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CRITICA
Por: PACO CASADO
La historia dio comienzo en 2001 y aunque los inicios fueron algo mediocres, pero no por ello menos rentables, lo que hizo que la serie siguiera adelante y se ha convertido en una más que fructífera franquicia que va ya por el octavo capítulo y sin intención de parar, puesto que se están rodando los dos próximos.
La primera era una especie de remake no reconocido de 'Le llaman Bodhi' (1991), con Paul Walker y Vin Diesel en el delincuente carismático metido en carreras ilegales de coches.
Y así siguieron las demás con constantes cambios de director y alguna que otra baja en el reparto o incorporación de rostros nuevos en el elenco hasta llegar a esta octava entrega.
Cada nuevo capítulo trata de superar en espectacularidad al anterior, buscando nuevos retos y escenarios internacionales en donde situar la acción; ya no se sabe qué más van a inventar después de la presente.
En el prólogo, que sucede en La Habana, Dominic Toretto está viviendo a lo grande con Letty, su pareja, sin embargo aparece Cipher, una misteriosa mujer que le recluta y le obliga, por motivos desconocidos, a robar un peligroso dispositivo.
Esta situación provoca que Dom se vea obligado a traicionar a su familia y enfrentarse a su equipo, que tendrá que encontrar el camino para pararle los pies.
Ello va a dar lugar a una serie de escenas de acción muy espectaculares, lo que hace que los fans estén de enhorabuena ya que vuelve a subir el listón en cuanto a la acción superando posiblemente en este aspecto a todas las anteriores.
No tiene un guion coherente, ni secuencias que sean creíbles, comenzando por la carrera en La Habana y nos lleva hasta Rusia pasando por Manhattan hasta el uso de tanques y un submarino atómico, provoca un multitudinario atasco y gran destrozo de coches, la caída de vehículos desde elevados aparcamientos o se utilizan autos teledirigidos sin conductor entre otros descubrimientos para asombro y admiración de los incrédulos espectadores.
Las primeras entregas de esta serie tenían una cierta coherencia, pero a partir de la cuarta se convirtieron en una especie de misión cada vez más imposible al estilo de la producciones de James Bond pero mucho más espectaculares.
El arranque de esta nueva aventura, que sucede en Cuba, recuerda a la primera por aquello de la carrera automovilística ilegal que se desarrolla, esta vez, a lo largo de las calles de La Habana, lo que constituye un riesgo añadido en donde se utilizan unos coches manejados a distancia.
Tiene ciertos aires de drama familiar y unos guiños como homenaje al personaje de Bryan, que interpretó el ya fallecido Paul Walker.
La villana contra la que hay que luchar en esta ocasión está interpretada por la guapa Charlize Theron que se confirma como heroína de acción tras haber intervenido en 'Mad Max: Furia en la carretera' (2015).
A lo largo de los años la serie ha desarrollado un gran número de personajes secundarios incorporados por notables actores, como en este caso la eminente Helen Mirren en un breve papel.
Una vez más, para no ser diferente, hay que salvar el mundo y a pesar de la violencia y los disparos apenas hay una gota de sangre, lo que la hace más asequible a toda clase de audiencia, aunque su visión se recomiende para adultos.
El cineasta F. Gary Gray debuta en la serie, con escenas de acción verdaderamente impresionantes y además añade una estupenda dirección de actores con su incorporación, ganando en este aspecto, siendo más convincentes aquí los que han estado en todos los capítulos.
Entre tanto se destaca la amistad entre colegas y por supuesto la defensa a ultranza de la familia, como no podía ser menos.
Es más de lo mismo pero tiene tanto dominio de la fórmula que vuelve a ser un gran pasatiempo de una de las sagas más inesperadas del cine de acción y al parecer va para largo.
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