, . |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La animación con frecuencia se piensa que es para realizar producciones infantiles, pero a veces también se cuenta con ella para ofrecer historias adultas como esta que comentamos, que nos lleva al Afganistán de los talibanes de finales del pasado siglo, donde abunda el fanatismo y la discriminación de la mujer, lo que se narra aquí con algo de delicadeza, pero no está exenta también de una cierta dureza.
Ambientada en el verano de 1998, en una ciudad de Kabul en ruina, dominada por el recién impuesto régimen de los talibanes, la película cuenta la historia Zunaira y Mohsen, dos jóvenes enamorados, que a pesar de la violencia y las penurias que sufren a diario, no obstante sueñan y creen que algún día podrán tener un futuro mejor, pero un momento un gesto espontáneo sin sentido, dará a sus vidas un giro que resulta realmente irrevocable.
El guion está basado en el best seller de igual nombre de Yasmina Khadra (seudónimo del escritor argelino Mohammed Moulessehoul), que forma parte de una trilogía que se completa con El atentado y Las sirenas de Bagdad, cuya acción en el libro se desarrolla en el año 2001 a diferencia del film que lo sitúa tres años antes, durante el mundial de fútbol de ese mes.
En esta ocasión se hace una poética adaptación con cierta libertad, que lleva a cabo el trío de guionista compuesto por Sébastien Tavel, Patricia Mortagne y Zabou Breitman, que cambian algunas cosas del texto original, como el final.
La puesta en imagen la realizan las directoras Zabou Breitman con alguna experiencia realizadora, pero no en animación, y Eléa Gobbé-Mévellec que hace su debut en el largometraje, que ella sí es una experta animadora que pone su notable conocimiento a su buen servicio.
Está realizada con dibujos en acuarela lo que le quita dureza a ciertas escenas, con un gran dominio de la luz, que dentro de su sencillez es muy realista, como igualmente ocurre a la historia o más bien diríamos a las parejas, ya que son dos las que desarrollan sus vidas en paralelo hasta llegar a confluir ambas en la parte final.
Una de ellas es la de Atiq el carcelero de la prisión de mujeres cuya esposa Mussarat está enferma de un cáncer terminal que tiene el complejo de no haber cumplido como una buena esposa con su esposo.
Por otro lado está la de los dos jóvenes enamorados Zunaira, que es profesora de dibujo, y Mohsen que es historiador, ambos contrarios al régimen, al que le deben dinero y está apurado, cuando Arash, un catedrático de la universidad, que no es afecto a los gobernantes actuales, le ofrece dar clase a los niños de manera clandestina para enseñarles a ser libre, ella acepta, pero él cree que es peligroso, no obstante no les da tiempo a ejercer.
Zunaira sale a la calle con el burka pero lleva zapatos blancos, que están prohibidos, y tras un incidente posterior es detenida y condenada a muerte, mientras, Atiq se compadece de ella y trata de que escape, pero se niega.
A lo largo de la trama se refleja de pasada la irracionalidad del integrismo islámico y el fundamentalismo taliban, la hipocresía, la intolerancia, la barbarie, la injusticia, el amor, el sacrificio, la esperanza, la violencia, las ejecuciones, la opresión que sufren las mujeres y la serie de leyes y prohibiciones absurdas que impone el tiránico régimen opresor mostrados como actos cotidianos, con la lapidación de una mujer del comienzo de la narración.
Es una producción de animación para adultos en la línea de títulos tan interesantes como Persépolis (2007), La tortuga roja (2016) y Vals con Bashir (2008), que tuvo su estreno mundial en el pasado Festival de cine de Cannes, en la sección Una cierta mirada.
Premio Gran Foundation en el Festival de Annecy. Premio Harry Julius en el Festival Veterans. Nominada a mejor cinta de animación en los Premios del Cine Europeo. Nominada al César como película de animación.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS