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CRITICA
Por: PACO CASADO
Justo a tiempo para calentar la época más entrañable del año, que son las fiestas navideñas, de forma siniestra, llega una nueva versión del clásico de terror Navidades negras (1974), dirigido por Bob Clark, con Olivia Hussey y Margot Kidder, que nunca llegó a las salas españolas, pero en cambio sí lo hizo el remake que se filmó sobre aquella que se tituló, Negra Navidad (2006), producido y dirigido por Glen Morgan, con Michelle Trachtenberg y Mary Elizabeth Winstead, que fue bastante endeble por no decir que era realmente malo.
No es frecuente que las mujeres directoras se encarguen de realizar películas de terror, ya que parece que el género no va con ellas, no obstante en esta ocasión Sophia Takal se ha atrevido a ello en una versión muy de mujeres, en la que estas deben unirse para encontrar un mayor poder en unos momentos en donde eso se está reivindicando.
En su argumento se cuenta que un asesino que anda suelto por un campus universitario, tendrá que enfrentarse a un formidable grupo de amigas que componen las hermandad femenina MKE (Mu Kappa Épsilon) del Hawthorne College, que se está quedando en calma debido a que muchos de los alumnos se han marchado a sus hogares de vacaciones navideñas.
Riley Stone y sus compañeras de esa hermandad femenina universitaria están preparando las fiestas que van a celebrar durante las Navidades, ya que ellas no se han ido de vacaciones a casa de sus padres.
En el grupo figuran además de Riley, la atleta Mary, la rebelde Kris, y la divertida Jesse.
En una de las escenas, las chicas han montado un número musical, en el que a través de la letra de la canción se denuncia el abuso sexual hacia una de ellas por un chico que está en la sala.
Ello da pie a que sospechen que el interfecto protagonista de la canción se quiera vengar de las chicas.
Una de las celebraciones la llaman la cena de los huérfanos, porque al quedarse en el campus, parece que es que no tienen progenitores.
Al notar la desaparición de dos de ellas, el resto comienza a sospechar de los chicos que no se han ido, incluso de Gelson, el profesor de Literatura clásica que pretenden que sea expulsado, debido a su misoginia, para lo que están recogiendo firmas, que se convierte así en víctima de una oleada de feminismo, que piensan que quiere vengarse por ello de aquellas que han firmado.
En esos momentos es cuando un asesino enmascarado empieza a matarlas una a una, mientras que éste descubrirá que la nueva generación de mujeres no está dispuesta a permanecer impasibles y resignarse a ser sus víctimas sin defenderse bravamente.
Como se ve son varias las líneas de sospecha que se establecen en torno a quién puede ser el asesino.
El film se inicia con algo de intriga desde las primeras imágenes, con un par de chicas que desaparecen casi al comienzo, pero llegado a los metros finales todo se desmadra y se convierte en una lucha de ellas con unos enmascarados que parece que surgen como esporas a los que se enfrentan valientemente en un auténtico zafarrancho de combate.
Poco más se puede decir de esta tópica y desigual cinta que cae en todos los errores más habituales de este género, queriendo mantener la tensión hasta el final sin conseguirlo.
Sophia Takal fue antes actriz con una treinta títulos entre cortos y largos, y en el apartado de dirección este es el tercer largometraje que realiza en el que se nota una mano femenina en su puesta en imágenes que no se ensaña demasiado en las muertes.
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