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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine negro norteamericano siempre fue un género que se hacía por lo general en blanco y negro, con un presupuesto escaso, pero en el que se derrochaba cine de calidad.
Después vinieron las películas de agentes secretos con mucha acción y el género se desvirtuó bastante hasta casi desaparecer. Tan sólo muy de vez en cuando se retoma aquella vieja fórmula y se pone de nuevo en marcha consiguiendo alguna que otra cinta realmente interesante que merezca la pena.
En esta ocasión el matrimonio formado por Stacy Title y su esposo, el actor y guionista Jonathan Penner, se han propuesto reavivarlo.
Un joven, que está terminando sus estudios en la universidad, se hace cargo de los negocios de su padre por la muerte repentina de éste.
Jack sospecha que no ha sido de un fallo cardíaco sino que fue asesinado e investiga las causas de su muerte, cuando se ve también amenazado de acabar igualmente de forma violenta.
El guion mezcla los temas propios del género, pero de una forma algo diferente a lo que era habitual en el mismo y a base de querer ser original, introduce elementos fantásticos al tiempo que quedan algunos cabos sueltos o situaciones y personajes que no tienen una explicación muy convincente, dejando así que se les escape de las manos algo que podía haber sido interesante y de esta manera se queda a mitad de camino.
Lo mejor del film, el tratamiento del color y los siempre excelentes secundarios.
Premio SACD al guion en el Festival de Avignon.
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