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CRITICA
Por: PACO CASADO
El actor madrileño Santiago Segura, tras hacer más de un centenar de papeles entre películas y series de televisión, un día decidió pasarse detrás de las cámaras y dirigir.
Después de hacer tres cortos debutó en el largometraje con 'Torrente, el brazo tonto de la ley' (1998) y fue tal el éxito alcanzado que el personaje se convirtió en protagonista de los cinco títulos que hasta ahora conformaban su aún corta filmografía como director.
Pero ya era hora, después de diez años, de salir de lo mismo y hacer algo distinto y lo ha intentado con 'Sin rodeos' (2018).
Una comedia muy optimista, de las más esperadas de la temporada, que protagoniza Maribel Verdú que hace de Paz, una mujer, metida en los 40, que lleva una vida aparentemente perfecta.
Tiene trabajo, pareja, amigas, pero algo falla.
En realidad hay cosas en su entorno que no le gustan, se siente angustiada y agobiada, está al borde de un ataque de nervios cuando ve que su jefe no la valora y la humilla, su pareja la ignora, su hijastro no la respeta, su psiquiatra le aumenta la medicina, su hermana le pide favores y su mejor amiga no la escucha cuando trata de desahogarse con ella contándole su problema, pero no se atreve a expresar claramente sus sentimientos.
Harta, un día, acude a un consultor de la tele y tras hacer una extraña terapia, consigue decir absolutamente todo lo que piensa sin darle vueltas, poniendo a todos en su sitio y diciendo la verdad a la cara, pase lo que pase.
De esta forma acaba con su ordenada vida patas arriba, pero se queda feliz tras vencer el malestar que sentía.
El film plantea cómo sería nuestra vida si únicamente dijéramos abiertamente lo que pensamos.
Se basa en la cinta chilena, 'Sin filtro' (2016), dirigida por Nicolás López, que Santiago Segura ha adaptado el guion de la misma escrito por Diego Ayala y Nicolás López, al que ha añadido algunas de sus características habituales, como es la interminable lista de cameos de amiguetes que intervienen en pequeños papeles como Alaska, Florentino Fernández, Enrique San Francisco, Candela Peña, etc..
Es una comedia que critica el uso que hace la gente de las nuevas tecnologías, como el abuso del móvil, del selfi, de las redes sociales, de los influencer, de los servicios de atención telefónica al cliente con un contestador automático que tanto tiempo nos hacen perder cada vez que tenemos que llamar a algunos de esos centros.
Tiene algunas situaciones que provocan la sonrisa y varios momentos más o menos inspirados con escenas caricaturescas que resultan muy divertidas.
La película está claramente dividida en dos partes, una primera en la que se exponen las vicisitudes que padece la protagonista y una segunda, previsible, en la que se venga de todos los que le hicieron sufrir.
Santiago Segura tras la serie sobre su célebre personaje de Torrente se mete ahora en esta nueva comedia sobre el empoderamiento de las mujeres, que se van afianzando día a día, visto desde su propia óptica.
Maribel Verdú que está magnífica en su papel, está todo el tiempo en pantalla, supone un pilar fundamental en esta historia.
Sin lugar a dudas es la mejor película como director de Santiago Segura, lo cual no es decir mucho, dados sus precedentes y al que hay que agradecer que por esta vez no caiga en lo escatológico.
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