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CRITICA
Por: PACO CASADO
El desquiciado Bruno Anthony conoce a un famoso tenista, Guy Haines, un tren durante un viaje.
Guy quiere casarse con la hija de un senador, pero no puede porque espera que su esposa le conceda el divorcio.
Bruno quiere matar a su odiada madre, pero sabe que si lo hace será atrapado por la policía porque tiene un motivo para llevarlo a cabo.
Entonces urde un escabroso plan por medio del cual ambos intercambiarán asesinatos.
Guy cree que todo es un juego, pero Bruno lo toma en serio y se propone realizar de verdad sus planes.
Quizá pueda ser esta película la frontera que separe dos etapas del cine del mago del suspense.
Es un film con unas calidades extraordinarias que lo colocan a una gran altura y que indudablemente tiene su importancia en el estudio de la obra del gran director inglés, fiel a su lema de no defraudar nunca a su público.
Basada en la primera novela de Patricia Highsmith, autora que tenía entonces 28 años y aún era desconocida, cuyos derechos fueron adquiridos por 7.500 dólares.
Contando en el guion con el reputado Raymond Chandler, Alfred Hitchcock logra intrigarnos con una de sus clásicas historias de suspense que forma parte de su etapa yanqui con este intercambio de crímenes en esta inspirada cinta que surge en un momento clave de su carrera, cuando se afianza su etapa americana y supone el arranque de su edad de oro, en los años cincuenta, un período en el que se creó el mito del director como mago del suspense.
Esta novela le permite llevar al extremo su tema favorito de la transferencia de culpabilidad en un juego malvado e ingenioso de intercambios y simetrías.
En esta película se dan varias de sus constantes más apreciadas: la maldad, la culpabilidad, un final espectacular, una progresión rítmica admirable en la que trata un tema recurrente de algunos de sus trabajos: el del hombre perseguido por una falsa acusación que aparece en algunos de sus títulos como 'Falso culpable', 'El hombre que sabía demasiado' o 'Con la muerte en los talones'.
El film posee secuencias antológicas como la del encendedor que cae a la alcantarilla, el modélico montaje que se hace del partido de tenis o algunos planos tan originales como el del crimen visto a través del reflejo en unas gafas.
Robert Walker en un trabajo memorable es uno de los mejores villanos de su filmografía.
Fue nominada al Oscar a la mejor fotografía.
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