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CRITICA
Por: PACO CASADO
Han pasado muchos años desde que Clint Eastwood interpretara aquella película titulada Por un puñado de dólares (1964), dirigida por Sergio Leone en Italia y al año siguiente su continuación La muerte tenía un precio (1965) del mismo director, dos westerns europeos que le dieron una gran fama y cuando volvió a los Estados Unidos continuó haciendo personajes de tipo duro tanto en el Oeste con Cometieron dos errores (1968) de Ted Post, como en el género guerra con Los violentos de Kelly (1970) de Brian G. Hutton o policíacos caso de Harry el sucio (1971) de Don Siegel.
De un tiempo a esta parte Clint Eastwood no sólo hace sus cintas para su propia compañía, la Malpaso, sino que también las dirige, interpreta y produce.
Sus personajes han ido cambiando y ahora son más violentos, pero tal vez menos duros.
En 'Firefox. El arma definitiva' (1982) incorpora el papel de Mitchell Gant, un ex-piloto de la guerra de Vietnam, que está afectado por la violencia que ha padecido durante los combates que ha tenido que librar, lo que se manifiesta en una serie de ataques que le dan de vez en cuando.
Actualmente se ha convertido en un espía al servicio del Gobierno que le ha encomendado la misión de robar los planos del prototipo de un avión ruso, un caza a reacción revolucionario conocido con el nombre en clave de Firefox, que da también el título a esta película.
Preocupa que se utilice este avión como arma de ataque, ya que corren los rumores de que no es detectable por el radar.
El film supone un nuevo desafío para Clint Eastwood, ya que aquí asume los tres cometidos que decíamos antes, como productor, actor y director, sobre todo en este último aspecto, ya que en este caso se utiliza una serie de efectos especiales que le dan una gran espectacularidad en determinadas escenas de la narración, como tomas aéreas de una notable vistosidad, lo que también la ha convertido en la más cara que ha hecho hasta la fecha presente.
La historia tiene algo de ciencia ficción, en lo que se refiere al aparato que hay que robar, ya que ese prototipo se ha adelantado en varios años a su tiempo, puesto que está dirigido con el pensamiento.
La cinta posee un argumento interesante que está extraído de la novela de Craig Thomas, de la que se ha hecho el guion que ha resultado un tanto desigual, algo convencional, lo que se ve acentuado por la propia dirección de Eastwood, que no le ha imprimido el ritmo necesario que requería esta clase de historias, lo que tal vez en manos más expertas se le hubiera podido sacar más partido.
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