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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras sus desventuras en Berlín, Braulio, Rafa y Hakan viajan hasta Hong Kong en busca de nuevas oportunidades.
Pero en su búsqueda de fortuna por el Lejano Oriente estos tres intrigantes de la generación perdida se van a encontrar más perdidos que nunca en una pujante y modernizada China, de cultura milenaria que se ha convertido en un país atractivo, en una nueva tierra de oportunidades, como meta de un interesante destino.
Y es que no es nada fácil triunfar en una nación que tiene un idioma, una cultura y unas costumbres que están a nueve mil kilómetros de distancia, lo que significa todo un mundo.
Después de 'Perdiendo el norte' (2015) en la que los jóvenes emigraban a Alemania, llega su secuela en la que Braulio comienza tratando de aprender el chino, un idioma que se le da fatal, para presentar su tesis y poder entrar en la Universidad de Hong Kong, pero al no lograrlo probará suerte en lo laboral y también en lo amoroso cuando conoce Xiao, una chica de buena posición social, con la que tratará de contraer matrimonio, o de lo contrario le caducará el permiso de residencia.
La tarea no será nada fácil, pero lo que no sabe es que ella a su vez lo quiere utilizar para alejar a un pretendiente que le ha caído bien a su padre,pero que a ella no le gusta.
Esto le originará nuevas aventuras junto con sus otros amigos que juntos pertenecen a la otra generación perdida, la que sigue sin encontrar su futuro en España, y tiene que emigrar en busca de trabajo fuera de nuestras fronteras.
El nuevo film está entregado por completo al gag gentilicio con la chispa que es habitual en algunos de sus componentes de este reparto para así producir una comicidad que no siempre acaba de llegar ni de ser de calidad, sino más bien de corte fácil.
Los chistes y situaciones disparatadas ocasionadas por el choque idiomático y cultural provocan la pretendida comicidad de esta cinta, en la que no faltan tampoco los tópicos como el flamenco o la fiesta de los San Fermines.
Es la típica comedia de enredos, como la anterior, a la que sirve de secuela y de la que se desvincula sentimentalmente.
Basada en el equívoco cultural y la chanza verbal, olvida la comedia típica que solía hacer Alfredo Landa para parecerse más a 'Fuga de cerebros' (2009) que a su original.
El guion suele introducir una gran cantidad de chistes fáciles y tópicos sobre China y sus habitantes, la mayoría de ellos con poca gracia, lo que trata de paliar con algunas de las situaciones en que se encuentran los principales protagonistas que al ser comprometidas al menos originan alguna que otra sonrisa.
Se nota que Paco Caballero toda su experiencia la ha adquirido dirigiendo dos series de televisión y ocho cortos, por lo que el ritmo de un largometraje, y más si se trata de una comedia, aún no lo ha cogido, ya que ésta es su ópera prima.
La mayor parte del peso interpretativo lo lleva Julián López, un actor cómico que parece que está de moda, que es el que se lleva todas las tortas, nunca mejor dicho, en esta previsible historia.
En el reparto tienen dos cameos actores ya consagrados como Javier Cámara y Fele Martínez, uno al final y otro al principio, respectivamente.
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