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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hace cinco años Maléfica (2014), de Richard Stomberg, que tranformaba en personajes reales los de dibujos de La bella durmiente (1959), se convirtió en un gran éxito de taquilla recaudando 760 millones de dólares.
Ahora, debido a ello, se pretende volver a conseguirlo de nuevo con esta continuación del cuento, esta vez con un director distinto, el noruego Joachim Ronning, que tiene la experiencia de haber realizado uno de los capítulos de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017), con el aliciente además de añadir al elenco otra estrella del firmamento de Hollywood, Michelle Pfeiffer, en el papel de la Reina Ingrith, la esposa del Rey John y madre del príncipe Philip de esta historia, que gobiernan el reino de Ulstead.
El argumento gira esta vez en torno a la boda de la princesa Aurora, con el príncipe Philip, lo que origina los clásicos y típicos conflictos de un acontecimiento semejante de esta magnitud entre las dos familias, provocados en esta ocasión debido al mal carácter de la madre del príncipe, y de la propia Maléfica, dos fuertes caracteres que chocan con facilidad.
Esta es la nueva secuela de Maléfica (2014), una extraordinaria aventura llena de fantasía que tiene lugar unos años después en que ocurrieran los hechos que endurecieron el corazón de esta perversa villana, una de las más famosa de Disney, que le llevó a maldecir a la princesa Aurora, nacida del rencor, la venganza y finalmente el amor, sumergiéndola en un profundo sueño y a la que ha tomado un gran cariño, estableciéndose un fuerte vínculo entre madrina y ahijada.
Esta película sigue explorando la difícil relación entre el hada malvada y la que en breve será proclamada Reina, Aurora, a la que acogió como si fuera su hija.
Tras la boda deberán establecerse las debidas alianzas comprometiéndose a enfrentarse a los nuevos enemigos que aparezcan en su lucha por defender los territorios de la ciénaga y a las personillas mágicas que viven allí, entre ellas las simpáticas hadas Clavellina, Violeta y Fronda.
Pero una serie de secretos de los que se tienen conocimiento las obligarán a separar sus caminos e iniciar un viaje de autodescubrimiento que las enfrentarán a las responsabilidades de dos mundos convertidos en enemigos irreconciliables.
Esta nueva entrega, que trata de una conspiración que podría poner en peligro la paz entre los humanos y los seres mágicos, ya no tiene la novedad de la primera parte de esta historia aunque sí posee alguna que otra sorpresa un tanto inesperada y un cambio de papeles.
Por otra parte resulta un tanto alargada y tal vez eso le hace perder un poco el ritmo, aunque se recupera en los metros finales que es donde se acumula casi toda la acción posible y en donde los efectos especiales lucen con mayor intensidad, aunque no son despreciables en el resto de la narración que resulta algo plana en algunos momentos.
Posiblemente lo que sobre de este argumento sea la intervención del grupo de Dark Fey, unos valientes guerreros alados que comanda Borra, a los que protege Maléfica, que únicamente se justifica por la intervención en la espectacular batalla que se libra al final.
El trío de actrices que componen Angelina Jolie, Elle Fanning y Michelle Pfeiffer se hacen con el protagonismo de esta historia en la que, por aquello de la igualdad hombres y mujeres, ellas tienen una presencia cada vez mayor en la pantalla.
En cuanto a Joachim Ronning en la puesta en escena ofrece lo que se le pide a esta clase de espectáculos.
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