novato que no conoce un mundo sin infectados a un intrépido y creativo protector.
“Cuando Spike emprende su primera misión con Jamie en la que mata a su primer infectado sabe que lo importante es aprender a sobrevivir, por mucho que luego hagan una fiesta”, dice Williams. “Spike se da cuenta de que la vida en la isla no es tan idílica y que ahí fuera hay infectados que te pueden despedazar en un segundo. Todo eso hace que se haga más fuerte”.
“Spike es en esencia un niño normal viviendo en un mundo muy anormal”, continúa Williams. “Quiere mucho a su madre y a su padre y desea que vuelvan a ser la familia que conocía. Así que busca una manera de salvarla para poder volver a ser la familia que eran antes de que ella se pusiese enferma”.
A Boyle le parece que este segundo rito de iniciación era inevitable. “Spike, al igual que muchos adolescentes, prefiere aventurarse dentro del mundo hostil”, dice. “Podríamos preguntarnos por qué se arriesga a perderlo todo teniendo un hogar tan maravilloso en la isla. Pero así es como funciona el mundo. Es evidente que lo que quiere es ayudar a su madre”.
“Aaron ha protegido mucho a Alfie, ya que era la primera vez que vivía un rodaje de esta envergadura”, dice Boyle. “A menudo me encontraba con los dos, Aaron explicándole a Alfie técnicas de respiración para asegurarse de estar listo para una escena. Ha sido algo maravilloso ver a Alfie copiar a Aaron mientras se preparaban para el rodaje”.
MEMENTO MORI...
En latín memento mori significa “recuerda que morirás”, una locución que te recuerda que eres mortal y que algún día morirás.
Es también un recuerdo constante de la amenaza de los infectados y define la filosofía de vida del doctor que Spike e Isla buscan, Ian Kelson, interpretado por el nominado al Óscar Ralph Fiennes: “Kelson es, por encima de todo, un superviviente”.
No teniendo a su alcance técnicas quirúrgicas modernas ni medicinas, Kelson ha encontrado una alternativa algo intrigante para curar. “Kelson ha construido un templo como memorial para los muertos y todos los que han sido infectados”, dice Fiennes.
La estructura tiene el tamaño de una iglesia y está compuesta enteramente por huesos humanos: fémures, cajas torácicas, pelvis, cráneos…
Este “templo de huesos” es un tributo a los muertos, a todos los muertos. “Kelson ha aceptado la muerte como un hecho”, continúa Fiennes. “La muerte está muy presente en su vida, y en vez de huir de ella o pretender que no existe, Kelson decide homenajearla. Es un personaje con aires religiosos, pero también es un humanista”.
“Cuando se reúnen con Kelson, Spike e Isla se sorprenden de encontrar un espacio maravilloso, un reducto lleno de compasión dentro de un universo de terror”, dice Boyle. “También se encuentran con las buenas intenciones del médico, que aunque tiene muy pocos recursos hace todo lo que puede por ayudarles”.
“La primera vez que vemos a Kelson pensamos que es un tipo muy raro”, continúa Boyle. “Entonces te das cuenta de que el templo es en realidad un sitio precioso, algo bastante raro en este tipo de películas. La gente espera una carnicería en todas las escenas, pero nosotros hemos creado un memorial maravilloso para todas las víctimas de la infección”.
Kelson muestra su compasión al recolectar huesos tanto de humanos como de infectados. “No diferencia unos de otros”, comenta Garland. “Kelson es médico, así que los ve a todos como personas, solo que algunos estaban enfermos. Para él los infectados no han dejado de ser personas. Por eso construye este osario como memento mori de todos los que han perdido la vida. Se podría ver como una especie de instalación artística. Recolecta huesos con los que hace una estructura, les vuelve a dar valor”.
El templo de Kelson es al mismo tiempo desconcertante e impresionante. “Todo surge de cuando Danny nos animaba a ir un paso más allá con la estética, evitando crear una ventana hacia un mundo paralelo”, recuerda el diseñador de vestuario Gareth Pugh. “Es más bien un espejo del mundo moderno”.
Pugh y su compañero de producción y vestuario Carson McColl se inspiraron en el memorial del COVID de Londres y en la ladera de un monte en Lituania que tiene miles de crucifijos de todos los tamaños. “A Danny le encantó”, dice McColl. “Es algo nuevo y diferente, y nos llevó a buscar espacios igual de especiales en zonas rurales de Reino Unido”.
