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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro del género policiaco últimamente se ha inventado el apartado que denominan buddy movies o lo que es lo mismo, películas de parejas de policías, como si fuera una novedad, como si a lo largo de la historia del cine nunca dos de ellos hubieran actuado juntos en la investigación de un delito.
Ese apartado tiene una variante cuando los dos que constituyen la pareja uno es el serio mientras que el otro hace el contraste cómico, como en este caso que comentamos que uno de ellos no es policía sino un simple conductor de Uber.
El cine parece haberse olvidado que las parejas siempre funcionaron en el cine americano, sobre todo en comedia, unas veces mixtas, hombre y mujer, Spencer Tracy y Katharine Hapburn, y otras de dos hombres caso de Dean Martin y Jerry Lewis, por ejemplo.
La vida de Stu, un tranquilo y pacífico conductor de Uber, educado y de buenos modales, cambia de repente cuando se monta en su vehículo Vic Manning, un musculoso y violento pasajero que resulta ser un agresivo policía de la vieja escuela que sigue la pista de un brutal y sádico asesino, narcotraficante, se ve involucrado en una inesperada noche de aventuras, viviendo una terrible experiencia donde tiene que mantener atento su ingenio para poder salir ileso y conservar la calificación de clase más alta para su vehículo.
Stu se ve obligado a salvar su pellejo, interviniendo involuntariamente, en una misión en la que nunca pensó que algún día podía verse implicado en algo que fuera tan sumamente peligroso, y cuyo principal objetivo lo tiene claro desde que ve lo que está sucediendo, ya que lo único que desea es obtener la máxima puntuación de cinco estrellas de su coche en este movido y horroroso viaje.
La cuestión no será fácil, ya que ese mismo día Vic Manning acaba de ir al oculista que le ha operado la vista y debido a la anestesia permanecerá prácticamente ciego hasta que no se le pase el efecto e irá recuperando poco a poco la visión hasta que finalmente vea bien del todo.
Esto es una dificultad añadida ya que Stu ha de hacer de lazarillo del policía, pero lo peor es cuando tiene que enfrentarse a balazos con los delincuentes que le hacen frente.
En todo este lío de persecuciones y disparos, está la vida privada de Manning, con Nicole, su hija, de oficio escultora, que le invita a visitar la exposición que inaugura esa misma tarde y a la que promete asistir para acercar unas relaciones que no han sido demasiado buenas en los últimos tiempos, desde que desapareció de sus vida su madre.
Y por otra parte está el aspecto sentimental de Stu que está secretamente enamorado de Becca desde el primer día que la conoció, pero nunca se ha declarado, y con la que se hecho socio para montar un gimnasio.
Todo comienza cuando Manning y su pareja policía Sara Morris persiguen al delincuente Oka Tedjo como consecuencia de lo cual resulta muerta ella y seis meses más tarde él recibe un soplo que posiblemente le lleve por fin a atraparlo y vengar la muerte de su compañera.
La pareja protagonista está compuesta por el gigantesco Dave Bautista, excampeón de lucha libre, y Kumail Nanjiani, un joven de origen indú, apocado y de escaso carácter, y junto a ellos la intervención de Natalie Morales como Nicole y un breve papel de policía de Mira Sorvino.
Como se puede ver la trama es de lo más simple y solamente se utiliza de percha para colgar algunas situaciones cómicas y otras de acción para hacer pasar el tiempo entretenido al espectador con esta historia, una más, mil veces vista con ligerísimas variantes y tan previsible como de costumbre.
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