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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un ciberataque ha desvelado la identidad de todos los agentes secretos en activo del Reino Unido y sólo una persona puede solucionarlo: Johnny English, que, retirado, en estos momentos, se dedica a dar clase a los alumnos de una escuela.
Tras ser llamado para hacerse cargo de la misión, requiere para ello la ayuda de su buen amigo y compañero Angus Bough.
El agente más singular y desternillante del Servicio de Inteligencia británico ha vuelto, aunque tendrá que luchar contra el odiosos avances de las nuevas tecnologías para encontrar al hacker culpable en esta tercera entrega de la serie en la que se vuelve a hacer una parodia de James Bond, que tal vez sea la última de esta franquicia.
Entre tanto la Primer Ministro, que es una gran admiradora del multimillonario norteamericano Jason Volta, un gigante del espacio cibernético, todo un genio de las nuevas tecnologías, trata de convencerlo para que se ponga a su servicio.
Pero la sagacidad y buen olfato de English, pondrá al descubierto todo el tinglado, aunque por el camino meta la pata como acostumbra, aunque la suerte siempre juega a su favor.
A lo largo de los años tres películas han compuesto la serie: 'Johnny English' (2003) de Peter Howit, 'Johnny English Returns' (2011), de Oliver Parker y ahora llega 'Johnny English de nuevo en acción' (2018), gracias a que las dos anteriores cuadriplicaron sus presupuestos en la taquilla.
A pesar de que en todas ellas siempre se ha tratado de parodiar a los films de James Bond, el personaje no deja de tener bastante de ese otro que le dio la fama a Rowan Atkinson que es Mr. Bean.
En la composición de la serie, como se puede observar, se ha ido cambiando constantemente de director, siendo distinto el encargado de su realización en cada una de ellas, lo que tal vez haya hecho que no tenga una personalidad en este sentido, siendo el actor el que le da una posible unidad.
Los gags que se introducen a lo largo de la trama no siempre tienen la eficacia que se pretende, entre otras cosas porque ya sabemos de otras ocasiones cómo se suelen producir, siempre de la misma forma, a base de los fallos del personaje protagonista.
El guion tiene poca historia, plagada de situaciones absurdas, y simplemente es una excusa para el lucimiento del actor que en este caso ejerce también de productor, que ya ha declarado que no seguirá la serie.
Como anécdota hay que anotar que Rowan Atkinson ya intervino en una de las cintas del agente 007 al que ahora parodia, en 'Nunca digas nunca jamás' (1983).
Una de las espías que intervienen en la historia, Ophelia, es curiosamente interpretada por Olga Kurylenko, que anteriormente había hecho de chica Bond en 'Quantum of Solace' (2008).
El otro personaje femenino es Emma Thompson, una gran actriz que siempre está bien en cualquier papel.
La dirección corre a cargo esta vez de David Kerr, realizador de más de una veintena de series de televisión y documentales que debuta como responsable de su primer largometraje para la gran pantalla con este título.
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