Tras visitar bastantes localizaciones, los cineastas encontraron el sitio perfecto para el templo de huesos en Redmire, un pueblo en North Yorkshire, “donde todos sentimos algo especial”, comenta Carson. “Hay algo mágico en ese sitio, parece que el tiempo se ha congelado hace mucho mucho tiempo”.
Construir un monumento de ese tamaño ha acabado siendo un trabajo titánico. El equipo de producción usó más de 250.000 réplicas de huesos y 5.500 cráneos. Los trabajos de construcción duraron la friolera de seis meses.
A medida que avanzaba el proyecto del templo, y mucho antes de que las cámaras empezasen a rodar, Fiennes y Boyle empezaron a definir cómo sería su relación con Spike e Isla. “Spike representa la inocencia, la bondad innata, y un rayo de esperanza en un entorno en el que todo se ha ido al traste”, comenta Fiennes. “Danny y Alex han creado una historia maravillosa sobre el potencial de hacer el bien, incluso bajo las circunstancias más terroríficas”.
Fiennes también ha colaborado estrechamente con Pugh, McColl y Moody para definir el entorno en el que se encuentra Kelson.
“Me impresionaron mucho las imágenes del templo de huesos que crearon Gareth y Carson”, recuerda Fiennes. “Hablamos largo y tendido sobre el mundo de Kelson y su ropa. Una de las cosas que definen al personaje es que está cubierto de yodo, un profiláctico contra el virus. Por tanto vemos a Kelson siempre de un color naranja por culpa del yodo. Luego decidimos que debía llevar la cabeza rapada, así le daría una estética más cruda”.
“Flora se planteó que haría la gente sin champú ni maquillaje”, continúa Fiennes. “Queríamos que este personaje embadurnado de yodo fuese impactante y llamativo”.
Gracias a esto Kelson siempre causa una primera impresión que nadie olvida. Cuando Spike e Isla finalmente se cruzan con él, lo encuentran desnudo, pintado de naranja y con una cerbatana hecha con una tubería de cobre que en su interior alberga una combinación letal de morfina y un poderoso sedante.
UNA NUEVA GENERACIÓN DE INFECTADOS...
Han pasado veintiocho años desde la crisis del virus de la ira, una virulenta infección sanguínea que sume al huésped en un estado de ira extrema e incontrolable, y han surgido nuevas variantes. Los nuevos infectados tienen por tanto un aspecto distinto de los que ya conocíamos.
Los llamados “slow-lows” son gordos, carnosos y lentos. Se desplazan apoyados sobre sus cuatro extremidades prácticamente rozando el suelo con la tripa.
Luego nos encontramos con la primera generación de infectados, aquellos que cayeron durante las primeras oleadas del virus hace casi tres décadas. Tienen los músculos definidos y las venas muy marcadas. La ropa que llevaban se ha desintegrado hace mucho tiempo, así que deambulan desnudos y se mueven como animales.
El impresionante “berserker” o infectado Alpha es el más temible. Al parecer la adrenalina del nuevo virus funciona como una hormona de crecimiento o un esteroide bestial. Más impactante aún es el hecho de que también son más listos. Su arma favorita es la cabeza de una víctima –columna vertebral incluida– que manejan como si fuese un látigo.
Aunque cada mutación de infectado es diferente, Moody quería que todos tuviesen algo en común. “Pensamos en una alteración física característica del virus: una infección que surge del corazón y se expande por todo el pecho. Jugamos con muchas texturas, formas y colores, eligiendo finalmente un blanco verdoso, el mismo color del musgo que crece donde viven los infectados. Cuando ves ese color en el pecho de alguien es inevitable pensar que está infectado. Además de estar desnudo, obviamente”.
Para los “slow-lows”, el especialista en maquillaje John Nolan cubrió su zona púbica con prótesis con forma de nuevos genitales, asegurándose de cubrir determinadas zonas. “Los ‘slow-lows’ tienen el torso húmedo porque no les da el sol, son como una especie de babosa”, explica Nolan. “No pueden ponerse de pie ni rodar sobre sí mismos. Son bastante extraños, aún en este universo, ya que los infectados en 28 Días Después están todo el rato corriendo a toda velocidad. Los ‘slow-lows’ se alimentan de los restos que dejan los otros infectados. Tienen unos dientes horribles con los que succionan estos restos. Así que sí, son bastante asquerosos”.
En el proceso de definir a los infectados, Boyle y Nolan han tenido todo el rato en la cabeza una frase que dicen en Parque Jurásico: “Queríamos mostrar su evolución, porque ‘la naturaleza siempre encuentra la forma’ de evolucionar”, comenta Boyle. “No se detiene ante nada, sin importar lo asqueroso o precioso del resultado”.
