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CRITICA
Por: PACO CASADO
Jacques Tati es, sin duda, uno de esos casos más curiosos que, muy de cuando en cuando, se dan en el panorama del cine mundial.
Su principal característica es la extremada elaboración y control de sus películas, hasta el punto de que por esta razón y por dificultades económicas, realizó tan sólo cinco films en treinta años.
Puede decirse, por ello, que Tati rodó lo que quiso y como deseaba hacerlo.
Su cine, al margen de toda moda, huyó siempre de cualquier imposición comercial, rompiendo en ocasiones, como gran cineasta, las normas convencionales del lenguaje fílmico.
Aquí cuenta la historia del señor Hulot, un hombre sin trabajo que se ocupa de llevar a la escuela a su sobrino Gérard y acompañarlo después a la ultramoderna casa de su hermana, que está casada con el señor Arpel, quien intenta emplear a su cuñado en la fábrica de tubos de plástico en la que trabaja.
Por su parte, su hermana, quiere convertir a Hulot en la pareja de su vecina.
Es una historia que muestra la deshumanización, el esnobismo y la frialdad de la vida moderna con tecnología de última generación en contraste con el descuidado pero animado ambiente del barrio humilde y antiguo, con niños traviesos, naturaleza y hogares llenos de vida, el que se producen situaciones fuera de lo común y personajes que consiguen definirse sin apenas decir nada, en la que se desarrolla una situación crítica y con mucha sátira sin hacer uso de los diálogos, y con la música en su banda sonora de Alain Romans y Franck Barcellini, cuyo tema principal se hizo muy popular en su momento.
'Mi tío' (1958) es su tercera cinta y la primera en color que realizó, por lo que resulta más asombrosa la extraordinaria utilización de la fotografía, auténtico elemento expresivo, como pocas veces se ha hecho en el cine.
Con un leve hilo argumental y total ausencia de actores profesionales, es un entrañable retrato costumbrista y al mismo tiempo una sátira ingenua, sin mordacidad, de la sociedad supertecnificada, tema sobre el que volvería a insistir en 'Playtime' (1967) y 'Tráfico' (1971), sus dos títulos posteriores.
Pero lo que más destaca es su extraordinaria realización y personalísimo sentido del humor.
Sus gags se basan en una aguda observación de lo cotidiano que después reproduce en la pantalla con una perfección relojera. Esta increíble elaboración del gag no impide, sin embargo, que el efecto cómico sea, por su gran sencillez, perfectamente asequible a todo tipo de público.
El humor de Tati no produce grandes carcajadas y es que con un peculiar sentido de la honradez, no subraya jamás el efecto cómico, sino que el gag se elabora ante los ojos del espectador, obligándole a agudizar su ingenio para captarlo.
Aquí aparece por segunda vez el personaje de monsieur Hulot, creado por Tati en 'Las vacaciones del señor Hulot' (1953), que es casi un dibujo animado viviente, donde observamos una vez más la supremacía de la imagen sobre la palabra en su cine.
Carente de diálogos, la película posee, no obstante, una inteligente banda sonora, a base de ruidos y del popular tema musical que se repite a lo largo del film.
De este modo, el sonido sirve de perfecto contrapunto a la imagen en muchos gags, como por ejemplo, el de la ventana y el canario, o las travesuras de los niños.
Destaca igualmente la gran capacidad de Tati para crear unos elementos decorativos propios, como ocurre en la sofisticada mansión de los padres de Gérard.
Por último anotar la inteligente realización, utilizando el plano general como elemento expresivo, a la vez que intercala primeros planos explicativos del gag en ocasiones.
De una gran funcionalidad y limitando el movimiento de cámara al mínimo, mantiene ese carácter de vanguardia y de experimento narrativo que Tati siguió desarrollando en obras posteriores, afirmando su peculiar estilo.
'Mi tío' (1958) es un auténtico goce para el espectador y demuestra que Tati es uno de los grandes cómicos del cine de todos los tiempo, injustamente ignorado.
El paso de los años no ha podido con ella.
Oscar al mejor film en lengua no inglesa. Premio del CEC. Premio del sindicato de críticos franceses. Premio del National Board of Review. Premio Sant Jordi. Premio del críticos de Nueva York. Premio especial del jurado en el Festival de cine de Cannes.
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