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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano desde siempre acostumbra a hacer un buen producto de acción, pero últimamente se suele empantanar en producciones que parece que están hechas únicamente para mostrar violencia, disparos y sangre por todas partes, sin una base argumental sólida, con gran ensañamiento la mayoría de las veces. En esta ocasión se produce a cargo de los ataques terroristas de los que son víctimas los protagonistas.
Esta vez al haber la presencia de un personaje oriental, se le suma además a esa misma violencia el añadido de las artes marciales que lleva a cabo con gran destreza y en escenas ciertamente espectaculares, montadas a gran velocidad, lo que da un plus y una sensación de más fuerza y dureza en la ejecución.
Es un thriller adrenalítico, muy actual, con una trama complicada, en la que se entremete el espionaje ruso.
James Silva es un experimentado agente perteneciente a un comando secreto de la CIA, la unidad menos entendida de este organismo, que es enviado a un país del Sudeste asiático sospechoso de realizar actividades nucleares ilegales.
Cuando el agente local Li Noor, un oficial de las Fuerzas Especiales, llega a la embajada americana buscando intercambiar información vital de ataques terroristas de catastróficas consecuencias, pide a cambio de la clave del disco encriptado en el que lleva toda la información, su traslado a los Estados Unidos, el país defensor de la paz mundial, la libertad y la democracia, ya que su corrupto gobierno desea eliminarlo.
James deberá llevarlo en una peligrosa y frenética misión, desde el centro de la ciudad hasta una pista de aterrizaje situada a 22 millas de distancia, como marca el título.
Durante el trayecto son atacados por grupos terroristas y paramilitares que intentan matar al paquete, como es designado Li Noor, lo que ocupa una buena parte de esta historia en el tramo final de la misma.
De esta forma la ciudad se convierte en un auténtico campo de batalla mientras tratan de cruzarla para llegar a su objetivo, tratando de sobrevivir a las bombas y el fuego cruzado.
Para ello cuentan con el apoyo de un grupo secreto llamado Overwatch equipado con la más alta tecnología, que controla y supervisa en todo momento en tiempo real estas difíciles misiones orientando a los agentes que las llevan a cabo.
El guion tiene una línea trazada por el agente Silva en la que va narrando, a manera de confesión a un superior, cómo se sucedieron los hechos.
En este sentido la película muestra cómo funciona el equipo en el que se encuentra Alice Kerr, que lleva mucho tiempo trabajando con Silva, que es una madre divorciada, que añora poder abrazar a su hija de ocho años de la que tiene la custodia compartida y tener algún momento de respiro.
Ella es una más entre los demás componentes del grupo, cada uno con una problemática distinta.
El personaje de Li Noor está interpretado por la nueva estrella indonesia del cine de acción Iko Uwais, del que algunos hablan que será el nuevo Bruce Lee de las artes marciales, que debuta en un film norteamericano en un personaje de cierta entidad tras haber hecho un breve cameo.
Este es el cuarto largometraje en el que Mark Wahlberg colabora con el director Peter Berg, tras hacer juntos 'El único superviviente' (2013), 'Marea negra' (2016) y 'Día de patriotas' (2016), todos ellos basados en hechos reales, mientras que 'Milla 22' (2018) es el primero que hacen sobre un argumento de ficción.
Berg tiene medio centenar de cintas y series televisivas como actor y una decena de títulos detrás de las cámaras, debutando en este terreno con 'Very Bad Things' (1998) y es un realizador que prefiere contar la historia sin detenerse mucho en una elaborada tecnología para la puesta en escena y también suele dejar iniciativa a los actores para la improvisación como ocurre en esta ocasión.
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