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CRITICA
Por: PACO CASADO
En esta época del año las películas navideñas, los cuentos y los dibujos animados para los más pequeños se suceden como crecen las flores en primavera.
Cada año las festividades navideñas son más radiantes, luminosas y ruidosas, algo que molesta tremendamente a el Grinch, un ser amargado, proteston y peludo, de color verde, que vive apartado de todo dentro de una oscura cueva, oculta en lo alto del monte Crumpit, que contrasta con el colorido del pueblo, en compañía de su fiel perrito llamado Max.
Odia la Navidad porque en su día fue marginado y únicamente sale de su vivienda cuando no tiene nada para comer y así le ocurre en esta ocasión.
En Navidad los lugareños perturban su pacífica soledad con celebraciones cada vez más desmesuradas, lo que significa un derroche de consumismo y de un dinero que tanto costó conseguir.
Cuando en Villa Quién, deciden organizar una Navidad increíble, más grandiosa que de costumbre, el Grinch se da cuenta de que tan sólo hay un camino para recuperar la paz, la tranquilidad y el silencio y tomará la decisión de robar la Navidad en la Nochebuena, utilizando para ello un disfraz de Santa Claus, y para completar su caracterización va en busca de renos pero al no conseguirlos se hace con uno muy peculiar para tirar de su trineo, que no es otro que su perro Max al que pone unos cuernos de adorno en la cabeza.
Cuando sale de su cueva va haciendo el mal a todo el que se cruza en su camino.
El film está puesto en imágenes a la altura de los pequeños de la casa, promoviendo al tiempo un mensaje de solidaridad.
Mientras tanto en Villa Quien, una dulce niña, muy graciosa, llamada Cindy-Lou, con un gran espíritu navideño, desea ir al Polo Norte para conocer a Santa Claus, pero su madre la disuade porque hace mucho frío y entonces plantea con sus amigos atraparlo durante su vista en Nochebuena para darle las gracias por ayudar a su atareada madre, ya que ella no quiere juguetes, simplemente que se cumpla ese deseo suyo.
Sin embargo sus buenas intenciones amenazan con chocar con las de el Grinch que son mucho más perversas, aunque tal vez le hará replantearse sus valores y posiblemente cambiar de opinión.
Theodor Seuss Geisel, un escritor que firmaba sus obras como Dr. Seuss, publicó en 1957 su libro titulado 'Cómo el Grinch robó la Navidad', que es muy popular entre los niños norteamericanos, en el que criticaba que esta entrañable fiesta se había convertido en una forma de consumir excesivo debido a un capitalismo voraz.
Hay un precedente fílmico de 'El Grinch' (2000), dirigido por Ron Howard, interpretado por un aborrecible Jim Carrey, que fue la primera vez que se hacía con actores y también un mediometraje de dibujos animados de 1966 dirigido por Chuk Jones y Ben Washam para la televisión.
La que comentamos en esta ocasión es de animación, con una cámara muy ágil con hallazgos cómicos divertidos como la forma de hacer el café Max para su amo, con pequeñas variaciones con respecto a las otras adaptaciones.
La cinta tiene un bache hacia la mitad lo que le hace perder el ritmo.
Tras codirigir 'Mascotas' (2016) Yarrow Cheney lo hace de nuevo acompañado esta vez con Scott Mosier esta películaa de espíritu navideño.
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