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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las escuelas de cine catalana y madrileña están produciendo jóvenes valores que se incorporan al cine español en todas sus facetas, especialmente en la dirección que es lo que más suena, sobre todo cuando se trata de chicas, algo que hasta ahora no era frecuente que ellas se pusieran detrás de una cámara para dirigir, dándoles así la responsabilidad que hasta hace poco tan sólo se les daba a los chicos.
Esta es la historia de Alicia, a la que todos llaman Lis, una joven decidida, una adolescente de 15 años, que lucha contra para encontrar su sitio en el mundo, que sueña con convertirse en artista de circo y salir de su pequeño pueblo donde no tiene intimidad, aunque para conseguirlo tendrá que pelear duramente con su autoritario padre, Catalano, un hombre dominante y anticuado con el que no tiene comunicación, y él tampoco comprende a su hija, que siempre impone su voluntad en la familia, frente a la débil fragilidad de Soledad, la obediente y apocada madre.
Durante el verano Lis se pasa el día en la calle con sus amigas y tonteando con Nestor, su novio que tiene unos años más que ella, noviazgo que trata de ocultar a pesar de que para todas sus amigas y las gentes del pueblo es de dominio público, menos para su padre, al que el chico no le cae nada bien por su aspecto.
La falta de intimidad y el cuchicheo de las amigas y los vecinos obligan a Lis a llevar esa relación en secreto para que su padre no se entere, de la que se desprenderán unas circunstancias que cambiarán su vida, que se ve abocada a guardar en secreto para evitar ser juzgada por sus vecinos y familiares.
El film es la ópera prima de la española Lucía Alemay, de 34 años, que no tiene reparos en confesar que parte de su experiencia personal, que regresa a la pequeña localidad de Traiguera (Castellón) de poco más de 1300 habitantes, donde creció y vivió hasta los 18 años, para contar sus años de adolescente a los que ha introducido algo de ficción y lo hace filmando los deseos de la protagonista, sus movidas, sus miedos y su sueño.
La historia está rodada en su mayor parte en los escenarios reales, con improvisación en las relaciones y en cuanto a la interpretación maneja actores principiantes y profesionales que se desenvuelven con soltura en sus actuaciones, acudiendo a las verbenas, las procesiones y encierros del toro embolado, propios de las fiestas del pueblo en los que la juventud se divierte en esos días estivales que forman parte de la ambiciosa propuesta de la debutante realizadora.
La película está liderada por mujeres, desde la dirección, pasando por el guion, la producción, el montaje, la peluquería, el maquillaje, el vestuario y por supuesto las intérpretes, con un resultado discreto que contagia el amor de Lucía Alemany por su pueblo y sus personajes, en la que aborda con naturalidad temas reales con un tratamiento fresco en la puesta en imagen que respira veracidad.
El guion, que es la extensión del multipremiado cortometraje final de carrera 'Catorce años y un día' (2015), que no nos dice nada nuevo que no sepamos, está falto de más entidad, con una historia escasa, desarrollada de forma esquemática y sobre todo sin resolver, por lo que el espectador se queda a la espera de ver si por fin Lis logra alcanzar su sueño.
En la interpretación Sergi López se excede en hacer un padre agresivo que no comprende a los demás, mientras que Laia Marull incorpora una madre sometida al marido y con miedo a no seguir sus decisiones, que comprende a su hija lo que no hace el padre, con una trabajo correcto de Carmen Arrufat, de 16 años, que llora muy bien.
Premio a mejor ópera prima, dirección y Carmen Arrufat en el Festival de cine independiente de Almería. Premio de la Asociación de la prensa y del jurado joven en el Festival de cine independiente de Albacete. Premio del Audiovisual valenciano a la dirección, Sergio López y Carmen Arrufat. Nominada al Goya Carmen Arrufat como actriz revelación y canción original Allí en la arena..
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