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CRITICA
Por: PACO CASADO
No suelen llegar a nuestras pantallas muchas producciones del cine australiano, pero de vez en cuando hace su aparición alguna, aunque como sucede con la presente, lo haga con algún retraso.
Su cine comienzan a ser más conocidos a partir de que surgen directores interesantes como Ted Kotcheff o Nicolas Roeg que destacan con sus obras, pero cuando adquiere mayor relieve es a partir de los años setenta con la aparición de títulos como Picnic at Hanging Rock (1975) de Peter Weir y de nuevos directores como Phillip Noyce, George Miller, Bruce Beresford, Fred Schepisi cuyos títulos están en la mente de los buenos aficionados, pero sobre todos destacaríamos Mad Max. Salvajes de autopista (1979) de George Miller, con Mel Gibson, que le da un gran impulso.
Pues bien ahora nos llega la otra cara de la moneda, la de esta 'Nekrotronic' (2018), tras pasar por los festivales de Toronto y de Sitges, que se acoge al género de acción y terror que sigue estando de moda entre la juventud dispuesta a pasar miedo, con esta nada original historia en la que dos obreros de saneamiento, Howard North y su amigo Rangi, se ven metidos en problemas cuando este último descubre en su móvil un juego en el que propone cazar fantasmas, (en lugar de Pokémons ¡qué original!).
El juego está producido por una sociedad tras la que se esconde una secta satánica, dirigida por una guapa mujer, la señora Finnegan, que mata a las personas y las convierte en muertos vivientes (continua la originalidad).
En el transcurso de la historia ambos se tropiezan con un tal Luther que en compañía de sus dos hijas, Molly y Torquel, se dedican a combatirla y le descubren a Howard su posible relación con Finnegan.
Lo que sigue a continuación de este inicio es la eterna e interminable lucha de estos personajes contra los zombis, ella misma y sus secuaces.
Una realización bastante burda, con unos efectos especiales muy elementales y de la interpretación para qué hablar, es una pena que la guapa actriz Monica Bellucci haya terminado haciendo esta clase de papeles.
Kiah Roache-Turner tras hacer cinco cortos y un documental sigue insistiendo en el tema de su primer largometraje con 'Nekrotronic' (2018) el segundo que realiza, cuyo guion falto de originalidad lo ha escrito con su hermano Tristan, y al que de seguir así le vemos poco futuro.
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