“En la película hemos acelerado esa transformación. Han pasado solo veintiocho años desde la aparición del virus, que en términos evolutivos es un suspiro. Hemos comprimido todos los cambios y hemos forzado la evolución. Han surgido diferentes tipos de infectados. Hay incluso familias de ellos, que hasta empiezan a formar grupos distintos”.
Cada tipo de infectado tiene habilidades distintas, todas coordinadas por el supervisor de movimiento Toby Sedgwick: “Mi trabajo ha consistido en enseñar a los actores a moverse, a convertirse en un infectado. Les enseñé como moverse con diferentes niveles de tensión. El virus causa muchísima tensión en el cuerpo, lo que hace que se muevan de forma tan errática e impredecible. Incluso cuando caminan hacia adelante se mueven de lado a lado. Puede que ellos no quieran caminar hacia adelante, pero es la infección la que les empuja a hacerlo”.
Los infectados presentan una amenaza constante a los isleños que se adentran en su territorio buscando recursos o, como Jamie y Spike, para completar un rito de iniciación. Para todo aquel que viva fuera del Reino Unido, tierras libres de la infección, una visita a esta tierra maldita sería una experiencia traumática.
Tomemos como ejemplo a Erik Sundqvist, un soldado de la OTAN sueco cuya misión es evitar que ningún infectado salga de Reino Unido. Su barco sufre un accidente y acaba varado en tierra junto a un compañero en una zona plagada de infectados. “Les parece un lugar extraño y terrorífico”, dice Edvin Ryding, quien interpreta a Erik. “Hay mucha diferencia entre Erik y Spike, quien ve a los infectados como algo normal en su vida. A Erik sin embargo le parecen una amenaza incomprensible”.
Un ejemplo de esta amenaza es el infectado al que nombran Sansón, con el que Erik se topa poco después de salvarles la vida a Spike e Isla. “Cuando haces una película de terror buscas imágenes que impacten al espectador”, comenta Boyle sobre esta escena y otras similares de la película. “Hay una necesidad de ser visceral, de llevar todo lo más lejos posible. Este encuentro es una manera muy potente de ilustrar el poder que puede llegar a tener un infectado”.
Chi Lewis-Parry es un artista marcial, actor y guardaespaldas que interpreta al infectado Alpha dentro de los Alpha, el mastodóntico Sansón.
Lewis-Parry mide más de dos metros, así que ya impresiona de por sí, pero Nolan y Moody han querido que su físico fuese incluso más impactante. “Hemos sobredimensionado todo. Queríamos que Sansón fuese grotesco, intimidante y terrorífico”, dice Nolan. “Creamos una prótesis del torso llena de cicatrices y le añadimos músculos por toda la espalda, con lo que aumentamos su volumen en un cuarenta por ciento”.
REINO UNIDO: 28 AÑOS DESPUÉS...
¿Qué aspecto tendría Inglaterra tras 28 años de una plaga que ha diezmado el país? Los cineastas han apostado por una vuelta a la naturaleza. Los supervivientes viven en zonas de hierba alta, preciosos campos en los que la vegetación crece donde antes había asfalto. También acaban concentrados en zona con protección natural, como una isla.
Los diseñadores de vestuario y producción Carson McColl y Gareth Pugh fueron los encargados de hacer realidad la visión de Boyle para la isla, “un espacio anclado en el pasado con una estructura social ordenada y algunos toques tiránicos”.
“Encontramos un libro sobre la época posindustrial en Glasgow, una ciudad de colores apagados, que acabó sirviendo como inspiración para la estética de la película”, comenta Pugh. “Eso nos ayuda a explicar por qué a Spike le atrae tanto la abundancia y colorido del continente”.
“Danny quería que los isleños fuesen algo retorcidos”, añade Flora Moody. “Su ropa debía estar raída y obviamente confeccionada por ellos. Todos tienen peinados curiosos, ya que se cortan el pelo con cizallas. Hemos querido reflejar la angustia de vivir en la incertidumbre y con muerte allá donde mires”.
¿QUIÉN NECESITA UN iPHONE CUANDO TIENES 20 (y una vista panorámica 2,76:1)?...
28 AÑOS DESPUÉS se rodo con cámara digital, algo que le dio un aspecto casero. Cuando llegó el momento de hacer la nueva película, el equipo se propuso encontrar una estética única en parte inspirada por esa primera aproximación.
