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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el género policiaco o thriller, después de lo mucho visto hasta ahora, cabe poca originalidad, ya que todas las fórmulas han sido tratadas y muchas de ellas con productos muy conseguidos.
por lo que encontrar una historia como ésta se nos antoja ciertamente interesante, ya que no desea caer en ningún tópico, con personajes luchando a cuerpo descubierto contra su marcado destino.
El tejano Nic Pizzolatto, autor del guion de la nueva versión de 'Los siete magníficos' (2016), de Antoine Fuqua, y de la serie televisiva 'True Detective' (2017), ha escrito el de esta película, basada en su propia novela negra, primera que escribe, que está dirigida por una mujer, Mélanie Laurent, que no es otra que la protagonista femenina de 'Malditos Bastardos' (2009), de Quentin Tarantino, de 'El concierto' (2009), de Radu Mihaileanu y a la que acabamos de ver en 'Un seductor a la francesa' (2018), de Laurent Tirard.
Mélanie Laurent, actriz francesa, que es también directora, tras hacer varios cortos y un par de documentales, se pasó al largometraje y ahora hace su cuarto título con 'Galveston' (2018) que es el primero que realiza en el cine americano, y su primer film de intriga.
La historia se sitúa en 1988 y comienza con Roy Cady, un sicario de los barrios bajos de una localidad del sur de los Estados Unidos, en la consulta del Dr. Finelli, ya que sufre una grave enfermedad en sus pulmones a sus 40 años.
Es un tipo duro, un asesino a sueldo, que trabaja para Stan Ptitko, un mafioso, pero se ve envuelto en una trampa que le tiende su jefe para eliminarle y no tiene otra solución que huir y lo hace en compañía de Raquel Arceneaux, conocida como Rocky, una joven de 19 años, que encuentra en el lugar al que va a cumplir la misión que le han encomendado, no sin antes llevarse unos papeles comprometedores para su jefe.
A partir de ese momento se convierte en el ángel protector de la chica, en su huida a través de la América profunda.
Por el camino ella aprovecha para recoger a Tiffany, su hermana pequeña de tres años, para liberarla de su agresivo padre, pero seguirán estando en peligro, perseguidos por las huestes del mafioso.
En su escapada llegan a Galveston, una pequeña ciudad costera de Texas, donde la pareja, con la niña pequeña, se refugia durante un tiempo en un motel donde vivirán un breve paréntesis de paz en sus agitadas y desgraciadas vidas, en un ambiente de miseria y amoralidad, un infierno sin salida pero sin perder nunca la esperanza.
Es una cinta de intriga, seca y violenta, pero también tiene algo que hace que se vea con mucho agrado en las relaciones de estos dos personajes muy marcados por su pasado o por la mala suerte que tuvieron en sus vidas, que en vez de resignarse tratan de evitarlo, luchando contra su propio destino.
Son dos perdedores, por motivos diferentes, que hace que nos identifiquemos fácilmente con ellos por su fortaleza y su vulnerabilidad, algo que aumenta cuando recogen a la encantadora cría de tres años.
Ellos no pertenecen a la Norteamérica del sueño americano sino a la de la pesadilla.
Un oscuro thriller con algunas escenas duras, bien filmado, con sensibilidad y sutileza sobre unos personajes que se mueven en los márgenes de la sociedad y en los que no hay lugar para la redención.
El guion no mira en prendas a la hora del destino que aguarda a cada uno de los personajes, sin caer nunca en el tópico.
Película descorazonadora en algunos momentos, realizada con solvencia, con un argumento en el que no falta la emoción y en el que los varios giros que se van produciendo a lo largo de la trama hacen que atrapen constantemente el interés del espectador, que además disfruta con el encanto de una joven actriz como Elle Fanning que está prácticamente todo el tiempo en pantalla al igual que el duro de Ben Foster y hay un pequeño papel, aunque determinante en la historia, de la española María Valverde, casi irreconocible.
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