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CRITICA
Por: PACO CASADO
Todo va bien en la vida de Bea, una joven brillante y talentosa, arquitecta, hasta que en la misma semana pilla a Víctor, su novio, enrollándose con una de las presentadoras más guapa del telediario y de la televisión y rompe con él.
vvAl mismo tiempo pierde el trabajo al ser despedida con una indemnización ridícula de la empresa.
Al ver cómo la base sobre la que ha construido su vida se derrumba en plena encrucijada vital y con la mala suerte tras ella, Bea decide, ante esa situación, volver al bonito pueblo donde nació, a casa de su madre, en busca de refugio, donde le espera además una familia muy particular y Diego un vecino atractivo que podría cambiar su vida, e intentar volver a empezar de nuevo.
Su familia se compone de Ángela, su madre, que es médico: Su hermana Irene que es la alcaldesa del pueblo; Débora, su otra hermana que está casada y acaba de tener un hijo; León, su hermano que es homosexual.
Pero su familia no es perfecta, sus hermanas tienen problemas, aunque de índole diferente, una con la política y otra con su matrimonio, y su hermano con su novio.
Aprender a relativizar y vivir el momento es la receta de la felicidad que se nos ofrece en esta romántica comedia coral, con apuntes dramáticos, y lecciones de vida, adaptación de la novela de una actriz inglesa anónima escrita bajo el seudónimo de Laura Morton, cuya primera novela también fue llevada al cine, 'No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas' (2016), continua su idilio con éste con esta nueva adaptación a la pantalla, que en esta ocasión sitúa la acción en un pueblo de la Costa Brava, que llega ahora a las salas con el título de 'Gente que viene y bah' (2018).
Con un tono agridulce nos presenta unas situaciones hilarantes con personajes pintorescos con grandes dosis de emociones.
Los protagonistas son los componentes de esta extraña familia, excéntrica y entrañable, en la que se dan circunstancias de infidelidad, homosexualidad y muerte que se evitan con alegría, borracheras y bailes al ritmo del tema 'Yes sir, I can boogie', de Baccara, con buen rollo.
La dirección corre a cargo de la barcelonesa Patricia Font, que proviene de la ESCAC, y de series televisivas, que tras realizar el corto 'Café para llevar' (2015), con el que ganó un Goya, debuta ahora en el largometraje con esta divertida comedia 'Gente que viene y bah' (2018), un poquito plana en su narrativa, con un reparto eminentemente femenino, en el que los hombres quedan en un segundo término.
Posee un guion que sin mucha originalidad tiene por norma la sencillez, donde se tocan temas como una sociedad opresiva como la que existe en ese pueblo ante la falsedad de los políticos, la crisis sentimental, el vacío personal, la falta de oportunidades para la juventud, la infidelidad, el cinismo en las relaciones amorosas, la melancolía, la homosexualidad, los vínculos familiares, pero fácilmente se adivina cual será su final, ya que no hay mucha dificultad para ello, pero resulta bien enhebrado y entretenido.
En definitiva es un canto a la vida, anima a disfrutar del momento y buscar la felicidad.
Muy centrado en sus papeles las cuatro actrices protagonistas entre las que se ponen de manifiesto la veteranía de Carmen Maura, el buen hacer de Alexandra Jiménez, el correcto trabajo de Clara Lago que asume el protagonismo y la divertida actuación de Paula Malia.
Arnau Bataller acompaña las imágenes con una extensa partitura.
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