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CRITICA
Por: PACO CASADO
De las novelas del escritor Henry James, se han hecho unas ciento cuarenta versiones, tanto para cine como para la televisión, pero recordamos con gran agrado la que sobre esta misma obra, The turn of the screw, escrita en 1898, hizo Jack Clayton con el nombre de The inocents, que en España se tituló Suspense (1961), filmada en blanco y negro e interpretada magníficamente por Deborah Kerr en el papel de la institutriz Miss Giddens, la entonces niña Pamela Franklin en el personaje de Flora y Martin Stephen como su hermano mayor, Miles.
Ahora en esta multiproducción se lleva de nuevo a la pantalla adaptando, creemos que de forma más bien libre, la novela de Henry James, trasladando sin motivo la acción a una época más cercana de 1990 e introduciendo el personaje de la madre de Kate.
Se pretende en este caso hacer abiertamente una película comercial de terror, con abundancia de sobresaltos provocados por un caballo, un maniquí, una máquina de coser, el aire, los truenos, unas voces misteriosas, horribles apariciones, pasillos oscuros, reflejos en los espejos y cuantos elementos se le vienen a las manos a la realizadora para provocarlos, acabando con un ambiguo final.
La joven Kate Mandell deja de enseñar en la escuela y abandona el cuarto que comparte con su amiga Rose, al ser contratada para hacerse cargo como institutriz en principio de Flora, de 7 años, y luego también de su hermano mayor, Miles de 15.
Ambos viven en una gran mansión de arquitectura gótica a cargo del ama de llaves Mrs. Grose, ya que los padres murieron en un accidente a la puerta de los jardines que la rodean, hecho que presenció la niña, por lo que tiene miedo a salir de allí.
De entrada sólo está Flora, que se porta amablemente con ella, pero pronto llega Miles, que ha sido expulsado de la institución donde estaba interno, por agredir a unos compañeros.
Éste influye en su hermana para gastar macabras bromas a Kate, que le provocan terribles pesadillas, lo que hace que esté a punto de abandonar su trabajo.
Entre tanto va descubriendo algunos secretos acerca de Jessel, la anterior institutriz, y de Quint, el encargado de cuidar a los caballos que hay en la finca.
El film comienza de forma correcta, pero conforme va avanzando la trama argumental, la realización se hace cada vez más vulgar y sobre todo confusa, empeñada en producir el terror a toda costa sea como sea.
La actriz Mackenzie Davis encarna a Kate de forma correcta, dado el sufrido papel que le ha tocado en suerte, Barbara Marten hace de la tétrica ama de llaves, mientras que Finn Wolfhard incorpora a la andrógina y malvada figura de espíritu diabólico de Miles.
La dirección corre a cargo de la realizadora italiana Floria Sigismondi, como su propio nombre indica, que desde 1992 viene haciendo más de ochenta videos cortos musicales y de otros géneros, debutando en el largometraje con The Runaways (2010), siendo Otra vuelta de tuerca (2020) su segundo título largo, que dirige de una forma un tanto mecánica y con la fija idea de hacerlo lo más comercial posible.
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