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LA PRODUCCIÓN...
- “Necesitamos añadir una secuencia al guión para acabar la película con un buen sabor de boca”.
- “Ya, pero la película acaba con el beso de Hugo y Carla, nuestra pareja romántica”.
- “Sí, pero hay que acabar con una situación divertida, que vaya durante los títulos de crédito, y que haga que la gente no se levante de las butacas y salga de los cines con una sonrisa”.
- “En Que se mueran los feos lo hicimos y funcionó”.
- “Pues hagámoslo”.
De esta conversación entre el equipo creativo de Perdiendo el Norte y su director, Nacho G. Velilla, nace la idea de añadir al guión una secuencia en la que se contaba cómo a Braulio (Julián López) que, a lo largo de la película, había pasado por un montón de vicisitudes idiomáticas con el alemán, le salía una beca de investigación en China y se veía obligado a apuntarse a clases de chino para afrontar ese reto. De los apuros del personaje de Braulio para hacerse con las primeras nociones de un idioma tan complicado, surge la propuesta de contar las aventuras y desventuras de este científico, superado por las circunstancias, en Perdiendo el Este, aprovechando que el fenómeno de la inmigración, lamentablemente, sigue estando de actualidad y que se ha encontrado un nuevo “dorado” en el país del sol naciente.
Si el choque cultural, idiomático y gastronómico había funcionado, desde el punto de vista cómico, en Alemania, creíamos que en un país, con más de mil trescientos millones de habitantes, que tiene cincuenta y seis dialectos diferentes y más de tres mil quinientos caracteres en su lengua principal, podía ser una mina a la hora de contar las andanzas de nuestros personajes en una parte del mundo que destaca por su “inmensidad” cada vez que se habla de cantidades.
Nos gustaría seguir Perdiendo el Sur y el Oeste…. Pero eso dependerá de la acogida que el público dé a las nuevas vicisitudes de nuestros protagonistas viajeros. Para esta nueva entrega Nacho G. Velilla, el anterior director, ha pasado a realizar la labor de productor para dar ejemplo y brindar la oportunidad a un joven realizador de poder dar el salto a la dirección de largometrajes: Paco Caballero. Hay que dar paso a los jóvenes tal como piden los personajes de nuestras películas y hay que predicar con el ejemplo.