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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine que se hace en la actualidad es cada vez más efímero y no sólo ya por la corta explotación que tienen las películas, que cada vez más pronto pasa a formar parte de la legión de films que editadas en video van a reposar a las estanterías de los videoclubs, sino también por la superficialidad de los temas elegidos.
Así cuando una cinta tiene éxito rápidamente ha de hacerse una continuación o volver a tocar el tema con una siguiente producción.
Eso era lo que ocurría con Mira quien habla (1989), donde un bebé recién nacido hacía constantes críticas al comportamiento de los mayores, todo ello lógicamente a través de la voz en off, que sólo oía el espectador, truco que, por otra parte, nos parece de lo más anticinematográfico que existe.
Pues bien como tuvo un gran éxito popular recaudando 300 millones en todo el mundo, había que hacer la continuación y así ocurrió que a los nueve meses, como si de un parto se tratara, se dio a luz a 'Mira quien habla también' (1990).
Si allí era un bebé el que hablaba, aquí son dos, ya que la pareja que formaba la madre soltera y el taxista convertido en padre, han decidido tener un nuevo retoño, que ha resultado ser una niña en esta ocasión, con lo que las oportunidades de hacer chistes con las conversaciones y comentarios de cada uno resulta en este caso por partida doble.
Por ello se pone de nuevo en movimiento el pequeño Mikey que, tiene que agarrarse a sus dodottis, porque a sus propios problemas se les vienen encima los de su hermanita Julie.
Si la película anterior trataba de dar una visión del mundo desde el punto de vista de un bebé, ésta nos ofrece una perspectiva sobre las relaciones humanas, la vida moderna y lo hace de una nueva óptica.
La historia continúa y también la de la pareja,que por fin se casaron, que tienen así motivos para discutir con el consiguiente posterior reencuentro tras el enfado, todo ello hecho de forma postiza con la voz que se les otorga a los pequeños para hacer sus comentario, que en el original son las de Bruce Willis y Roseanne Bar, a los que se añaden esta vez las de Damon Wayans y Mel Brooks, que lógicamente en el doblaje español no se conservan, ya que aquí son sustituidas algunas de ellas por las de Moncho Borrajo, Rosa María Sardá y Juanito Navarro.
En definitiva no es más que un simple pasatiempo que entusiasma a la concurrencia de forma parecida a la precedente.
Esperemos que la pareja protagonista no tenga más niños y que la serie no continúe, aunque todo dependerá del éxito de público de esta nueva entrega, y esta le echa la pata a la anterior, por lo que mucho nos tememos que habrá nueva continuación.
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