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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine carcelario femenino lo hemos visto en otras versiones y en situaciones como las de Argentina con sus correspondientes torturas y desapariciones debido a las represiones de la dictadura. En este caso se trata de la uruguaya. Son historias que por más que sean conocidas o repetidas de unos países a otros, son documentos imprescindibles que deben seguir conociéndose, aunque sus finales sean previsibles por ya vistos.
La directora uruguaya Manane Rodríguez, en éste su sexto largometraje, intenta dar visibilidad a las mujeres que en la década de los 70 lucharon por la libertad de la dictadura militar de Alfredo Stroessner en su país, que duró desde 1954 hasta 1989, durante la cual sufrieron persecución, represión, vejaciones, encarcelamiento y torturas en el penal militar de Punta de Rieles, debido a sus actividades políticas.
La realizadora se marchó a España huyendo de la dictadura.
En el film expone la denuncia que sobre las barbaridades cometidas contra ellas presentaron 28 ex presas políticas en 2011, que sufrieron aquellas atrocidades entre 1972 y 1983.
Varias de éstas eran amigas de Manane Rodríguez que ha querido darles voz a aquellas mujeres olvidadas tras la llegada de la democracia a Uruguay.
Algunas de ellas le asesoraron a la hora de hacerle este homenaje a esas chicas que tenían entre 18 y 24 años en aquellos momentos, a las que nunca se les preguntó posteriormente sobre esos lamentables sucesos.
La cinta está inspirada en la historia de Liliana Pereira Echeverría que fue una de ellas, que vive en Galicia, separada de su hijo que sigue en Montevideo y las noticias que le llegan hacen que recuerden aquellos años de prisión y de dictadura.
La directora de 'Un cuento para Olivia' (2009), ya en 'Los pasos perdidos' (2001) se interesó sobre los niños robados y los desaparecidos y ahora lo hace con el caso de estas mujeres.
No ha sido fácil para las actrices rodar esas escenas de violaciones y de horror.
El título hace referencia al cuento de Pulgarcito por unas semillas que había en la cárcel que utilizaban entre ellas para comunicarse.
Cine comprometido y bien hecho que denuncia estos tristes sucesos tan deshumanizados para que no se vuelvan a repetir nunca más, contado desde el punto de vista de las víctimas, las mujeres que los padecieron, aunque no abusa a la hora de ponerlos en imágenes, sobre todo en los momentos de las torturas.
También cuenta cómo se llevaban entre ellas, con gran camaradería, solidaridad y sentido de la dignidad, sin traicionar a los compañeros, sabiendo resistir valientemente a pesar de los castigos que suponían su silencio.
Eran una mujeres que se mostraron fuertes, que supieron mantener la moral bien alta.
A pesar de que denunciaron los hechos de las violaciones, los expedientes aún siguen en los cajones, ya que la sociedad no las ha escuchado siquiera.
La amistad tan fuerte que existió dentro del grupo es lo que les permitió salir adelante. Hoy han rehecho sus vidas la mayoría de ellas, pero nadie les quita lo que padecieron y ni se les ha hecho justicia.
Justina Bustos está muy bien en el papel de Liliana Pereira de joven que de mayor representa la veterana Cecilia Roth.
Es la película elegida por Uruguay para que le represente en los Oscar, que finalmente no ha quedado entre las nominadas.
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