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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine de hoy, tan dedicado a superhéroes y producciones superficiales de acción y violencia, se echaba de menos una historia de amor con un mayor contenido y profundidad, aunque en este caso se ambiente en una guerra, de la que hay apenas unas escenas, como las que se hacían antaño en el cine americano con algo de intriga y suspense, que hace mucho tiempo que no se veía.
Esta es la historia del oficial canadiense de inteligencia, Max Vatan, quien en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, en el norte de Africa, viaja a Casablanca, dominada por el gobierno de Vichy, hogar de refugiados de guerra y de nazis, donde conoce a una atractiva mujer francesa, Marianne Beauséjour, miembro de la resistencia gala, para llevar a cabo una arriesgada misión en una operación mortal clave tras las líneas enemigas contra los nazis.
La pareja, experta en la simulación, que finge ser un matrimonio parisino, comienza una relación amorosa y reunidos posteriormente en Londres deciden casarse, pero su matrimonio, esta vez real, se verá amenazado por la sospecha sobre la auténtica identidad de ella y las presiones extremas de la guerra, que enturbian su relación.
Si en el matrimonio siempre hay sembrada la duda de una posible infidelidad sexual, mucho más cuando esto sucede entre una unión conyugal formada por dos espías y si ambos son expertos en saber disimular.
Pese a que transcurra durante gran parte en la Segunda Guerra Mundial, no es una película de guerra sino una historia de amor con muy contadas acciones bélicas, divida en dos partes que están condicionadas por los escenarios de Casablanca y Londres.
La primera parte, que está ambientada en el norte de África durante la Segunda Guerra mundial, puede recordar ligeramente a 'Casablanca' (1942), de Michael Curtiz, debido también a los decorados, a un vestuario muy cuidado y la perfecta reproducción de la época.
En la segunda se centra más en el drama de esa mujer capaz de ser espía y de comportarse con una madre y esposa amorosa con su marido y su bebé.
La pareja transmite tanto glamour como los actores clásicos y parece un film de los 40 o 50.
Es entretenida, mantiene la tensión continuamente, se deja ver con agrado pero sin un gran entusiasmo.
El director de éxitos como 'Tras el corazón verde' (1984), 'Regreso al futuro' (1985), 'Forrest Gump' (1994), Robert Zemeckis, tiene una filmografía de géneros muy variados, pero hasta ahora no había tocado el de la Segunda Guerra Mundial, aunque lo que nos muestra en esta producción de espías es un apasionado romance entre el drama bélico, que se desarrolla en Marruecos, aunque rodado en las Islas Canarias.
Pero lo que comienza como una farsa se convierte en un romance de verdad que lleva a la pareja hasta Inglaterra, siempre con el riesgo de tener que ser fiel al matrimonio y a su país si se descubre algún secreto.
Una cinta que trata de recuperar el antiguo espíritu de Hollywood en un relato que bebe del género de espías, donde hay suspense con una historia de amor con oscuridades y mentiras y con una perfecta ambientación de esos años, pero no es suficiente porque al margen de que tiene un buen guionista como Steven Knight, que hace un guion bastante correcto, sobre una historia real que escuchó una vez sobre un espía y una maestra de escuela, el espíritu de aquellos años no acaba de estar muy presente en los dos protagonistas a pesar de los rumores que ocasionaron.
Una decente película que intenta homenajear al cine americano del Hollywood de épocas pretéritas, que se desarrolla en Casablanca, una ciudad convulsa, donde los nazis estaban dominando la zona, con un argumento algo inocente, no tan complejo como lo que se hacen ahora, y las dos horas pasan sin mirar el reloj, con Marion Cotillard como estrella de la función bien acompañada de Brad Pitt.
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