|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Una semana más con película de terror en la cartelera y en este caso le ha tocado a 'La llorona' (2018). Un film con un personaje atrapado entre el cielo y el infierno, una mujer que asesinó a sus hijos y que, desde hace siglos, ronda a las familias para atacar a los más pequeños para paliar su pérdida.
La icónica leyenda mexicana de La Llorona, que se sitúa en el año 1673, ya ha sido llevada al cine en varias ocasiones.
Ahí están algunas de sus versiones: 'La Llorona' (1933), de Ramón Peón; 'La Llorona' (1959), de René cardona; 'La maldición de la Llorona' (1961) de Rafael Baledón; 'La Llorona' (2007), de Bernardine Santistevan; 'La llorona' (2012), de Javier Barbera; 'La llorona' (2015), de Shannon Ivey y Matt Guthrie; 'La Llorona' (2018), de Patricia Harris Seeley, entre otras.
Cuenta que un rico ranchero conoció a una bella mujer a la que hizo su esposa, tuvo dos hijos a los que ella ahogó en el río tras un golpe de celos y ahora vaga como un fantasma atacando a las familias para quitarles los suyos.
La acción se desarrolla en 1973 en Los Angeles, donde vive Anna Tate-García, una trabajadora social, reciente viuda de un policía, con dos hijos, Chris y Samantha.
Un día acude a la casa de Patricia Álvarez, una madre que ha encerrado en un armario a sus dos hijos pequeños para defenderlos de La Llorona, que es internada en un centro psiquiátrico acusada de malos tratos, mientras que los niños son puestos bajo protección en una asociación para huérfanos.
Cuando los dos aparecen ahogados en el río, Patricia culpa a Ana de su muerte y le advierte que La Llorona, que se ha apoderado de sus hijos, ahora vendrá en busca de los suyos.
A partir de ese momento Anna se verá obligada a luchar contra las supersticiones y fantasmas en los que no cree, pero comienza a sufrir los efectos de la maldición echada por Patricia y no tiene más remedio que acudir a la protección de Rafael Olvera, un antiguo sacerdote, ahora convertido en curandero, que sabe cómo combatir ese mal.
'La Llorona' es una de la figuras más emblemáticas del folclore sudamericano que suele dejar huella en las mentes infantiles con sus historias de terror, una leyenda que durante generaciones las familias han contado a sus hijos, pero nunca de la misma manera, así que hay varias versiones con matices y variaciones.
Es como la imagen del Coco o del Hombre del saco en España, que asusta a los más pequeños para que coman o se porten bien.
La cinta, producida por la productora de James Wan, tiene algo de su estilo, posee un guion muy básico, sin profundidad, en el que introduce algunos apuntes como la presencia de la muñeca Annabelle o la del Padre Pérez, para que encaje en el espíritu de la serie de Expediente Warren, que afortunadamente no da para más de hora y media, en la que se salpican algunos sustos y poco más.
Está dirigida por el joven realizador Michael Chaves, que hace su debut en un largometraje, realizada de forma rutinaria, con un prólogo, una presentación de personajes y después se mete en harina para desembocar en la resolución del problema, siendo todo muy previsible y sin aportar nada que no hayamos visto ya en muchas ocasiones, provocando los sustos las subidas de música, los golpes o los gritos, más que por el miedo que pueda dar la espectral figura.
Linda Cardellini, a la que acabamos de ver en 'Green Book' (2018), incorpora a Anna, que es de lo mejor de esta historia.
La película tiene un público asegurado con aquellos espectadores que disfrutan con las producciones del género terrorífico.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE