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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director teatral británico Sam Mendes nos deslumbró a todos con su ópera prima y debut en el cine americano American Beauty (1999) con la que ganó cinco Oscar, entre ellos el de mejor director.
Para su segunda película ha elegido un relato gráfico del especialista en la serie negra Max Allan Collins y Richard Piers Rauner, publicado en 1998, para rodar esta mezcla entre drama familiar y film de gángsteres, que se ambienta en el Illinois de 1931, de la gran depresión, la década de Al Capone, la ley seca y la violencia de la mafia irlandesa por hacerse con el poder.
Michael Sullivan es un huérfano que fue adoptado por John Rooney un mafioso irlandés al que quiere como a un padre y le es fiel, que se ha convertido en un asesino a sueldo para la mafia de Chicago.
Rooney tiene otro hijo, Connor, violento y cínico, que vive a la sombra de su padre y celoso de la relación que mantiene con Michael, deseoso de obtener su cariño, hasta provocar una tensa situación en la ciudad.
Hay otra relación paterno filial, la de Michael con su hijo mayor, quien al presenciar un crimen ha de protegerlo huyendo para evitar su muerte, pero al mismo tiempo buscando la venganza de los que acabaron por ese motivo con el resto de su familia, aunque tenga que enfrentarse a Rooney.
Los celos y la rivalidad les llevan a un final desastroso.
El acierto de American Beauty (1999) demuestra que no fue casual al ser mejorado en esta recreación de una cinta de gángsteres a la vieja usanza, con una perfecta ambientación, excelente fotografía del veterano Conrad L. Hall, cuya cámara sigue a los actores con indudable talento, y una estupenda música de Thomas Newman.
Un capítulo especial para el trabajo de Tom Hank con una composición excelente, manteniendo un gran duelo con el insigne Paul Newman en su última película e incluso con el pequeño y novato Tyler Hoechlin, y las breves apariciones de Jude Law o Jennifer Jason Leigh.
Mendes mezcla el drama de la relación padre e hijo y el cine negro, llevando con un buen pulso narrativo y un poderoso estilo visual, esta historia sobre la que no moraliza, en la que también caben los sentimientos, el amor de un padre por su hijo o el camino iniciático de éste en un mundo de los bajos fondos lleno de violencia que no quería para su chico.
El guion se basó en la citada novela gráfica que es una mezcla entre drama familiar y una historia de gángsteres.
Cine en estado puro realizado con un buen guion de gran precisión que auna a la perfección las diferentes relaciones entre los personajes con reminiscencias bíblicas de Cain y Abel.
Tuvo una buena acogida de la crítica en todo el mundo y supuso la consagración de Sam Mendes como uno de los cineastas jóvenes más importantes del nuevo siglo.
Oscar y Bafta a la mejor fotografía a Conrad L. Hall, que falleció antes de poder recogerlos. Premio de la Academia de Ciencia ficción y fantasía a al mejor película de acción y al actor revelación Tyler Hoechlin. Premio ASC a la fotografía. Premio BMI a Thomas Newman. Golden frog a Conrad L. Hall en los premios Camerimage. Premio C.A.S. al sonido. Premio INOCA a Conrad L. Hall. Premio Kinema Junpo a mejor film extranjero. Premio de los editores al mejor montaje de sonido. Premio Satellite a la fotografía. Premio Young Artist a Tyler Hoechlin.
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