INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL DIRECTOR...
Desde el exitoso estreno de “ Un Franco,14 pesetas”, película que narra la emigración de mi familia a Suiza en los años sesenta, espectadores de distintos países me han estado pidiendo una segunda parte que contara la evolución de esas vidas tras su desencuentro con su propio país.
Creo que siete años es la medida perfecta, en la ficción y en la realidad, para tener perspectiva y capacidad de análisis sobre la evolución de los personajes y sus circunstancias.
Para mi tercer largometraje, después de la tragicomedia de “ Un Franco..” y el drama “Ipansi” tendía claro que quería hincarle el diente a la comedia pura y dura, pero no gruesa ni grosera, sino más bien dentro de ese estilo que, durante mucho tiempo, más y mejor nos ha representado, algo que tuviera la gracia, la frescura, el casticismo de nuestro mejor neorrealismo o las comedias de Azcona, observador detallista de ese mundo tan característico y tan nuestro.
Quería también hacer una comparación en clave de humor de dos mundos, dos mentalidades, dos culturas absolutamente distintas como fueron y siguen siendo la suiza y la española. El conocimiento profundo de las dos y el cariño sincero que por las dos siento, me sitúa en una posición privilegiada para contar con nostalgia, admiración y análisis crítico, cómo fuimos nosotros, cómo eran ellos, y de qué manera al cabo del tiempo, hemos llegado a entender que nos complementábamos, casi perfectamente.
Para aquellos que no conozcan la primera, la película tendrá valor en sí misma, sin necesidad de la anterior, encontrando una perfecta lógica en cada una de las situaciones que se narran. Para aquellos que además conozcan ya a los personajes por haber visto la anterior, tendrán la posibilidad de saborear con especial gusto y deleite los conflictos y situaciones que se muestran en ella.
Hay que decir, aunque esta afirmación sorprenda a muchos, que gran parte de lo que en ella se cuenta, fue verdad, le ocurrió a gente que todavía vive y por los que siento un especial cariño. Mi deseo es que los espectadores disfruten viéndola, tanto como yo escribiéndola.