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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro del género del thriller los hay de dos clases, el de acción, con crímenes, atracos, persecuciones y tiroteos y por otra parte está el thriller psicológico, en el que no hay ninguna de esas cuestiones, sino que se juega con la forma de actuar de los distintos personajes, a veces manipulándolos, para llegar a lograr un fin que alguien se ha propuesto conseguir.
Javier Muñoz, fue un ejecutivo de una empresa de publicidad de Barcelona, que tenía éxito en su momento, toma la fatídica decisión de abandonar su hogar, ya que ni él, ni su familia pueden ya permitirse poder pagar el caro alquiler y vivir en ese piso de lujo tras un año de paro, buscando trabajo, sin encontrarlo, y asistiendo a cursillos, sin la esperanza de volver a ser lo que fue, porque a su edad ya nadie lo quiere contratar.
Un día encuentra en su coche las llaves que le tenía dadas a la asistenta para que fuera a limpiar el piso y decide entrar en su antiguo hogar y espiar a los nuevos inquilinos, Tomás Andrade, vicepresidente de una de las empresas de transportes más importantes del país, y Lara, su esposa hija del dueño de la misma, que tienen a una hija pequeña, Mónica.
Descubre que fue bebedor y que actualmente asiste a reuniones de terapia de alcohólicos anónimos y él finge que también lo es y trata de hacer amistad con Tomás.
Javier ha caído en declive por circunstancias que desconocemos con lo que su perfecta vida se ha ido al garete, que ahora añora no tener, pero cree que es posible arrebatársela a Tomás que posee lo que él ha tenido durante muchos de los últimos años, en compañía de su esposa Marga y de su hijo Doni, un chico que padece de obesidad y del que todos se ríen en el colegio.
Para ello traza un plan perfecto que irá ejecutando punto por punto, con mentiras a Marga que también incluye a Tomás y a su esposa Lara a la que conoce una noche en que le invita a su casa a cenar comenzando así una nueva amistad que incluirá en sus planes finales.
La película posee un guion estupendo, con un argumento con acciones bien ensambladas, totalmente original, sin necesidad de ninguna novela en la que apoyarse, que los hermanos ╡lex y David Pastor han creado, en cuya trama no hay ni un solo cabo suelto, aunque sí tal vez algún convencionalismo que de no existir tiraría por tierra toda la historia, que llevan con un ritmo pausado al paso que marca su protagonista, con fluidez narrativa.
A lo largo de la misma más que suspense se desliza una cierta inquietud en el ánimo del espectador que se identifica con el protagonista ya que en algún momento se pudiera cruzar con algún antiguo vecino que lo identificara, como así ocurre con Damián, el jardinero pedófilo que le hace chantaje finalmente, pero que resuelve de manera inteligente.
En este caso es Javier Gutiérrez quien asume el protagonismo de este thriller psicológico, con una interesante trama, mientras que Mario Casas aparece ya comenzada la acción y quedando en un segundo término.
Si bien está muy bien en su papel el primero, bastante correcto lo está en este caso el segundo en un personaje muy serio y comportándose de manera sobria en este caso.
El film tiene un look técnico realmente elegante, llevado a cabo con un ritmo excelente que aunque no tenga acción ni violencia, sin embargo no aburre al espectador en ningún momento, antes al contrario lo tiene intrigado todo el tiempo con su cuidada puesta en imágenes de estos dos hermanos que tras debutar en la dirección de un largometraje de ficción con Infectados (2009) al que siguió Los últimos días (2013) hace con éste el tercero de los realizados hasta ahora.
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