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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película cuenta la vida de dos paramédicos, Steve Denube, un hombre de raza negra, y Dennis Dannelly, de raza blanca, que son compañeros desde hace tiempo de la unidad 101 con la que con frecuencia acuden a los distintos casos de emergencias que surgen tanto durante la noche que últimamente suelen ser producidos por una nueva droga de diseño que está causando la muerte en algunas ocasiones.
Dennis está casado con Tara y tiene una hija adolescente de 18 años, Brianna, que está embarazada, pero no se atreve a comunicárselo al padre de su futuro hijo.
Steve es soltero, vive solo con su perro, un día acude a la consulta de un médico que le diagnostica un tumor incipiente en el cerebro adyacente a su glándula pineal, por lo que le da poco tiempo de vida, pero no se lo comunica a Dennis, su compañero de trabajo.
A la primera llamada que acuden hay dos personas que han tomado un exceso de una droga llamada Synchronic que está causando estragos en la ciudad.
Steve compra unas cuantas dosis porque el creador de esa droga el Dr. Patrick Kermani le dice que le vendrá bien para su mal y ésta lo que hace es producirle una serie de alucinaciones que lo trasladan a un mundo fantástico, cada vez diferente, a cada nueva dosis que toma.
A partir de ese momento, en la segunda parte, el guion de Justin Benson toma unos derroteros fantásticos, de ciencia ficción, abandonando el tono realista que había traído hasta aquí presentándonos diversos casos a los que acuden en auxilio de los afectados, así como la desaparición de Briana tras tomar Synchronic y como consecuencia de ello la petición de divorcio que Tara le pide a Dennis, mientras que en la primera parte hace más hincapié en la relación de amistad entre ambos protagonistas.
Este viraje argumental a nuestro entender estropea la interesante trayectoria emprendida en el inicio de esta historia que se desarrolla en Nueva Orleans, Luisiana.
Anthony Mackie y Jamie Dorman interpretan con corrección a los dos paramédicos protagonistas Steve y Dennis, respectivamente, de esas emergencias médicas a las que acuden con frecuencia.
Por su parte Justin Benson y Aaron Moorhead son dos directores habituales en producciones de ciencia ficción que en este caso se han encargado de escribir el guión de la dirección e incluso de la fotografía, de los que no conocemos ninguno de sus títulos anteriores que, a pesar de ser muy considerados por la crítica, no creemos que este sea el mejor de los realizados hasta el momento presente, a pesar de que Synchronic nos llega con tres años de retraso.
En los metros finales Steve parece querer enviar el mensaje de la película en la frase "cuanto menos tiempo nos queda, más apreciamos el presente".
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