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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una semana más nos encontramos con una producción francesa, que rara vez falta alguna, como antes ocurría con las italianas, lo que demuestra el estado en que están en estos momentos cada una de estas cinematografías.
Nueva película del rey de la taquilla francesa, el actor Dany Boon que protagoniza y dirige esta comedia étnica y costumbrista, que es la sexta que hace como director, que reunió a más de dos millones de espectadores en los cinco primeros días en cartelera.
Es la historia de Valentín D., un diseñador y arquitecto de moda, que se avergüenza de los humildes orígenes de su familia al ser hijo del dueño de un desguace y comerciante de chatarra, de clase trabajadora, de un pueblo del norte de Francia cercano a la frontera con Bélgica y por ello declara en una entrevista que fue abandonado por su madre en un orfanato recién nacido por lo que no sabe nada de su ascendencia familiar.
Cuando Valentín y su esposa Constance están a punto de inaugurar una exposición de sus nuevas creaciones, se presenta toda su estrafalaria familia en el Palais de Tokyo, creyendo la madre que ha sido invitada por su hijo para celebrar su 80 cumpleaños, pero lo que de verdad pretende su hermano Gustavo es aprovechar para pedirle dinero, dada su buena posición social.
Como es de esperar se produce una situación incómoda e inevitable, cuando además Valentín sufre un accidente y tras darse un golpe en la cabeza se vuelve amnésico y regresa a su juventud recuperando su antigua habla paleta del idioma ch'tis.
El film acerca de nuevo a los espectadores al choque de civilizaciones entre la rural y tranquila Francia del norte y el mundo cosmopolita y agitado de París, con una crítica a los pseudointelectuales, a los modernos diseños de muebles de vanguardia y a aquellos que reniegan de sus ancestros familiares en favor de lograr el éxito.
Provienen los personajes de la comedia 'Bienvenidos al Norte' (2008) en la que un funcionario de Correos soñaba con ir destinado a París y lo mandaban, en contra de su voluntad, al Norte donde los lugareños tenían una peculiar idiosincrasia, un acento extraño y una fama bastante negativa.
No es una continuación, pero tiene en común el mismo espíritu y que los habitantes hablan el idioma ch'tis en esta disparatada comedia con situaciones absurdas y delirantes.
En este caso es la historia de este prestigioso diseñador de mobiliario que vive en París con su esposa y socia, que ha renegado de su vergonzante pasado rural, que es sorprendido por la llegada de su familia proveniente del Norte, que habla ese extraño dialecto difícil de entender, lo que altera sus vidas y tienen que volver a planteárselas.
La cinta se basa en el contraste de la estirada pareja de diseñadores de moda y los catetos del norte, que son más sinceros y reales, que se identifican con la mediocridad.
No es tan rotunda como 'Bienvenidos al Norte' pero es divertida.
Dany Boon es un buen cómico y como director funciona bien.
Diez años después recupera ese espíritu y vuelve a enfrentar costumbres, culturas y dialectos diferentes como son los de los entrañables pueblerinos del Norte, los de Normandía, y los de París, gente moderna y elegante que chocan con ellos.
Tiene varios momentos muy divertidos, con gags muy físicos, de slatik, pero también algunas pérdidas de ritmo hacia la mitad.
Resulta conmovedor ver a dos estrellas tan veteranas como la cantante y actriz Line Renaud (89 años) y el cómico actor Pierre Richard (84 años) haciendo de marido y mujer en esta película.
El film tiene una dificultad en su versión doblada al español que es cómo captar el acento del idioma ch'tis, que aquí se ha utilizado básicamente el cheli madrileño con algunos vocablos añadidos de otras regiones españolas que resulta divertido aunque sea una comicidad muy verbal a la que se le añaden algunos otros momentos como los del moderno cuarto de baño que son puramente físicos y mudos, que recuerdan a Tati.
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