|
CRITICA
Por: PACO CASADO
No es la primera vez que el cine francés toca el tema de la sanidad, como se ha podido apreciar en algunas producciones que así lo han hecho recientemente.
En esta ocasión toca la adopción de bebés, problemática que no es nueva en el cine, ya que con anterioridad muchas películas lo han tratado, aunque tal vez no siempre de la forma más adecuada, ni de la manera tan exhaustiva que lo ha hecho la cinematografía francesa.
Todo parte cuando en un hospital francés, Charlotte, una chica joven, soltera, estudiante universitaria, de 21 años, da a luz a Theo, un bebé fruto de un parto anónimo, que renuncia a su hijo al que ni siquiera quiere ver, ni tomar entre sus brazos, y lo entrega en adopción, que es acogido por los servicios sociales que saben que su labor es ayudar a los niños que se encuentran en esas circunstancias.
Para ello procuran darle al recién nacido la mejor madre adoptiva posible de entre las que han solicitado tener un hijo en adopción, por distintas circunstancias, pero ni la situación económica, ni el estándar de estabilidad de la familia o el deseo de tener hijos, es siempre una garantía de ser la madre ideal.
A partir de ese mismo momento se activa una serie de mecanismos y un equipo de profesionales empieza a trabajar para buscarle una familia, en principio de acogida, que se ocupe de él en los primeros meses, provisionalmente, hasta que se encuentre a sus nuevos padres.
Entre los dosiers de las personas que han solicitado la adopción está Alice, una mujer de 41 años, soltera, que lleva bastante tiempo anhelando la maternidad y luchando contra la burocracia para cumplir su sueño.
Ella trabaja haciendo audiodescripción para personas ciegas que acuden a una función de teatro contándoles lo que está ocurriendo en el escenario.
Es una película coral, no tiene un único protagonista ya que está vista desde distintas perspectivas para que tengamos una visión más global.
Es admirable la delicadeza y la sensibilidad que denotan, al menos en este film, las personas que se dedican a esta labor.
La asistenta social en ningún momento intenta hacerle cambiar de opinión a la madre, respeta su decisión, aunque no la comparta, lógicamente, pero la orienta, la asesora y la ayuda para que se sienta protegida y todo ello siempre de forma confidencial, sin que transcienda la identidad, si ella no quiere, aunque puede dejar si lo desea una carta, unos objetos o unas señas por si algún día el hijo trata de encontrarla por algún motivo.
Los psicólogos que hablan con las familias que intentan adoptar no las evalúan, sino que les dejan que se expresen, que expongan sus virtudes y defectos, porque tienen en cuenta que nadie es perfecto para hacer algo así.
En un primer momento el bebé es entregado a un cuidador oficial, que cobra por ello, que tiene una familia en la que a partir de ahí hace las tareas de la casa y cuida del niño día y noche, mientras que la esposa se va a trabajar.
Es destacable el método que utilizan con el bebé al que le cuentan las cosas como si las comprendiera.
La cinta va más allá de la adopción ya que trata de otras muchas cosas, como las vínculos que los unen.
No siempre el hecho de no tener hijos ha de ser una frustración, hay quien no los desea y sin embargo otras que sí quieren no los pueden tener y la adopción es una solución.
Es un derecho de los niños tener unos padres, no de los padres a tener un hijo.
La historia es interesante, los trámites son exhaustivos, casi publicitarios de forma didáctica de cómo funcionan los servicios sociales, pero el guion se diluye en varios casos hasta que se encuentra el elegido y además se complica con los diversos flash backs para conocer a otras familias adoptantes.
Es el segundo largometraje de la actriz francesa Jeanne Herry, hija de Miou Miou, que debutó en la dirección con Elle l'adore (2014), que no se ha visto en España.
Posee un buen reparto del cine francés donde figuran entre otros Gilles Lellouche, Sandrine Kiberlain, Élodie Bouchez que se reparten el protagonismo.
Premio Lumiere a Élodie Bouchez. Bayard de oro al guion y Élodie Bouchez en el Festival de Namur. Siete nominaciones a los César.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE