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CRITICA
Por: PACO CASADO
Clint Eastwood es sin duda uno de los directores del cine norteamericano más interesante e importante desde varias décadas atrás como lo demuestran sus películas, por aquello de que por sus obras los conoceréis. Últimamente le ha dado por el heroísmo y un cierto patrioterismo que le puede pasar factura como le ocurrió en los años finales a John Wayne.
Lo que no se puede es dudar de su buen hacer porque en esta ocasión no le haya salido una obra maestra o seguido a la altura de su línea habitual, sino un producto menor dentro de su muy interesante filmografía.
Es la historia real de tres hombres que se convirtieron en héroes durante un viaje en un tren de alta velocidad en la tarde del 21 de agosto de 2015, en la que se produjo un ataque terrorista en el tren Thalys 9364 que partió de Amsterdam con destino a París, que fue evitado por esos valientes jóvenes americanos que hacían un viaje por Europa visitando Berlín, Roma, Venecia, Amsterdam, París y pretendían terminar en España.
Este suceso ha servido de base para esta nueva producción de Clint Eastwood en la que los auténticos protagonistas de esa historia se interpretan a sí mismos, Anthony Sadler, Alek Skarlatos y Spencer Stone, que componen el grupo de amigos, de ellos dos pertenecían al ejército en el momento del atentado.
El film nos cuenta sus vidas y su amistad desde que eran niños hasta el momento en que se originó el fatídico ataque en el que redujeron, con la ayuda del ciudadano británico Chris Norman, al terrorista Ayoub El Khazzani, de origen marroquí, dispuesto a hacer una auténtica masacre, tras disparar contra un pasajero. De este personaje nos gustaría saber más, qué motivos tenía para cometer el atentado, cómo lo preparó, etc..
Desde que se conocieron la amistad entre ellos nunca se rompió, lo que supuso su mejor cualidad en el instante de la acción, que les permitió salvar la vida de más de quinientos pasajeros que viajaban en el citado tren, y el presidente francés François Hollande les concedió la Legión de Honor.
Eastwood no se oculta, no esconde sus intenciones de contar historias sobre los Estados Unidos al reflejar en ellas a héroes cotidianos que benefician a la sociedad.
Es un especialista en recrear heroicos personajes auténticos, generalmente masculinos, aunque con excepciones como ocurrió en los casos de 'Million dollar Baby' (2004) o 'El intercambio' (2008), basadas ambas también en hechos reales.
A sus 87 años de edad y con casi cincuenta en el cine, afronta no sólo la última parte de su vida sino también posiblemente sus últimas oportunidades para expresarse como cineasta, siempre interesado por la naturaleza del héroe, algo que le ha obsesionado siempre.
Convertido en leyenda, está en una fase crepuscular, en la que en sus cinta suele reflejar el precio de la violencia.
En ellas da paso a un fervor patrio que le empuja a llevar al cine unos hechos verídicos de unos americanos anómimos que representan los mejores valores, como el soldado de 'El francotirador' (2014), el piloto de 'Sully' (2016) o los tres jóvenes de '15:17 Tren a París' (2017) que impidieron el atentado.
En este último caso los que lo representan en la pantalla no son actores sino los verdaderos protagonistas del suceso, por lo que denotan cierta inexperiencia así como la falta de registros pero salen adelante dignamente.
La cuestión es que nos deja bastante tiempo de relleno antes de llegar a la secuencia que da sentido a la historia y cuando lo hace es tarde para cerrar el interesante experimento.
Es la película más corta que ha dirigido Clint Eastwood hasta la fecha y en los últimos años cinco de ellas son historias reales, salvo 'Gran Torino' (2008) y 'Más allá de la vida' (2010).
Esta que comentamos está en su línea pero no tan conseguida y redonda como otras anteriores pero no obstante demuestra mucho oficio a la hora de narrar los hechos.
En la primera parte se interesa por la infancia de los jóvenes, marcados por el fracaso escolar y familiar, mostrado a través de la conversación de las madres divorciadas de dos de ellos, pero se alarga en la segunda en el viaje turístico para lograr la duración standard.
El film tiene una primera sección con los niños, una segunda con la juventud en la que dos de ellos acaban en el ejército como posible salida y finalmente una tercera con el viaje donde se produce el atentado que le da sentido a la historia, con un epílogo como colofón de cierre.
Un Clint Eastwood hace un canto al país, en el que la religión y el ejército son fundamentales a través de un relato creíble que demuestra inteligencia en la planificación y al no ser actores profesionales hace que se acepte mejor lo que se nos cuenta.
El endeble guion de Dorothy Blyskal se basa en el libro que escribieron los tres, no obstante nos resulta una cinta con una anécdota corta, alargada, demasiado plana y falta de emoción, incluso en los momentos del asalto.
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