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CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema de los hombres que hacen de canguros pero no están habituados a cuidar niños, es algo que se repite con cierta constancia en el cine de cualquier nacionalidad.
Ahí tienen el ejemplo de la francesa 'Tres solteros y un biberón' (1985) que después tuvo su remake norteamericano e incluso una secuela, o más recientemente 'Papá por sorpresa' (2007) o Un canguro superduro (2005).
En esta ocasión son dos amigos cincuentones, Charlie, un soltero empedernido y ligón por naturaleza y Dan, un divorciado, que un día se entera que es padre de dos gemelos de siete años a los que ha de cuidar en ausencia de su madre.
Con este motivo la película trata, una vez más, de las relaciones padres e hijos, lo que origina su tema central en el que por complacer a los pequeños están dispuestos a hacer el mayor y más grotesco de los ridículos, convirtiéndose en el argumento para tratar de hacer reír al espectador sin conseguirlo, salvo en muy contadas ocasiones, como en los gags originados con el cambio de las píldoras que, como funciona, lo repiten de nuevo al final.
John Travolta se vuelve a poner en manos de Walt Becker, con el que ya hizo Cerdos salvajes, con un par... de ruedas (2007), donde se reían aquellos moteros de lo carrozas que estaban y aquí se divierten los espectadores de lo achacosos que están y de las payasadas que hacen a lo largo del metraje de este film tanto él como Robin Williams.
Ambos han aceptado esta comedia familiar, sosa, sin gracia, que en absoluto beneficia en nada a la filmografía de ninguno de ellos, más al contrario parece que contribuye al declive de sus carreras, cuando su fama cinematográfica se apaga, no venden y están en declive, lo que no quita que en su día hayan hecho títulos más interesantes que éste y que sean notables actores.
En un papel episódico aparece Ann-Margret, tan guapa como siempre a pesar de su edad. Y Kelly Preston y Lori Loughlin vuelven a coincidir en un reparto desde Admiradora secreta (1985), que ya ha llovido.
No nos extrañó que esta película estuviera nominada a cinco premios Razzie, entre ellos John Travolta por partida doble, Kelly Preston y el director. Se lo tenían merecido.
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