|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras la Guerra de Secesión americana, algunos hombres negros son admitidos como soldados en los desolados territorios del estado de Arizona.
Entre estos se encuentra el sargento Braxton Rutledge, con una brillante hoja de servicio en su lucha contra las tribus indias, un militar valiente y ejemplar, un modelo para todos los soldados, pero ahora el ejército le cree culpable y quieren verle en la horca, excepto el teniente Tom Cantrell, que ha decidido ser su abogado defensor, y Mary Beecher, una guapa mujer blanca, a la que el sargento Rutledge salvó de un feroz ataque apache.
Pero el militar se verá obligado a comparecer ante un tribunal militar, acusado de haber abusado de Lucy, una joven blanca, a la que después estranguló, y del asesinato del padre de la chica, el mayor Dabney que era el jefe del regimiento.
Una llamativa historia sobre un consejo de guerra celebrado en Arizona en el Fuerte Linton contra este ejemplar sargento afroamericano de la caballería.
Fue realizada entre dos magníficos westerns, Misión de audaces (1959) y Dos cabalgan juntos (1961), y aunque algunos lo consideran un film menor, o inferior a otros, dentro de la filmografía fordiana, sigue siendo una cinta interesante.
John Ford coloca en el más alto pedestal del honor humano a un personaje de color, lo que para la época en la que fue filmada, en plena vorágine racista en los Estados Unidos, era toda una heroicidad, en una época en la que no era habitual en el cine.
Se dice que John Ford tuvo durante treinta años un criado negro a su servicio.
Es posible que esta anécdota explique el homenaje que el gran maestro quiere hacer aquí a la raza de color, ya que el único héroe de la película es Woody Strode, que hace un magnífico papel incorporando a ee personaje.
No obstante hay algo que no acaba de casar con la sencillez que era habitual en el cine de Ford.
El guion es algo artificioso, con tanto flash back para, en el juicio, explicar lo sucedido a través de varias secuencias retrospectivas.
Se trata de un tema altamente inusual en su tiempo, sólidamente presentado por John Ford, que incluso se permitió intercalar algunos acertados momentos cómicos.
La acción se desarrolla en dos planos: uno el del juicio, el otro el del hecho que se juzga, ocurrido en las grandes llanuras que tanto amaba el maestro.
El resultado es un híbrido, cosa infrecuente en John Ford, lo que no deja de ser interesante dentro de su extraordinaria filmografía, con una excelente interpretación del habitual secundario Woody Strode, en uno de sus escasos papeles protagonistas.
Fue nominado al mejor film en el Festival de San Sebastián.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE