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CRITICA
Por: PACO CASADO
El género de terror ya no sabe qué hacer para sobrevivir o recuperar sus buenos tiempos, ya que va de mal en peor, puesto que no hace más que repetir un tema detrás de otro y el público a base de constantes remakes ya se tiene aprendidos todos los trucos.
Ahora, tal vez buscando nuevos caminos, sitúa la acción en las profundidades submarinas y con monstruos del mar, pero en esos fondos abisales no hay luz, por lo que la fotografía tiene que luchar siempre con esos inconvenientes que hace que la imagen no se vea, ya que a partir de que ocurre el seismo y se encuentran sin electricidad en el centro y posteriormente en el agua, se ha de iluminar la escena con las linternas que llevan los modernos trajes de buzos, que más bien parecen una indumentaria espacial.
Gracias a ello se ven las caras de los personajes, pero poco más allá, nada de nada, por lo que un buen tanto por ciento de las imágenes apenas si se vislumbran y nos referimos a los monstruos atacantes.
Un equipo de seis científicos compuesto por la ingeniera eléctrica Nora Price, el capitán Lucien, la estudiante de biología marina Emily, el experto en operaciones Smith, el jefe de sistemas Rodrigo y el residente Paul, que investigan a muchos kilómetros de profundidad, deberán luchar para sobrevivir al quedar atrapados en una instalación submarina, después de que se destruya su laboratorio, que se inunda a gran velocidad tras ocurrir en el agua un gran seismo devastador.
Sus vías de comunicación han quedado cortadas y su única oportunidad que cabe para sobrevivir es caminar a través del suelo marino hasta una instalación petrolífera abandonada, que no está nada cerca, con la esperanza de que sus instalaciones aún sigan funcionando o que haya cápsulas de salvamento que los lleven a la superficie.
Además de los retos físicos que implica el viaje, descubren rápidamente que están siendo cazados por míticos depredadores marinos monstruosos.
Una película claustrofóbica de desastres, en la que Kristen Stewart, que prueba cada vez nuevos personajes, se ve convertida en una heroína subacuática.
Habla a nuestro favor el hecho de que el estreno de este film se ha postergado casi tres años, ya que fue rodado en 2017 en Nueva Orleans, Louisiana, por lo que se temía darlo a conocer temiendo malos resultados, cuyo guion provenía de la clásica lista negra por considerarlo difícil de realizar dada la naturaleza del mismo.
Por otra parte es como una especie de remake de Alien. El octavo pasajero (1979), con la diferencia de que en este caso no es en el espacio sino bajo el agua.
Hay un aspecto en esta narrativa y es que a pesar de que su duración no es excesiva, sin embargo da la sensación de dilatarse en el tiempo, debido a la repetición de las situaciones y a que prácticamente no pase nada hasta el minuto 37 en que aparece el primer bicho, sin mucho peligro, y aún queda una hora de metraje sin que nada más ocurra, aparte de que se vayan muriendo poco a poco cada uno de ellos en distintas circunstancias hasta quedar solamente Nora y Emily, en un final sorprendente para lo que es habitual.
El guion no desarrolla a los personajes, casi nada sabemos de ellos, salvo una conversación entre las dos mujeres minutos antes del desenlace que se confiesan entre ellas, la acción es caótica.
En el reparto Kristen Stewart se lleva todo el protagonismo defendiendo bien su personaje y con la intervención del francés Vincent Cassel en un discreto papel en esta claustrofóbica cinta.
William Eubank, director de fotografía se pasó a la dirección, recordándo La señal (2014) y con 'Underwater' hace su tercer largometraje con una labor que no es destacable.
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