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CRITICA
Por: PACO CASADO
No suelen ser fáciles de llevar las biografías a la pantalla, lo hemos dicho en muchas ocasiones y aquí ocurre una vez más aunque en esta ocasión está salvada con cierta dignidad, pero de una manera un tanto desigual en cuanto al reparto de los acontecimientos.
La narración comienza con Ned Kelly escribiendo su vida que va dedicada y dirigida a su hijo para que conozca de su propia mano su verdadera historia, un hombre que procede de una familia de granjeros de origen irlandés.
Así durante la primera media hora está dedicada a la infancia de Ned Kelly, con un padre homosexual, con una madre de fuerte carácter que se prostituye para poder sacar adelante a la familia, lo cual no era una empresa fácil en una Australia que en 1870, tiempo en que se desarrolla este período de la historia, se encontraba inmersa en el hambre y la pobreza bajo la dominación del imperio británico.
Después del fallecimiento del padre, tras ser metido en prisión de donde escapa y es encontrado muerto, la situación se agudiza y el joven Ned tiene que salir al paso para mantener a su madre y a sus hermanos.
En una segunda parte, un buen día ésta lo vende a Harry Power, un comerciante que se lo lleva con él para enseñarle a ser un hombre y lo que termina aprendiendo es a robar y matar constantemente hasta que este hombre es apresado y Ned vuelve al hogar donde se encuentra a su madre con un novio más joven, que no es más que un ladrón de caballos a lo que le ayudan algunos de los hermanos de Ned.
A partir de aquí comienza una tercera y última parte en la que decide con uno de sus hermanos y dos amigos reunir a una banda con la que cometer sus robos de bancos y otros delitos, disfrazados de mujeres, de forma independiente, pero siempre perseguidos por la policía.
Ned comienza entonces a andar un camino que le llevará a convertirse en una auténtica leyenda hasta terminar muriendo ahorcado.
De la famosa figura delictiva de Ned Kelly, hay una versión anterior denominada simplemente con el nombre del personaje Ned Kelly (1970), que estaba firmada por Tony Richardson, que tenía a Mick Jagger encarnando al célebre bandido australiano y otra titulada Ned Kelly, comienza la leyenda (2003, dirigida por Gregor Jordan, interpretada en este caso por Heath Leger como el célebre bandido del siglo XIX que aparte de robar luchaba contra el colonialismo británico.
El guion está basado en la novela de Peter Carey, publicada en el año 2000, que fue la ganadora del ganadora del Premio Brooker, en la que se narra con todo detalle la vida del bandido Ned Kelly, nacido en 1854 y ajusticiado en 1880.
La primera parte, a nuestro entender, es la mejor, hasta la desaparición del personaje de Harry Power, que hace un orondo Russell Crowe, resultando el fragmento final algo más farragoso, no obstante no deja de captar el interés del espectador.
Tiene una interesante ambientación que refleja el estado de miseria en la que vivían algunos australianos en contraste con el lujo y la riqueza de los ciudadanos británicos, como se refleja en varias de sus escenas, ayudado por la envolvente banda sonora creada por Jed Kurzel, el hermano del director.
De Justin Kurzel ya conocíamos una interesante versión de la obra de William Shakespeare, Macbeth (2015), que hace también aquí una buena labor directiva.
En la interpretación destaca la actuación del pequeño actor Orlando Schwerdt, así como el trabajo de Russell Crowe y Essie Davis, esta última en el papel de Ellen Kelly, la madre.
Premio Awgie de los escritores australianos a la mejor adaptación. Premio al mejor guion en el BCN Film Fest.
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