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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es curioso cómo los guionistas del género de terror suelen inventarse leyendas de personajes que provocan el horror a los jóvenes que se atreven a desafiarlos rompiendo las reglas.
En esta ocasión es la aterradora figura de un hombre alto y delgado, con brazos anormalmente largos y sin rostro, que persigue y secuestra a los jóvenes para obligarles a cometer terribles actos, llega a la gran pantalla en una película que adapta la leyenda del personaje ficticio, surgido en internet, creado por Eric Knudse bajo el seudónimo de Victor Surge, en el año 2009.
Estos relatos de terror a veces llegan a hacerse leyendas urbanas.
La historia se centra en un pequeño pueblo de Massachusetts golpeado por la crisis económica donde un grupo compuesto por cuatro aburridas jóvenes estudiantes de instituto, Katie, Chloe, Hallie y Wren, deciden ver un video de esa extraña criatura, para intentar desmentir la leyenda de Slender Man y demostrar que en realidad ese personaje no existe, pero tras ello experimentarán extraños sucesos que pondrán sus vidas en peligro.
Los que contemplan este video en internet del enigmático hombre delgado sufrirán trastornos mentales o morirán y así sucede cuando Katie desaparece misteriosamente en el bosque.
Entonces empiezan a sospechar que puede ser verdad, que se haya cobrado su última víctima y las demás se involucran en su búsqueda así como el padre de la desaparecida.
Las campanas que suenan cuando el personaje en cuestión aparece hace que ponga en tensión los nervios del espectador.
El argumento se inspira en un suceso real ocurrido en 2014 con unas niñas en Estados Unidos, que levantó un gran revuelo a raíz de este personaje y la presencia del video en las redes sociales.
Como es habitual en estos casos el terror suele estar provocado por ruidos, golpes de efecto y la banda sonora, con ausencia de escenas sangrientas en este caso, aunque el personaje no suele aparecer con frecuencia en persona, simplemente está difuminado entre sombras o en la niebla del bosque a lo largo de una narración para nada original y con una realización bastante rutinaria.
Las acciones reales se mezclan con algunas de las pesadillas que sufren las chicas lo que hace más irreal e increíble la historia.
El guion posee una leve trama que es más que nada una excusa para provocar el terror que se pretende, aunque como suele ser habitual a veces provoca más risa que miedo.
Está producida con un corto presupuesto, para lo que suele ser la producción americana, por el cineasta francés residente en Estados Unidos, Sylvain White, que proviene de la realización de series televisivas, que tuvo dificultades desde que se escribió el guion hasta el montaje final en que fueron suprimidos algunas escenas y personajes, no obstante la realización es más limpia y nítida que son las cintas hermanas de este género.
A pesar de tener un reparto de jóvenes actrices que no son muy conocidas las chicas no lo hacen mal, pero en conjunto la película no interesa gran cosa ya que es una más del género con personajes adolescentes que se meten en problemas y la figura del monstruo no produce ni frío ni calor.
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