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CRITICA
Por: PACO CASADO
La historia transcurre en 1950 en Francia, entre los 20 y los 38 años de Gabrielle, una joven de buena familia, enferma de amor, una mujer apasionada, de espíritu libre, que lucha por escapar de los convencionalismos, cuyos padres piensan que está algo desequilibrada, por lo que deciden casarla con José Rabascal, un humilde jornalero español que huyó de la Guerra civil, por lo que se siente atrapada en un matrimonio sin amor y se enamora de otro hombre, cuando años más tarde es enviada a los Alpes suizos para tratarse de sus piedras en el riñón, donde conocerá a André Sauvage, un apuesto teniente, excombatiente de la Guerra de Indochina, donde fue herido, del que se enamora, lo que reavivará la pasión enterrada en su interior.
Le promete que huirán juntos y André parece compartir su deseo ya que ella anhela liberarse de su marido.
Gabrielle vive en un pequeño pueblo en el sur de Francia, en un momento en que su verdadero sueño de amor es considerado escandaloso y hasta un signo de locura.
Sus padres la casaron con José, un español, honesto y amoroso, pensando que hará de ella una mujer respetable.
A pesar de la devoción de éste hacia ella, Gabriel promete que nunca le amará y vivirá como una prisionera obligada a las limitaciones de la sociedad tras la Segunda Guerra Mundial.
Aunque sabemos que según Calderón la vida es sueño, el sentimiento de Gabriel es el amor, que va creciendo en emoción pero puede volverla loca.
Ella descubrirá el amor y la pasión a la que se aferra como a los libros que lee creyéndose protagonista de esas historias.
Gabrielle siente, vive y padece aunque para ella sólo sea el camino para lograr su sueño y quiere vivir ese amor con el que obsesiona.
Está basada en la novela 'Mal de piedras' de la escritora italiana Milena Agus, editada en España en 2008, que ha sido adaptada conservando el espíritu de la misma, suprimiendo algunos fragmentos y añadiendo otros que no estaban en el texto literario, trasladando la acción de la región italiana de Cerdeña al sur de Francia, al norte de España y a Suiza.
Es la historia del drama romántico de Gabrielle esa mujer impetuosa, enamoradiza, que tiene un fuerte deseo carnal, que intenta un affaire con un profesor de su pueblo que le recomienda 'Cumbres borrascosas', que le marcará mucho, que sueña con un amor que sofoque esa fuerza animal, esa pasión que invade su existencia, centrada en ese hombre con el que su amor es imposible por estar ya casado.
Aunque le obligan a contraer matrimonio con José, un hombre bueno y honrado, al que no desea, el destino le ofrecerá un soplo de esperanza de poder cumplir su sueño, darle sentido a su existencia y completar así su necesidad de amar.
José es un español republicano que reside en la Provenza, en Francia, tras haber huido de la Guerra civil, donde desea vivir tranquilo, lejos del peligro que, a pesar de ser albañil, trabaja en el campo recogiendo la cosecha contratado por los padres de Gabrielle.
Un melodrama que nos reserva un final un tanto inesperado y sorprendente que aclara algunas cosas y que roza de alguna manera lo onírico, que le da un aire de irrealidad cuando todo el tiempo se ha mantenido en una acción de lo más cotidiano y natural.
Realizada de una forma clásica y académica por parte de la actriz francesa Nicole García, la directora de 'Place Vendôme' (1998), que consigue un producto aceptable, que es su octavo largometraje, en el que lo mejor es la interpretación de esa estupenda actriz que se llama Marion Cotillard, que hace un auténtico recital de esa mujer amargada, con muchos problemas mentales, pero que tiene muy claro lo que desea en la vida, de lo que hace un retrato femenino muy detallista.
Junto a ella el español Alex Brendemûhl se muestra bastante sobrio en el papel del marido exiliado de la guerra española.
Ocho nominaciones a los César. Premio del Jurado en el Festival de Barcelona-Sant-Jordi.
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