|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El problema de las personas que son homosexuales se está viendo reflejado últimamente con una cierta frecuencia en las pantallas cinematográficas, unas veces en tono dramático, mientras que en otras lo hace con aire de comedia.
Sin ir más lejos del primer ejemplo tenemos recientemente la película Un hombre llamado Flor de otoño (1978), dirigida por Pedro Olea, interpretada de forma bastante notable por José Sacristán.
En el segundo tiene su interés y diversión esta comedia que comentamos, 'Vicios pequeños' (1978).
En este caso se ha tomado como base la obra teatral La cage aux folles escrita por Jean Poiret,
Renato Baldi es el gerente de un club nocturno de Saint-Tropez en el que se ofrece cada noche un divertido y entretenido espectáculo de drag queen, en el que su atracción estrella está constituida por una pareja gay en la que sobresale Albin Mougeotte conocido en los ambientes como Zaza Napoli.
La locura salta cuando el hijo de Renato, Laurent, que es hetero, quiere casarse con su novia, Simone, que desea traer a su casa a los padres de su prometida, que son ultraconservadores, para que los conozcan y organizar la ceremonia.
El problema que surge es que ellos son una pareja de travestis.
Toda la trama está orientada a tratar de transformar a sus padres en una familia normal, mientras que los de la novia tratan por otra parte de guardar unas apariencias, que no son reales, al haber sufrido un escándalo reciente que quieren ocultar a toda costa con la que creen será una boda supuestamente ventajosa.
Édouard Molinaro hizo en sus comienzos un tipo de cine policiaco bastante aceptable, al calor de la Nueva ola francesa. Después se pasó a la comedia con algunos films protagonizados por Louis De Funès, bajando así su interés en este género.
En esta ocasión hace una comedia con más oficio que inteligencia, lo que no es óbice para que por su parte Michel Serrault haga un formidable personaje con la creación de Albin que ya lo había interpretado durante seis años en los escenarios parisienses, en este caso bien secundado por el actor italiano Ugo Tognazzi.
La cinta, a pesar del espinoso tema que toca, está hecha con una gran delicadeza, con finura, con elegancia y con ese sprit francés que se hace notar en muchos momentos, tanto en cuanto al vestuario como en los decorados y en la notable interpretación, sobre todo de Michel Serrault, un actor al que estamos acostumbrados a verlo en papeles de duro comisario de policía, que aquí se transforma en una auténtica dama.
Las situaciones están bien resueltas y posee buenos momentos de comicidad para regocijo de los espectadores.
Globo de oro a la mejor película extranjera. César al mejor actor para Michel Serrault. David de Donatello al mejor actor extranjero para Michel Serrault. Premio al mejor film extranjero del National Board of Review. Nominado a tres Oscar: dirección, guion adaptado y vestuario.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE