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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para bien o para mal, Santiago Segura ha asumido la autoría total de su ópera prima al escribir, dirigir y protagonizar su primer largometraje, 'Torrente, el brazo tonto de la ley'. (1997)
Tras algunos cortos, uno de ellos le proporcionó su primer Goya, 'Perturbado'(1993), apariciones en toda clase de programas de televisión, pequeños papeles secundarios en múltiples películas y protagonismo en 'El día de la bestia' (1995), que le otorgó el segundo Goya al actor revelación, se lanza de cabeza a su primer largometraje.
Como guionista crea un personaje totalmente opuesto a su figura, un pasma fascista, que lleva implícitos todos los pecados del hombre.
Como actor le da forma física convirtiéndolo en el más cutre de los seres humanos, inventa una serie de gags que se encarga de interpretar, y un mínimo argumento que sirva de hilo conductor para llegar hasta el final.
La excusa es una parodia del cine americano de acción, pero trasladado a la reducida visión de un castizo ex-policía de barrio que se dedica de noche a patrullar la ciudad y enseñar a un jovenzuelo los trucos del oficio, mientras que casualmente desenmascara una red de traficantes ocultos en un establecimiento de comida rápida a domicilio.
El guion es endeble, irregular, con algunos chistes graciosos y la comicidad que se desprende de las cutres situaciones de tebeo que se producen a lo largo de la trama.
Uno de los personajes muy bien creados es el del padre parapléjico que interpreta de forma magistral el veterano actor Tony Leblanc, que es de lo mejor de la cinta.
Los incondicionales de Santiago Segura se ríen con sus bromas y las escenas cómicas que crea, porque les va el rollo.
Desde el punto de vista de la dirección demuestra que no es un novato en este oficio, aunque sea su primer largometraje.
Conduce bien a los actores, saca partido a los mismos dentro de sus limitaciones y tiene cierto ritmo en las escenas de acción.
Se trata de una comedia con algo de humor negro y determinada intencionalidad de crítica, todo ello revestido de la comercialidad que le puede dar su autor protagonista, con lo que hace un producto para ser vendido y poco más.
Dos Goyas: Dirección novel (Santiago Segura) y actor secundario (Tony Leblanc). Javier Cámara ganó el premio Ondas y el de mejor actor en el Festival de cine de Peñíscola.
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