|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película sigue el esquema de otras muchas producciones de acción en las que en un principio se nos ofrecen algunos casos breves del personaje protagonista para después desarrollar el que va a suponer el eje central del argumento, lo que sirve también para conocer al héroe de la historia correspondiente.
En este caso el principal ya es de sobra conocido ya que proviene de una serie de televisión de los años 80 que crearon Michael Sloan y Richard Lindheim, además de que ya existe un film anterior a éste, siendo el que nos ocupa una segunda entrega, lo que no obstante no le ha hecho ascos a la fórmula que hemos enumerado.
Robert McCall es un policía que fue dado por muerto, que lleva una vida anónima y solitaria, su mujer, Vivien, fue asesinada, que en su tiempo libre trabaja como conductor de coches de alquiler, llevando a algunas personas conocidas y otras no tanto, pero cuando alguien recurre a él porque le ha sucedido algo, siempre garantiza hacer la debida justicia sobre todo para con los débiles, desvalidos y oprimidos.
Aquí se nos dan a conocer algunos aspectos de este personajes que permanecían ocultos en la primera entrega además de un espectáculo cargado de tensión que termina en un clímax final en medio de un huracán de categoría 5 para mayor dificultad.
Así, al comienzo vemos cómo libera a una criatura secuestrada por su propio padre o el caso de una chica maltratada, pero el caso central es el de un doble asesinato en Bruselas de personas relacionadas con la CIA, en el que también interviene Susan Plummer, una amiga personal además de compañera, por lo que entran en juego sentimientos personales y es cuando decide intervenir encontrándose alguna que otra sorpresa de alguien conocido que está implicado en ello.
Cuando su peligroso pasado llama a su puerta, necesitará de todas sus habilidades para ajustar las cuentas.
Esta vez deberá enfrentarse cara a cara con asesinos altamente entrenados que no pararán hasta acabar con él.
Denzel Washington retoma uno de sus personajes más característicos en la primera secuela de su carrera, en uno de sus papeles más emblemáticos.
En algún momento se podría pensar que el guion ha cortado un personaje para él, pero realmente el actor es capaz de hacer mejores cosas como ya lo ha hecho en anteriores ocasiones que enfundarse en un papel de justiciero como éste que ejecuta con dignidad y humanidad, ahíto de cultura como se puede ver por los libros que lee, entre ellos En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust.
El director de esta serie vuelve a ser Antoine Fuqua y los hace también Denzel Washington que encarna de nuevo a McCall, siendo la cuarta vez que coinciden ambos tras 'Training Day (Día de entrenamiento)' (2001) y la nueva versión de 'Los siete magníficos' (2016) y que ambos intervienen en una secuela en este caso de 'The Equalizer' (2014).
Los dos se compenetran bien, uno como habituado a realizar cintas de acción e igualmente el actor a interpretarlas con gran veracidad y agilidad, a pesar de los años (64), sobre todo en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo con los enemigos que ha de batir.
Dentro del personaje de acción también hay otro que es humanitario y se preocupa por los demás, como hace con su joven vecino Miles al que evita que emprenda el camino del mal y le anima a que acuda a la escuela y estudie para ser un hombre de provecho.
El interés en este caso se diluye entre los varios casos que se nos presenta y en el que constituye el meollo de la historia en la que casi se intuye bastante pronto lo que va a pasar en los metros finales, no obstante mantiene bien el interés a lo largo de todo el metraje a pesar de las dos horas de duración del mismo.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
AUDIOS
PREMIERE