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CRITICA
Por: PACO CASADO
El hecho de mezclar en un mismo guion diferentes historias es casi tan viejo como el cine. Recordemos por ejemplo 'La ronda' (1950) de Max Ophuls, y muchos títulos más que podríamos citar. Esto lo volvió a poner de moda Lawrence Kasdan en 'Reencuentro' (1983), lo repitió en 'Grand Cannyon (El alma de la ciudad)' (1991) y más reciente lo hemos visto en 'Jugando con el corazón' (1998), o en 'Vidas cruzadas' (1993), de Robert Altman, que es tal vez el mejor ejemplo que recordamos y el más logrado.
Ahora lo pone en práctica el joven Paul Thomas Anderson en 'Magnolia' (1999) al reunir diversas historias, tal vez demasiadas, mientras sus protagonistas se cruzan entre sí.
En este sentido la película es difícil de contar y apenas se pueden enunciar personajes más que historias, como por ejemplo el padre moribundo, la esposa enamorada y arrepentida de haberlo engañado, el hijo pródigo que huyó de él porque lo dejó abandonado con su madre enferma de cáncer.
Por otro lado la narración del policía enamorado de la drogadicta, o el presentador de televisión que tiene cáncer y el problema de los niños prodigios que concursan contra los adultos, que son manipulados por los mayores.
Hay más relatos, más personajes, pero tal vez esos son los esenciales con los que Anderson nos hace un retrato agridulce y oscuro de la sociedad norteamericana.
Al final los castiga a todos ellos con esa plaga bíblica en la que llueven ranas del cielo, pero a los que momentos antes ha perdonado y abierto una puerta a la esperanza.
Anderson como guionista combina con habilidad los diversos relatos y como director logra reunirse de un adecuado plantel de actores con los que hacer creíble lo que nos cuenta, obteniendo un estupendo partido de las actuaciones de Jason Robards, Tom Cruise y Julian Moore por no hacer más larga la cita de la casi veintena de intérpretes que el azar cruza a lo largo de tres horas en la pantalla.
Algunas historias sobran como también es excesivo el metraje.
Tan surrealista como la lluvia de batracios nos resulta la canción que todos cantan por relevo, Save me, que por cierto fue nominada al Oscar, así como el guion original y Tom Cruise como actor secundario. La película ya obtuvo el Oso de oro en el pasado Festival de Berlín. Tom Cruise ganó el Globo de oro. Premio Chlotrudis al film y a Philip Seymour Hoffman. Mejor cinta extranjera en los premios Gulbagge. Premio Fipresci en el Festival de San Sebastián.
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