“Me imagino que podríamos haberlo ignorado, pero decidimos usar eso como inspiración”, dice Boyle, quien explica que en la primera película Garland y él tuvieron la idea de usar cámaras de vídeo domésticas ya que en aquella época hubiese sido muy común encontrarse grabaciones de los terrores del apocalipsis en cualquier lado. Partiendo de esa idea, 28 años después el iPhone es sin duda la nueva versión de la videocámara de 2002.
Para representar el apocalipsis, Boyle cree que “es maravilloso implantar una serie de parámetros y limitaciones técnicas”. Eso incluye el uso del iPhone para determinadas secuencias, llegando a usar hasta 20 al mismo tiempo. Pero ese solo ha sido uno de los métodos que han usado los cineastas.
Han empleado varias técnicas de producción para conseguir esa sensación inmersiva. Han puesto cámaras sobre los actores y usado sensores especiales, estructuras con varias cámaras y drones, además de emplear un amplio abanico de lentes y tipos de cámara. En las escenas grabadas con iPhone han usado hasta tres estructuras especiales.
“Una estructura podía incluir hasta ocho cámaras y las podía llevar una sola persona con facilidad. También usamos una para diez cámaras y otra para 20”, explica el responsable técnico en las grabaciones con iPhone. “No suelo hablar de estas cosas, pero hay una escena alucinante en la segunda mitad de la película en la que usamos una estructura con 20 cámaras. Sabrás cuál es en cuando la veas. Es un plano bastante gráfico pero precioso en la que usamos esa técnica de forma tan sorprendente que te lleva a un mundo completamente nuevo. Es algo que nunca se ha visto”.
Boyle compara la estructura con 20 cámaras a “la técnica ‘bullet time’ pero para pobres”. Les da versatilidad a los cineastas en tema de luz y escenas en localización, además de poder acoplarse a una grúa, camarógrafo o incluso posicionarse en localización.
“Se use donde se use, nos da una visión de 180 grados de la acción. Luego en el montaje puedes seleccionar la parte que te interese, ya sea una perspectiva convencional de una cámara o moverte al instante por la escena, o incluso saltar adelante o atrás en el tiempo con el objetivo siempre en pantalla”, dice Boyle. “Es una película de terror, así que empleamos las escenas violentas para crear más impacto”.
“También me gusta por la misma razón que me gusta salirme de lo convencional”, añade. “Un momento el espectador está dentro de la escena, en la acción, en vez de estar viendo una película como siempre. Es como si estuvieses en la misma habitación que Jodie Comer y su hijo mientras vierte toda su ira sobre Aaron Taylor-Johnson, como si estuvieses en el tren abandonado con el Alpha desnudo y su arma de cráneo y columna humana”.
Dod Mantle ha empleado también cámaras convencionales, aunque de una manera poco convencional. “Básicamente me centré en grabar la energía térmica y su movimiento”, relata sobre cómo capturó a los animales e infectados que merodean por el continente.
Para aumentar el aspecto grotesco de algunos infectados, Dod Mantle les puso una cámara para que se viese cómo su cuerpo carnoso se arrastraba por del suelo.
“Es como incorporar al espectador dentro de la película gracias a la lente que usamos”, explica Dod Mantle. “Es algo que nos encanta a Danny y a mí. Mi objetivo ha sido que el espectador sintiese que estaba subido sobre la espalda de un infectado”.
Boyle tomó la decisión de rodar con proporción panorámica de 2,76:1, algo normalmente usado para estrenos en Imax o Ultra Panavisión 70mm como Los Odiosos Ocho de Tarantino, Oppenheimer de Christopher Nolan y Pecadores de Ryan Coogler.
Esa proporción ha ayudado a Boyle a ir un paso más allá. “Esta es la décima colaboración entre Danny y yo”, añade Dod Mantle, “así que nos entendemos a la perfección. A los dos nos encantan las ideas alocadas y las técnicas y tecnología que nos ayudan a ir un paso más allá. Nos gusta probar cosas, retarnos y romper con el academicismo. Hemos querido hacer todo eso en esta película”.
Estas técnicas han hecho posible que Boyle cree una película de terror de autor pensada para ser vista en la gran pantalla. “He buscado esa intensidad sofocante que se siente cuando no puedes escapar de un sitio”, comenta. “Pero al mismo tiempo debía haber espacios placenteros en este mundo. El terror también puede ser placentero, especialmente cuando se comparte la experiencia en una sala llena de gente”.
“Quiero que los espectadores se sientan y piensen, ‘Estoy aquí, ahora soy parte de esto’”.
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