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CRITICA
Por: PACO CASADO
Al cine americano le ha dado por tomar los personajes de los cuentos e inventar historias sobre ellos, como ocurre con Blancanieves sobre la que ya se hizo una primera película y ahora ésta que es la precuela de aquella, 'Blancanieves y la leyenda del cazador' (2012), que amplía el universo fantástico de la primera parte sumergiéndose en la verdadera historia del cazador Eric, que se convierte aquí en protagonista y Blancanieves ni aparece ni se le espera, en medio de un trasfondo épico repleto de momentos de acción, humor y romance.
Mucho antes de que Ravenna fuese apuñalada y vencida por Blancanieves, la malvada reina fue testigo de cómo su bondadosa hermana Freya sufría una traición y huía del reino decidida a entrenar a un ejército de cazadores letales.
Valiéndose de su habilidad para congelar al enemigo, la reina del hielo Freya, en su palacio invernal cuenta entre sus filas con Eric y la guerrera Sara pero descubre que sus dos campeones han incumplido la única regla impuesta a los soldados: desterrar el amor de sus corazones. Eric y Sara desobedecen y vivirán su amor. La reina del hielo, dolida de su traición, mandará buscar el espejo mágico para resucitar a su hermana, la Reina Ravenna, con la intención de acabar con ellos.
De camino el argumento se aprovecha para destacar los efectos que producen en las personas los sentimientos negativos como el odio o la envidia y las consecuencias que éstos originan.
Es la ópera prima de Cedrid Nicholas-Troyan que fue el encargado de supervisar los efectos visuales de la primera que tuvo que hacerse cargo de la dirección tras haber sido despedido Rupert Sanders, el director de la anterior, que hizo cerca de cuatrocientos millones de dólares en todo el mundo.
La idea es la de crear una nueva franquicia con la que continuar explotando el filón que dio la primera y seguir inventando historias en torno al tema, estiradas al máximo lo más posible, con un ritmo irregular que a veces se estanca, con escenas resueltas de forma rutinaria, de un guion plano e inconsistente que en ocasiones se vuelve caótico, sin una dirección clara a donde ir en un mundo sobrecargado de fantasía, con unos enanos que no tienen gracia en su intento de hacer humor.
Afortunadamente todo ello está adobado con unos buenos efectos especiales y apoyado en el notable reparto de actores que tiene de base, merecedores de mejores personajes que éstos, imposibles de interpretar, aunque tratan de sacarlos adelante, situados en magníficos decorados naturales y bellos paisajes, con una ruidosa banda sonora y mucha acción a base de batallas y enfrentamientos con los enemigos que a lo más que llega es a entretener y hacer pasar el rato.
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